Una guerra.

Una persona emocional. Cien porciento sentimental.
Pero a la vez, igual de racional.
Dos caminos contradictorios que en algún momento se deben encontrar.

Una lucha de la mente contra el corazón.
La duda siempre da el inicio a esta ocasión.
No siempre el segundo tiene la razón.

Cabeza, ayuda en esa incertidumbre.
Dice que ella está perdiendo.
Los sentimientos la están venciendo.

Pero tú sabes qué pasa en verdad.
El corazón esta vez no puede ganar.
El dolor será peor al todo terminar.

Es más fuerte de lo que creíamos.
Nos despistamos, y ahora la lucha empieza.
Al menos, te diste cuenta. Los aceptas.

Se llega a una tregua. Es hora de hablar.
Mañana el día será en que todo se sabrá.
No se sabe quién va a ganar, pero las apuestas ya hechas están.

Para quien quiera que sea la victoria, la tuya asegurada está.
La paz mental y la certeza valen mucho más.
Por ahora solo queda esperar. Y que pase lo que tenga que pasar.

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