Como ya lo comenté en mi presentación a la comunidad, soy madre de una hermosa niña de 3 años, en esta oportunidad vengo a hablar de ella y lo que me ha enseñado en estos últimos días. Mi hija comenzó su pre-escolar los primeros días del mes de octubre, por lo que estuve corriendo a ver dónde estaban los útiles escolares a mejor precio, sus uniformes, la lonchera, que si el termo de agua, en fin, todo lo que nos mueve en esta etapa inicial.

Yo estaba un poco asustada por la reacción que ella podría tener los primeros días pues está acostumbrada a pasar gran parte del tiempo a mi lado, pero gracias a Dios, se adapto rápido. Ya cuando tenía un par de días asistiendo al colegio, llegaba cantando las canciones que le están enseñando, parte de las dinámicas en clase, y todos los días en la mañana cantan el himno nacional frente a la bandera de nuestro país.

Los primeros días que llegaba cantando el himno, yo estaba embargada en un sentimiento de tristeza, no entendía como no me alegraba verla cantar con tanto ímpetu el himno de Venezuela, el mismo que orgullosamente yo he cantado, luego entendí que la situación por la que pasamos, nos ha hecho incluso olvidarnos de nuestros símbolos patrios, entristecernos al verlos, -pues, ¿quién quiere estar donde hay dolor?-. Mientras mi hija seguía emocionada cantando el himno, cuando la buscaba, cuando llegaba a la casa, cuando veía la bandera en las plazas del estado. Ella que es una bebé y sus maestras maravillosas, estaban enseñándome de nuevo a amar la patria. **_La patria de mis abuelos_**

Esa Venezuela de la que muchos escuchamos hablar en los cuentos de los abuelos, abundante, con trabajo, una Venezuela ordenada, libre de delincuencia, libre de corrupción pues a pesar de los regímenes dictatoriales, ellos los abuelos dicen que "cuando Pérez Jiménez no habían ladrones", haciendo alusión al orden que vivían el país, exportábamos cacao, café eramos potencia agrícola. Y aunque los abuelos también vivieron la pobreza pues los míos son - porque tengo la dicha de tenerlos- campesinos no hacendados, nos enseñaron que aquellos tiempos al parecer, fueron mejores.

Es por eso que para reencontrarse con los símbolos patrios y amarlos intensamente, en este momento donde han sido utilizados por los diversos factores políticos hay que hacerlo desde la Venezuela la nuestros abuelos,pues conocieron el valor y el respeto que los libertadores engendraron por esta nación y en mi caso es lo que he aprendido de ellos.

Ahora y para concluir, cada vez que escucho a mi hija entonar el himno nacional pienso en la Venezuela de mis abuelos, la Venezuela prospera que también conocí, en sus playas, sus montañas, sus esteros y desiertos de los que mis ojos se han deleitado. Les dejaré un video casero en el que mi hija canta el himno nacional y yo orgullosamente la grabó.