Poema | respuestas
¡Escúchame divina
quietud natural!
Mis ojos contemplan
y se pierden en
pensamientos dorados
por tus paisajes, observo
árboles extendiendo sus
brazos a la tierra y
fantasías colgando como
la frutas frescas, aún así
sigo sin entender. Huele a
tarde inmensa, estoy
abrumada de claridad y
neblina, atiborrada de
preguntas:
¿Por qué sigo aquí,
marchando en este
pastoso y azulado
poblado mundo?
¿Qué significado tiene
permanecer, si estoy
equivocada, cometiendo
los mismos errores una
y otra vez? ¿Qué me
mantiene atada a este plano?
No lo comprendo.
¿por qué combatir ferozmente
si la existencia mortal es fugaz?
Pero, supongo que nada es un
cerrado limite, todo puede ser
mío si lo descubro.
Oh, comienzo a entender
un poco. Esa mudez que estas
guardando, ignorando mis
preguntas me hace confiar
que no hay nada muerto, que
avanzo a ciegas
tropezando con cada filo,
y el suplicio me recuerda que
busco un propósito para que
mi existencia lo valga.
Si lo descubro encontraré
respuestas.