Esta historia merece ser contada

mirandote de nuevo,
con un nudo en la garganta.

¿Qué me pasa?

Miles de sensaciones nuevas en mi estomago me aceleran el alma,
me calientan la piel,
me desenfrenan la calma.

Y es que busco valor bajo mi almohada, pero sigo siendo una sombra difusa con temor a ser vista.

Mi cuerpo arde y mi corazón pide ser escuchado,
yo ya no quiero esto.
Estoy tan cansada.

Porque fallar tantas veces te agota la vida,
te seca las ganas.

Pero, por solo un segundo,
un instante,
quiero que sea diferente,
Yo me prometí que sería diferente.

Y así lo fué...

Sin necesidad de dar un paso adelante,
Sin necesidad de llamar tu atención,
Tú me viste.

Tú viste mi alma
Y escuchaste mi corazón.

¿Esto es real?

Lo recuerdo como si hubiera sido hace par de dias,
susurraste mi nombre y me ofreciste una tasa de tu té favorito.

Es que justo en aquella cercanía,
y en la profundidad de tú mirada,
ví un alma real y sincera.

¿Porqué tu?
¿Porqué yo?
Porque el destino así lo decidió.

Lo siguiente fué tomarnos de las manos y prometernos intentarlo,
y es que tanta conexión no podía ser ignorada.

Te confieso amor que no me lo esperaba, pero si que lo anhelaba.

Temores, inseguridades, secuelas del pasado...
Poco a poco fueron parte del olvido.
Ellos fueron desechados en un tierno y cálido abrazo.

Me preguntas diariamente qué vi en ti,
te respondo con firmeza que vi todo en ti.

Vi un corazón noble lleno de temor,
un alma pura y herida,
vi amor, soledad y ternura.

Yo te vi a ti, y desde ese primer momento supe que quería tenerte en mi vida.

Ahora estamos aquí.
En el silencio y la intimidad de nuestras miradas.
Miradas llenas de deseo y desenfreno,
de pasión y locura,
de sed de amor.

Admito que aún me sonrojo y tiemblo al verte,
que disfruto de tener la mejor compañía en esas tardes de café.

Admito con mi alma que me siento afortunada de tenerte,
admito cariño, que eres el amor de mi vida.

Fotografías: cámara de iphone