A mis 52 años no dejo de pedir bendición a mi familia, a veces me siento extraña pero luego, vuelvo a la normalidad, es una hermosa costumbre, sentirnos bendecidos es lo máximo jajaja. Saludos
A mis 52 años no dejo de pedir bendición a mi familia, a veces me siento extraña pero luego, vuelvo a la normalidad, es una hermosa costumbre, sentirnos bendecidos es lo máximo jajaja. Saludos