Ya casi no lloro
Lloraba como si no hacerlo fuera un crimen, como si evitarlo aumentaría mis penas.
Lloraba porque no encontraba otro idioma para descargar mi alma, para alivianar el peso, para aligerar la carga.
Lloraba con motivos y sin motivo también, lloraba aun cuando no tuviera alguna excusa para hacerlo.
No había razones, y cuando la había no era esa la razón por la que lloraba, sino una respuesta retardada de alguna vieja impresion mal transformada.
Muchas vece cedí, para no llorar y otras veces lloré precisamente por ceder. No había firmeza, no había principios, solo había caretas de pura apariencia.
Lloraba porque no sabia como comenzar, no sabia como levantarme ante tanta miseria, porque no dejada de querer intentar agradar, no admitía lo que me gustaba, no me detenía ante lo que me desagradaba.
No discutía, no defendía mis derechos, me creía la victima, pero solo sufría la consecuencia de mis hechos.
...Y Perdí, si, perdí muchas manos que saludar, muchas espaldas que abrazar, muchos labios que besar, pero ya no quería llorar mas.
Ahora lloro solo si por gracias es así, solo por la buena dádiva de vivir, solo por el sacrificio satisfactorio de morir.
O mejor dicho, ya casi no lloro porque aunque hayan razones, no hay razón mas fuerte que la de con la cara seca, Sonreír.