Puerto Nuevo - Puerto vivas. Dos experiencias en un día | Puerto Nuevo - Puerto vivas. Two experiences in a day |

El sábado 14 de abril fui a una comunidad extremadamente pobre en la zona llanera de mi estado, en el sitio se había presentado un brote del Mal de Chagas, una enfermedad erradicada en el siglo XX pero que ha vuelto a Venezuela, las condiciones generales del sitio eran bastante deprimentes, sin tubería de aguas negras, sacan el agua con puntillo y la laguna de oxidación tiene filtraciones lo que hace que todo el pueblo tome agua contaminada con excremento humano, no tienen otra opción, esas personas sin agua pura y tal vez sin días sin poder comer, lo poco que pueden conseguir también está contaminado. Esa una realidad de las zonas rurales.

Su población está bastante deprimida y diezmada, personas en los puros huesos y con muchas enfermedades de por medio. A veces se quisiera hacer todo, y aunque con lo mucho o poco que se puede hacer según quien lo vea, se siente y parece nunca ser suficiente

Saltando de esta escena algo lúgubre, quiero centrar este post es una experiencia igualmente hermosa.

Sucedió ese día. De regreso a nuestra ciudad de origen alguien tuvo la fascinante idea de entrar a otro pueblo, al principio estaba renuente, sin embargo entramos.

El chófer condujo alrededor de 20min, paramos en varias bodegas buscando verduras baratas y conseguimos el lugar donde vendían, también coco frió y guarapo. En ese sitio apartado no hay cobertura, todos los negocios se hacen en efectivo y los venezolanos entenderán el incoveniente que implica que todo sea en dinero efectivo

Al final llegamos al pueblo, su entrada adornada con una hermosa iglesia color ocre, su carretera extrañamente plata para ser de piedra, aquí en este sitio no existe el estrés de la ciudad, ni el estrés de la contaminación de su pueblo vecino.

En el camino nos conseguimos una fiesta infantil y uno de mis acompañantes nos involucro a bajarnos, entretenerlos y disfrutar un poquito con ellos, logramos nuestro cometido, la niña de camisa blanca lo demostró con su carita de felicidad, los más pequeños necesitan de sueños y risas. Y eso me da esperanza

Llegamos a una parada que se observa el río de forma espectacular, cuánta belleza, el agua se veía dorada y allí entendí el nombre del río, que se llama El Dorado.

Una playa perfecta, con agua dulce en vez de salada y a lo lejos las lanchas pescando, en su orilla unas canoas al parecer abandonas que nos llaman para tomar fotografías. Aquí, ese mismo día a menos de una hora de distancia olvide el mal de Chagas, olvide la contaminación del agua, olvide la crisis perdido en la belleza de lo escondido y de lo incógnito.

Simplemente observando las levecimas olas del río, escuchando el palpitar del agua aceptando que las mejores experiencias son las que no planificamos.

Es irónico que en un sólo camino se encuentre la desdicha con la paz de un paisaje.

On Saturday, April 14, I went to an extremely poor community in the plains area of ​​my state, on the site there had been an outbreak of Chagas Disease, a disease eradicated in the 20th century but that has returned to Venezuela, the general conditions of the They were quite depressing, without black water pipes, they draw the water with dotting and the oxidation pond has leaks which makes the whole town drink water contaminated with human excrement, they have no other choice, those people without pure water and maybe Without days without being able to eat, what little they can get is also contaminated. That is a reality of rural areas.

Its population is quite depressed and decimated, people in pure bones and with many diseases in between. Sometimes you would want to do everything, and although with much or little that can be done depending on who sees it, it feels and seems to never be enough

Leaping from this somewhat dismal scene, I want to center this post is an equally beautiful experience.

It happened that day. Back to our hometown someone had the fascinating idea of ​​entering another town, at first I was reluctant, however we entered.

The driver drove around 20min, we stopped at several wineries looking for cheap vegetables and we got the place where they sold, also cold coconut and guarapo. In that secluded place there is no coverage, all businesses are made in cash and Venezuelans will understand the inconvenience that implies that everything is in cash.

At the end we reached the town, its entrance adorned with a beautiful ocher colored church, its road strangely silver to be made of stone, here on this site there is no stress of the city, nor the stress of pollution from its neighboring town.

We arrived at a stop that looks at the river in a spectacular way, how beautiful, the water looked golden and there I understood the name of the river, which is called El Dorado.

A perfect beach, with fresh water instead of salt and in the distance the boats fishing, on its shore some apparently abandoned canoes that call us to take pictures. Here, that same day less than an hour away forget the Chagas disease, forget the pollution of the water, forget the crisis lost in the beauty of the hidden and incognito.

Simply observing the slight waves of the river, listening to the throbbing of the water accepting that the best experiences are those that we do not plan.

It is ironic that on one path there is misery with the peace of a landscape.