CASA ABIERTA, lugar de encuentro

Amigos de Steemit, bienvenidos a otro lugar de encuentro: Casa Abierta. Un Café Concert atendido por una dama francesa, Nicole Chevalier, con una oferta cultural sui géneris por casi una década.

Fuente
Estampa CASA ABIERTA. Dibujo a lápiz de color. 23 x 17 cm. Antolina Martell. Cumaná 2018.

Un grupo de amigos fuimos cercanos al proyecto. Mi esposo Jorge Peña le bautizó Casa Abierta y el logotipo lo diseñó John Jaime Dulcé; Nicole, Jorge y yo hacíamos la curaduría mensual; pintores, escultores, artistas gráficos, músicos, desfiles de modas, poetas ofrecieron al público horas llenas de conocimiento y encanto, y los otros del grupo: Ana Dulcé, Maritza Bruzual, Graciela Díaz, Genaro Coa, Eligia Bracho y Roselia Cordero, fueron excelentes anfitriones, todo fluía, las personas se conducían en Casa Abierta como si fuera su hogar. La producción y montaje de las exposiciones contó con la colaboración de José Dulcé, George “El Suizo” y Jorge. Promoción y difusión la hizo Pedro Bastardo.

Casa Abierta, abrió sus puertas, después de un año de planificación, un 21 de enero de 1996, día de Santa Inés, Patrona de Cumaná. El día de la apertura fue entregado un catálogo de mano con la planificación anual y lo que empezó como un proyecto de galería sin fines de lucro, tres días al mes durante un año, luego, pasó a ser un exótico restaurant francés, con licencia de negocio, reseñado en la Guía Michelin.

El dibujo rememora la inauguración del proyecto Galería en la casa # 8, de la calle Sucre. Nicole cuidaba hasta los pequeños detalles; la colocación de espejos y libros de arte de ediciones especiales colocados estratégicamente como parte de la decoración; valiosas obras de arte, frascos de perfumes franceses, caracoles y en medio de infinidad sofisticados objetos personales, estaban los muebles antiguos de procedencia europea.

Nicole llevaba un diario; sus confidencias definen su personalidad carismática.

“Sabes, que cuando venía a Cumaná por el trabajo de mi esposo, siempre que tomaba el avión,, de vuelta, lloraba, por eso me vine definitivamente a vivir aquí.”

“Buscando casa para comprar, encontré esta belleza, era el 3 de abril de 1994, vi una casa situada a lo alto de un pequeño cerro, sus espacios están divididos por terrazas, se siente el aire entrar y salir divinamente por ella, sus dueños originales fueron la familia González Bruzual, se la vendieron al poeta Aníbal Tobón para su proyecto cultural CECREA, pero como había comprado otra casa con un patio más amplio, me la vendió.”

“Yo quise probarme a mí misma rescatando a un niño de la calle, resultó una experiencia imposible, él para pagarme la manera cariñosa de mi trato, me traía cosas robadas, jamás entendió que no debía ser así. Yo quiero escribir un libro al respecto”

Para la inauguración de Casa Abierta se imprimió un afiche, con la imagen parecida a la del post, y colocamos el poema de Walt Whitman que reflejaba nuestro ánimo.

“Yo vi en un sueño una ciudad invencible a los ataques de todo el resto de la tierra. Soñé que era la ciudad nueva de los AMIGOS nada en ella era más grande que la calidad del amor robusto; éste superaba a todo lo demás, se lo veía a todas horas en los actos de los hombres de aquella ciudad, Y en todas sus miradas y palabras.”

El libro de visitas recogió gratas impresiones llenas de afecto y admiración, recuerdo una: “La disposición de tus arreglos solo puede competir con tu coquetería…”

Una anécdota no podía faltar; el dibujante de retratos al grafito, Beltrán Acuña, discípulo de Antonio Galeandro (1940-2007) Fuente en un arrebato de sentida admiración exclamó, “Debo pintarla, ella me recuerda a Cruela de Vil, ¡tan elegante, y sofisticada!”

Disfrutamos de magnificas noches, fascinados de la esmerada atención dispensada por Nicole, sus manteles bordados a mano, la variedad de platos de porcelana francesa, su carta de vinos, los típicos quichés parisinos, dulces de manzanas salpicados de almendras. Delicadas flores en las ensaladas. Y yo en lo particular disfruté al final de las jornadas un buen café, whiskey y chocolate suizo en la terraza privada bajo las estrellas, una tenue luz luna reflejada en la cortina de sillares de la fortaleza Santa María de la Cabeza declina con la brisa de la madrugada.

“Cada vez menos amigos frecuentan la casa, los europeos hemos perdido la fe en el país, ahora los asaltantes dejaron de ser los piratas del Caribe, son los propios guardacostas los trasgresores de la ley. Se ha puesto difícil cambiar divisas. Y, para colmo, han descuidado la vigilancia nocturna en la zona de más interés turístico. ¡Uf! este país se volvió loco”

Antes de cerrar definitivamente (2003), Nicole debió viajar a Paris por motivos de salud, dejó encargado a un joven con la tarea que ella no pudo hacer: colocar en la puerta un cartel anunciando la fecha de su regreso. Así de delicada era Nicole. Cuando Nicole regresó, encontró un horrible cartel: “Abrimos Dentro de Cuarenta Días”.

“Sabes, yo sentí una vergüenza, ese cartel le faltaba el respeto a mis amigos.”

Tal vez era la gota derramada para su despedida.

“Ah, George, está en Paris, mi hija y las niñas, lo tratan como un abuelo, ya está trabajando en un circo, vuelve a viajar como a él le gusta, también para recuperarse, tu sabes, debió vender el velero por nada. Me ha invitado y me ha dicho, que ahora sí se casaría conmigo. ¿Quién lo diría ah?”

Amigos, estoy segura que muchos de nosotros los de la comunidad de Steemit, visitaron Casa Abierta y tendrán sus recuerdos, si es de su agrado los invito a compartirlos, y de esta forma, rendirle un cálido homenaje a Nicole Chevalier, emprendedora y exquisita mujer. Falleció en Europa, a los 70 años, en 2013.

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Foto tomada por mí una de esas tardes en que llegaba temprano a tomarme una taza de café con Nicole, George y sus relatos. Es de mi archivo personal. Les dejo una de las REFLEXIONES de Fernando Paz Castillo.

La vida es solo una penumbra
que apenas puede adivinarse
entre el nacer y el morir.
Entre lo que dejamos
con un grito sin humano sentido
todavía
y lo que encontraremos en nosotros
por nosotros mismos.

Hasta el próximo lugar de encuentro