POLOS OPUESTOS [RELATO]

Mariana

Era una chica extrovertida, vivía entre sus amistades y el trabajo, después de un mes al fin tenía día libre, salió al frente a tomar aire y distraerse un poco, no se acostumbraba a estar en casa, de pronto observó un muchacho que se sentó en la cera y se dio cuenta que el la miraba y al mismo tiempo desviaba la vista, su miedo al contacto visual le recordó quien era ella, eso llamo su atención y termino por llegarle a preguntar la hora, lo cierto es que él no tenía reloj y ambos se dieron cuenta que era una patética excusa para iniciar plática. El primer intento fue fallido el chico no hablaba, solo respondía lo necesario, a punto de rendirse Mariana notó en sus ojos que no deseaba que ella se retirara, su intuición se disparo y le susurró: quédate, cambia la estrategia, así que optó por sentarse a su lado y hablar poco, pensó que debía acompañar a ese extraño y no ahogarlo con tantas palabras, paso de curiosa a pausada y fría, su táctica dio resultado al poco tiempo conoció su sonrisa y nombre, aunque la conversación fue aburrida al principio lograron entenderse y conocerse ese día. Las horas pasaban hasta que una llamada interrumpe la agradable charla, eran las 11 de la noche tenía que retirarse y muy inseguro solo dijo ¡adiós! Mientras, ella termino por decir lo que el tanto anhelaba escupir: fue un gusto conocerte espero verte de nuevo.

Carlos


Un chico muy tímido, nació en Venezuela pero estaba residenciado en España con sus padres, irónicamente turista en la ciudad, su estadía no era por trabajo más bien lo movía el amor y el compromiso de ser hijo único, su padre quien sufría Alzheimer pronto terminaría por perder la memoria, y pidió como último deseo un viaje a tierras venezolanas para despedirse de su familia.

La familia paterna de Carlos vivía a tres casas de Mariana y era muy loco pensar que lo planeaban, pero cada vez que salían se topaban y terminaban en el mismo plan, poco a poco fueron desnudando el alma, a él le costaba mucho más, pero ella tenia paciencia y eso le daba seguridad para desahogar sus demonios.
La gente de la comunidad lo tildó de raro, lo llamaban penoso, gay y hasta especial, la chica lo veía interesante muy tierno, además era un hombre muy lindo físicamente, cabello negro liso desordenado, ojos profundos y misterioso, podrías notar tristeza en ellos, eran de un color miel intenso, tenía los labios carnosos, un hombre delgado y blanco, su altura era la ideal para cualquier chica. A medida que lo conocía le sorprendía su inteligencia, podía preguntar sobre cualquier cosa y él le daba las respuestas.

Los encuentros ya no eran en esa cera, ahora salían veían la dos caras de la ciudad y siempre terminaban leyendo algún libro acostados en la grama, se hicieron muy amigos, ella lograba lo que muy pocos podían, ya que él no toleraba contacto físico ni visual con la gente, prefería alejarse de todos.

―Tú eres el cazador y yo la asustada presa ―decía él, bromeando.

A veces en algunas salidas sufría cambios en su personalidad, se apagaba como una estrella fugaz, sus demonios lo atormentaban tanto que se sumergía en una tristeza, sufría de depresión, perdía totalmente el habla y las ganas de sonreír, o simplemente lloraba y escondía su rostro para que su amiga no lo viera. Carlos le exigía a Mariana acabar con la amistad, le pedía que no estuviera a su lado.

―Yo estoy enfermo, debes alejarte, estoy vacío, yo estoy muerto no tengo esa alegría que tu transmites; soy falso, solo finjo que estoy mejor, deseo morirme, acabar con este maldito dolor que nunca para de torturarme, los odio a todos, déjame puedo herirte y arrastrarte a una profunda tristeza ―exclamaba él, muy decepcionado.

―¡Ya cállate no haré tal cosa! Esperare, dejaré que te calmes ―respondía ella muy segura.

Ella, no le prestaba atención y siempre lo tomaba de las manos, le hacía sentir que no importaba, era su amiga y no le daría la espalda nunca, así pasaban las horas en silencio hasta que uno de los dos debía retirarse. Por lo general él se levantaba primero, pues su papa necesitaba ciertos cuidados. Carlos la miraba antes de marcharse y la chica sabia interpretar el mensaje, lo entendía.

―Te veré pronto perdón ―imaginaba Mariana.

Así pasó el tiempo hasta que una tarde comenzaron a indagar sobre los sentimientos en las personas, el tema los hizo casi colgarse de los cabellos, no coincidían con nada en el asunto, luego pasaron al tema de los besos.

―Nunca he sentido nada, un beso es tan simple soy muy frío, para mí besar es como besar una pared, estoy muerto por dentro, tuve una relación y solo fingí, no sentí nada por esa chica experimentaba con ella, pero no causaba nada de lo que tú hablas Mariana ―afirmaba Carlos.

Mariana le llevaba la contraria y se reía con lo que decía y él seguía dándole explicaciones.

―Querido amigo, solo porque te toco besar un zombi no puedes generalizar, ¿por qué siempre caemos en lo mismo? Es evidente que nadie te ha estremecido el corazón, ¡Me gustan los besos! Pero depende de nosotros mismos, cómo vemos a esa otra persona que tocara nuestros labios ― exclama sonriendo Mariana.

Carlos insistía en que no creía en sentir algo por eso y no dejaba de hablar mal de los sentimientos. De pronto Mariana se acerca y le dice:

―Puedo hacerte cambiar de opinión con un beso mío ― dice ella en tono pícaro― ¡veo que no me conoces Mariana!

―Eso no viene al caso yo sé lo que te digo, ya relájate ―le dice ella fastidiada.

―Bah perderías tu tiempo, soy muy frío, un Iceberg, capaz de congelar cualquier cuerpo que me toque. ―responde él, hastiado del tema.

Mariana se quedo meditando sus palabras y él solo comenzó a lanzar piedras a un terreno vacío, estaba muy enojado y repetía la misma frase ¡no siento, no siento ¿por qué no me entienden? Soy un robot en este mundo! Así permanecio hasta que se sentó con lágrima en los ojos, ella se acercó nuevamente y por primera vez violó las reglas y su espacio, lo abrazo quedándose así por unos minutos; luego lo miro a la cara y no encontró ninguna expresión en él, se veía sereno a la espera de algo que solo su compañera podría iniciar en ese momento, ella quizá despejaría las dudas que tenían ¿podrá el hielo derretirse con un beso?..

😱 No te pierdas la segunda parte, ya tengo curiosidad😂

Gracias por leerme