Disfruta la Vida / Tradiciones Decembrinas

Llegó el 7 de diciembre y en algunas familias, en cabeza de las madres y abuelas, se inicia oficialmente el tiempo navideño; para las 7 de la noche ya deberá estar armado un arbolito, decorado y con instalación de lucecitas. Y la prendida de velitas no puede faltar, los niños y mayores van prendiendo una velita, pidiendo un deseo, para navidades.

Con juegos pirotécnicos, la barriada o comunidad abre oficial el tiempo de fiesta decembrina. La importancia mayor de este acontecimiento es la unión, el reencuentro de padre e hijos, hermanos y familiares. Cada uno se traslada a casa de los padres o abuelos; donde la fraternidad y el compartir hace olvidar rencillas y quizás diferencias y roces.

Al llegar a casa de nuestros familiares, nos ha tocado salir a conseguir los buñuelos, pues son típicos para estas celebraciones. Hemos llegado al local donde los preparan y luego de freírlos, ya se pueden llevar a los hogares. Sin embargo, el número de pedidos nos han hecho esperar como una hora. Este alimento a base de fécula maíz es bien apetecido.

Al elaborar la mojada o masa, se adiciona queso; hay 2 curiosidades vistas mientras esperábamos nuestro turno; la masa debe quedar con cierta consistencia y cada pieza debe pesar 22 gramos, para que todos queden del mismo tamaño. El aceite deberá ser de cierta calidad y también conservar determinada temperatura, para que el buñuelo se cocine bien y conserve la redondez.

Es toda una industria la que se despliega para estas fechas, la masa ya formada por las bolitas deberá reposar unos minutos, antes de ser sumergida en el aceite. Las familias prefieren comprarlos ya hechos y al instante, debido a que es dispendioso la elaboración, como también si no se tiene la práctica quedan deformes y hasta se queman.

Como no es un alimento básico, por eso no se especializan los cocineros de cada hogar. El queso salado aporta un agradable sabor, convirtiéndolo en acompañante ideal con bebidas dulces, como el chocolate o café, (en nuestra familia se acompaña a un arroz dulce con leche),deben quedar esponjosos y crujientes; por eso se consumen en los minutos u hora siguiente.

Terminó la larga espera, sin embargo, logramos observar este momento mágico de una preparación de ocasión. Estas bolitas calientes a base de fécula de maíz son alimenticias, pero en exceso aportan más carbohidratos y grasas al organismo, de ahí que, por este mes de diciembre, algunas personas tienden a subir de peso.

Hemos llegado a casa donde nos espera la mesa decorada y el abrazo sanador de familiares y amigos, que llevaban meses sin saludar frente a frente, como en antiguas navidades. La tecnología ha acercado algunos negocios y distancias en correspondencia; pero nos ha alejado como seres familiares y sociales.

Estas tradiciones han sido importadas hace cientos de años de Europa, Asia y quien sabe de dónde más; dice la historia que en los países nórdicos para invierno se bajaban tanto las temperaturas, que hacían quema de maderos, para mitigar el frío, se reunían familiares y vecinos allegados para el agradable compartir, que se fue creando una costumbre.

El ambiente y las calles se visten de color; pero lo más importante es la reunión del amor y fraternidad entre padres, hijos, hermanos y demás familiares; volver a abrazarnos, a compartir la sonrisa, un apretón de manos y una palabra amable. Por eso creo que vivirán por siempre las tradiciones, mientras brille el amor.

Para el equipo #dejandohuella es gratificante recibir vuestro apoyo y aportes, bienvenidos són; ¡les dejamos con nuestro cariño envuelto en un cálido abrazo virtual!