Se disfraza de alegría de confianza,
me da la mano cuando temo,
invitándome a abandonar el temor,
la quiero y la odio
porque es mi yo
pero no soy yo.

En las noches tibias
es ella quien se sienta junto a mi cama,
en las noches frías la busco sin remedio
y creo que la he perdido,
pero es solo su ausencia la que me permite amarla de nuevo,
lee conmigo cada noche,
pero su inocencia me perturba, a veces se apodera de mí
y me hace caer de nuevo en el error,
es ella quien me mantiene viva,
se disfraza con mi mejor vestido negro
es quien escribe y me delata, enseñándole mis pies a los demás,
vive en mi mirada,
quiero dominarla, a veces lo logro,
otras veces soy su sombra maldita.

Ella como yo, estoy segura me ama y me odia,
tal vez hoy este llena de amor,
mientras mi mente se apodera de mí
aquí bajo este árbol infecundo,
espero su descanso
y olvido su zozobra.

Pintura de Pablo Picazzo: Mujer frente al espejo