20 años después.

Recuerdo el día que me enteré.

Estaba en la universidad, saliendo de clases con 3 amigos. Recibí una llamada de mi mamá preguntándome si estaba en clases, le contesté que no. Me dijo que debía ir a su oficina porque tenía que hablar conmigo. Una de mis amigas me acompañó. Yo estaba realmente nerviosa porque en realidad no sabía que podía ser; incluso, llegué a pensar que me regañaría porque ya estaba en finales y que había visto las notas.

Entré, la vi sentada en su puesto, buscando algo en su cartera. Estaba seria. Pedí la bendición, respondió pero siguió buscando en su cartera. Lo consiguió y lo colocó en el escritorio boca abajo. Un pedacito de papel que decía: "Hola, familia, tengo 4 semana". Se sintió realmente extraño, después de 20 años llegaría a nuestra pequeña familia un integrante más. Después de dos perdidas realmente significantes para ambas familias. Primero, el papá de mi papá y al mes siguiente, mi abuela se nos fué. Llegó para a compensar ese vació tan grande.

Los meses fueron pasando y el bebé seguía creciendo. La barriga cada vez más grande, los antojos y náuseas aumentaban. Mi mamá se cansaba mucho más rápido pero no dejaba de ir a trabajar. La emoción que se sentía al ver todos los meses un ecosonograma nuevo era indescriptible. Fue realmente extraño cuando sentíamos que se movía o daba pataditas. Toda la familia estaba feliz. Esperábamos con ansias su llegada. Por momentos pensabamos que todo iba muy lento y otras veces pensabamos que pasaba todo muy rápido.

Recuerdo que lo único que podía calmar las náuseas de mi mamá eran unos helados que vendían a dos cuadras del edificio donde vivímos. Si no bajaba yo, lo hacía mi hermana. Todo para que mi mamá y el bebé estuvieran tranquilos. Mi papá juego voleibol y le tocó viajar fuera de Caracas a jugar. El bebé se pondía muy inquieto, mi mamá no podía dormir, hasta que descubrió que la única manera de calmarlo era colocándose una camisa de mi papá en la barriga.

Después de 9 meses de espera, llegó a nuestras vidas un 23 de Abril del 2016 a las 11:33 am, Jesús Miguel. El hombrecito que nos robó el corazón a todos desde que lo vimos por pimera vez. Una cosita chiqutita y tierna. Lo más hermoso y consentido desde que estaba en la barriga. Ya pasaron dos años desde ese día. Dos años en los que hemos disfrutado un montón de sus ocurrencias. Dos años alegrandonos la vida hasta cuando está dormido. Dos años desde que llegó a llenar nuestros días de luz y esperanza con cada una de sus ocurrencias, con cada sonrisa, con cada besito.

Mi hermanito es todo. Mi hermanito me alegra el corazón con su inteligencia, con sus momentos cuchis y hasta cuando es odioso. Mi hermanito es ese pedacito de felicidad que puede poner tu mundo de cabeza en solo segundos.

Todos los días agradezco a la vida por darme este hermoso y perfecto regalo 20 años después...