Árbol vecino...
Tengo un árbol vecino de esos que nacieron solos, que están en el pasar de la gente, ahí esta de pie, vigilante y no dudo que si tuviese todos los nutrientes o frutos ¡cualquier! estuviera mejor; pero: no le cae casi agua, sin embargo tiene hojas, casi nadie lo poda, salvo cuando -estorba- o salvo cuando su follaje es cómplice de algo en las personas; todos pasamos cerca de él ni siquiera las hojas secas se caen, están ahí adheridas cual parásito da igual de todas formas no importa nada en medio de la calle, ni fruto da pues solo es un árbol.
Si ese árbol solitario medio apagado, semi seco, decaído por falta de agua y cuidado pues no se ve frondoso a pesar de estar alto y tener hojas esta todo vencido ante la vida e incluso sus hojas están perdiendo su color: se ve tan triste pero caray ""de pie"".
Cuantas veces como el árbol debemos estar firmes, de pie, levantarnos al día y día a realizar nuestras cosas por ponerle cada cosa en su lugar por falta de apreciación somos como robots que solo cumplimos por cumplir y vivir: ¡triste! pues generamos siii, pero no disfrutamos nuestro alrededor, no queda de otra.
Creo debemos re-activar nos y hacerle caso a esa antenita de alerta para no caer en el pesimismo de no retroalimentar nos y que sea nuestro amanecer; si bien "igual" pero con un giro en donde de-monos cuenta nos podemos mover, bailar, pensar, elegir, tomar agua, ir de aquí para allá, que lo que necesitamos lo hacemos por mínimo que sea para hacernos la vida cómoda... y él, el --árbol-- que espera que la vida le regale algo de agua o alguien se acerque a podarle incluso le barra y aleje la basura y se sienta apreciado. no perenne e impotente.
Entonces no seamos indiferentes a la vida descubramos nos y descubramos interés por nosotros y por algún triste o solitario árbol que no hace falta sembrar (bueno si) muchos pues esta dura la de-forestación pero los que tenemos algunos ya crecidos que les hace falta nuestro cuidado y protección.
Así mismo nos hace falta calor en el alma y debemos protegernos del no estar como el árbol solos y de pie.