Algunas de mis motivaciones para escribir o recuperar esa musa que ha huido a algún lugar o desparecido por alguna razón, surgen cuando miro una pelicula, o escucho una canción, o salgo a la calle, o leo un libro o un artículo de prensa, o escucho una historia de un amigo, o tengo una experiencia directa con la naturaleza; sólo hace falta abrir la mente, las entrañas, los ojos, los sentido...