Un abrazo bien estrecho amiga, entiendo tu historia. A mi padre lo consumió la diabetes, cuando lo hospitalizaban me tocaba quedarme todas las noches, en el día lo cuidaba su señora. Llegó un momento en el que me comencé a enfermar, cada vez que lo ingresaban, me daba fiebre o malestar de estómago. Lo mejor fue que mis hermanos al saber que estaba así, hicieron tiempo para turnarse. Hasta una vez tuve que decidir a pesar de él mismo, que lo dializaran porque su señora no quiso tomar la decisión. Doy gracias a Dios por los hermanos que tengo. Tu historia no se compara con la mía y me da mucha tristeza lo que estás pasando y aún más que tu madre no te recuerde, su mente decidió olvidar para que su corazón no sufriera por tu partida. Por lo pronto no te queda otro remedio que recuperarte y saber que ella se encuentra bien. La mía murió de cáncer a los 47 años dejando 8 hijos, donde la mayor contaba 24 años y el menor 7 años. Me queda la satisfacción de que no los abandoné nunca y que los atendí hasta donde me alcanzaron las fuerzas. Recuerda siempre que eres una guerrera con luz propia, convierte un poco de esa tristeza en alegrías para que el costal se haga un poco menos pesado; nada es fácil en esta vida y menos ahora. Levanta la mirada y ve el horizonte. Tus dibujos son tu motivación y para mí son mi admiración, tienes mi respeto y cariño.