Saludos #steemados amigos y amigas:

Hoy quiero hablarles de un problema que como sociedad nos ha afectado por mucho tiempo y tal y como se mantienen las cosas en el mundo, parece que se mantendrá por mucho mas. No obstante, soy de los que creo que debemos levantar las banderas adecuadas para tratar, quizá no de cambiar el mundo, pero si al menos generar un poco de conciencia.

Este tema también ha sido tratado en mi libro electrónico: Repudio al tirano y la tiranía.

Apuestas y juegos de azar

Por: Arturo Pérez Arteaga:.

Estas actividades son consideradas por mí "tiranos sociales" que se han ido haciendo cada vez mas poderosos y apoyados en el desarrollo tecnológico de la humanidad han venido ganando mucho espacio entre la población, tanto adulta como menor y desde mi punto de vista, representan un peligro muy grave, que puede llevar a las sociedades a niveles de degradación increíbles si no se toman las correcciones a tiempo. 

Hace algunos años - y me refiero solamente al caso venezolano aunque estoy bastante seguro que el modelo aplica a muchos lugares de Latinoamérica -  las actividades asociadas a las apuestas giraban principalmente alrededor de las carreras de caballos y la presencia de loterías que “lanzaban” premios en algunos días de la semana, sólo una vez al día. 

Todo esto fue cambiando, los caballos se mantuvieron en una situación que podría catalogarse de regular, pero esto no ocurrió con las loterías, las cuales, se multiplicaron, como “organizaciones sin fines de lucro” se diseminaron por todas partes, y además, comenzaron a generar “premios” a toda hora y con toda clase de posibilidades para la apuesta. Combinaciones, permutas, acumulados, signos, números de mas de seis dígitos, números de sólo tres dígitos, o de dos dígitos que se deben combinar con otros tantos para lograr la ansiada premiación y un gran etcétera y ámbito donde la probabilidad mas cierta y real es la pérdida sin remedios de la inversión hecha en estos juegos. 

Para hacer peor el fenómeno, han proliferado las casas de apuestas o casinos, donde se juegan (para quien aún considere que esto es un juego) cantidades vulgarmente altas de dinero producto de la legalización de capitales provenientes del narcotráfico y otros negocios amorales.

A pesar de que algunas legislaciones han hecho lo posible por detener la proliferación de este tirano, todavía, la sociedad de la mano del interés de ganar dinero fácil intenta por cualquier medio y utiliza todos los recursos posibles por burlar la ley y mantener casinos ilegales destinados a ofrecer la esperanza ilusoria de un enriquecimiento rápido y sin mucho esfuerzo, cuando la realidad es diametralmente opuesta.

Aún se mantiene de manera legal el juego electrónico donde se permite apostar a cualquier deporte a cualquier hora y en cualquier parte del  mundo, pudiendo hacer combinaciones asombrosas, todo para mantener la oferta apetecible a quienes son víctimas  generalmente inconcientes de un vicio que día a día genera mucha desgracia a nivel mundial en puntos tan sensibles como lo son la familia y el trabajo, es decir, las relaciones básicas que integran al hombre a la sociedad que le rodea.

Las apuestas y los juegos de azar, que son ya un vicio horrible y un tirano implacable por si solas, están muy de la mano de otros tiranos no menos dañinos y peligrosos, como lo son la ingesta de alcohol, estupefacientes y todo tipo de drogas legales e ilegales y la prostitución que le sirven como marco de referencia y publicidad y que se mimetizan para conformar un solo bloque de perversión asociado con un solo fin; generar la sensación de bienestar riqueza fácil y prosperidad a quienes lamentablemente han caído en esas redes de vicio de las cuales la salida es muy difícil y por demás costosa.

Cada año, son muchos los niños, niñas y jóvenes que se ven involucrados de forma directa o indirecta en estas redes de perversión, muchos como clientes y muchos otros como víctimas de la trata de seres humanos que sirve de marco de referencia para el mantenimiento de este tipo de negocios lucrativos de quienes sin ningún escrúpulo son capaces de hacer lo que sea a fin de seguir acumulando capital a costa de lo que sea y de quien sea. 

Quien ha tenido la oportunidad de entrar a un casino puede dar fe de que todo lo allí dispuesto está orientado a deslumbrar y a motivar a las personas a apostar: las luces, la atención, la disposición de las mesas y máquinas de juego. Se regala licor y comida a cambio de evitar que las personas dejen de jugar y apostar, se ofrece compañía femenina a quienes están siendo tocados por la “buena suerte” a fin de demostrar de alguna manera que pertenece a una elite de ganadores, cuando en realidad lo que se quiere es que deje en el establecimiento la mayor cantidad de dinero posible y si por alguna razón no calculada no pierde todo su dinero, ya quedó prendado para volver lo mas pronto posible.

Otro de los aspectos difíciles de medir en este tipo de negocios es la participación de capitales mal habidos, o como se conoce popularmente “el lavado de dinero” y es que en un establecimiento donde el dinero pasa por muchas manos en muy poco tiempo y en cantidades incontrolables, es muy sencillo inyectar capital proveniente de negocios sucios como el narcotráfico, el contrabando o la trata de blancas, por solo nombrar tres. Una vez “lavado”, el dinero puede ser utilizado con cualquier fin, que de seguro no será filantrópico, generando un círculo vicioso que seguirá alimentando la espiral perversa de apuestas, ingesta alcohólica, prostitución y depravación.

La tiranía del juego, como ya se ha dicho previamente es bastante negativa para las sociedades y su influencia y radio de acción es extremadamente dañino porque, a diferencia de otros tiranos que pueden tener algún tipo de influencia positiva en la humanidad si son usados apropiadamente, ésta no aporta ningún tipo de beneficios. 

La estela dejada por este vicio solo transforma a las personas en perdedoras y no sólo desde el punto de vista económico, que sería el menor de los aspectos, sino desde el punto de vista moral y ético. Este tirano, degrada, corrompe y mata a miles de personas y familias en el mundo anualmente.

-APA-

Fuente de la primera imagen  

Fuente de la segunda imagen  

Fuente de la tercera imagen 

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