O R B E 33

Avanzamos en nuestro viaje por la orbe de mis emociones, conocimos la agonía y la muerte como una noche y su atardecer, es tiempo de acercarnos al nacer y al renacer sin dudarlo ni un segundo, el resurgimiento de la voluntad y el renovamiento de la motivación, nuevas imágenes tridimensionales que hablan de la exaltación de la emoción.

Una nueva síntesis, con forma pero sin figura se eleva desde el suelo para comenzar a figurar entre formas, imitando el ondulatorio comportamiento del plasma, en sus primeras versiones, en su infancia como gotas en el aire, son solo intensiones, aspiraciones y motivaciones que con gracia se mantienen flotantes a punto de nacer.

Una esfera combinada con figura para hablar de mi concepto de belleza, que imite la emoción de nacer, quizás entre esta pieza y yo hay un vinculo del que no puedo escribir, quizás las palabras nunca serán suficientes, antes y después de hacerla visible intente hablar de ella y hasta el momento en que decidí así registrar letras acerca de ella ha seguido siendo difícil, espero sea suficiente lo que la fotografía diga y que finaliza el haber nacido y antecede el renacer.

Son estas una serie de figuras exaltadas e intervenidas con formas hechas para hablar de estados más iniciados de la emoción, de pasiones superiores, inspirados por momentos que solo he rosado y otros que solo he imaginado pero que aquí deben estar para completar la orbe.

El suelo está ya muy lejos, debemos empezara subir la cabeza pues la ubicación en la solumbra es ahora más alta que nosotros mismos El ego nos construye desde un soy yo, pero este ego, el ego del yo soy -YOSOY- nos habla de lo que SOMOS.

En la escala de las tres para renacer, y en una cascada invertida hacia el cielo empiezan a transformarse y a elevarse los cráneos que gritan su humanidad, justo antes de terminar y ubicados a mitad de la solumbra, hay una comunicación con la oscuridad, simbolizada con un mecate de paja, es este el preciso momento de la reconciliación, de la aceptación y no arrepentimiento de los errores, de la integración, de la experiencia y de dar paso a la trascendencia.

Al final de este ondulatorio camino, la última esfera embriagada de victoria celebra sin saber que debe volver al letargo.