Lo primero es lo primero: creo que hay una intención de narrar pero sin antes preguntarse si se cuenta con las herramientas básicas para hacerlo. Creo que este es un primer paso que todo aspirante a escribir cuentos debe pensar de manera detenida . Y reforzar esta necesidad con la lectura atenta de la escritura de sus escritores favoritos. Se nota en el presente cuento una ausencia de este primero e importante avío y hasta diría que tal cosa parece tenerle sin cuidado. Por ejemplo: ¿por qué están allí esas negritas? Me refiero al poco dominio o, mejor dicho, el poco esmero en el trabajo de la estructura formal, que es la materia prima del relato.
Podría aducirse que un escritor puede obviar las normas estructurales de la redacción. Y es cierto; pero para hacerlo primero debe conocerlas, manejarlas con destreza, para poder suprimirlas como un elemento de creación, con conocimiento de causa, sabiendo el autor que lo está haciendo así por voluntad propia y no porque se le escapa su manejo, que es la impresión que, sin duda, deja el texto que comentamos.
La historia, por otra parte, podría ser coherente. Un sicópata entra a una reunión y los envenena a todos. Tiene un principio un desarrollo y un final negro, desconcertante; lo que pasa es que, en mi criterio, es gratuito. Tan chato como el personaje –un sicópata,a juzgar por el desprecio por la vida ajena, su poco respeto a las normas de cortesía y sus alusiones despreciativas por lo que hacen los otros. Es decir, Juan se presenta y anuncia, “soy muy malo” y este solo comentario va a ser el nexo con su acción de envenenarlos a todos, sin que haya un solo indicio, una causa que relacione la presencia de Juan y tan espantoso acto. No es venganza. No es un plan ejecutándose. Es que el personaje es “muy malo”, anunciado por el título como “pérfido”. Y eso basta. En fin creo que esta falta de concatenación entre los asistentes a la reunión y su muerte llega a crear un vacío difícil de llenar en el lector y hace que el cuento se destaque por lo “plano” de su estructura narrativa.
En fin, espero que estas pocas líneas sirvan al creador para su proceso como escritor. Su intuición y su desempeño le dirán si asume esto o si no. No olvidemos que se trata de opiniones muy personales. Para nada infalibles.