Mi traumática experiencia en la universidad.

Mi nombre es Andrea, tengo 20 años y estoy estudiando Publicidad. Llevo 2 años y medio estudiando en la universidad y me han sucedido tanto cosas buenas como malas pero, considero que la peor fue hace 1 año y medio:
Era la segunda semana de clases, todos estábamos prestando atención a la profesora (era estricta), cuando de repente entra un chico al salón, que llamó la atención de todos nosotros y de la profesora.

La profesora le preguntó al chico si él era de esta clase y le preguntó, igualmente, su nombre, el chico contestó que sí, dijo un nombre (no recuerdo cuál) y agregó que se estaba incorporando a clases ese día. A la profesora aún no le habían entregado la lista de asistencia de los alumnos, por lo tanto, permitió que él se quedara.

Algunas personas en el salón lo miraban extraño (incluyéndome), como con dudas, ya que era algo sospechoso, aunque él lo supo disimular ya que había sacado un cuaderno y un lápiz para “tomar notas de la clase”. Nadie del salón se atrevió a salir porque la clase era importante ¡para un examen!

Después de pasar un tiempo (entre 10 y 15min), entran 2 hombres armados y cierran la puerta del salón, nuestra profesora se asusta y dice: ¡Ay, Dios mío!. Ellos entran y amenazan a todos con estas palabras: “Ok, calladitos todos, tranquilitos. Quién se atreva a gritar o hacer ruido, le metemos un tiro”. El chico sospechoso igualmente se une a ellos.

Nos pidieron a todos que colocáramos los celulares sobre las mesas, todos nosotros no teníamos opción más que obedecer sus órdenes. Fueron pasando mesa por mesa, uno de ellos nos amarró las manos detrás de las sillas, el otro (el chico sospechoso) nos ponía cinta industrial en la boca y el otro nos quitaba nuestras pertenencias: celulares principalmente, relojes, collares y pulseras (todo lo que tuviera valor para ellos) y de todos modos, revisaron nuestros bolsos (incluyendo al de la profesora).

Finalmente que ellos se fueron y pasado el susto, todos comenzaron a dejarse llevar por sus emociones, había muchas lágrimas y desesperación. Entre todos nos ayudamos a liberarnos, la profesora por su parte, tuvo que suspender la clase. Al salir del salón el pasillo de ese piso estaba vacío, bajamos a Planta Baja y pudimos ver que todos los estudiantes de la universidad estaban allí. La noticia ya se había extendido en menos de 10 minutos, todos ya sabían lo que había sucedido en nuestro salón.

Muchos se fueron camino a sus casas de los nervios, mientras que otros se quedaron para hablar con los encargados de la dirección de la universidad (situación que no dio frutos). Muchos llegaron a la conclusión de que hubo un convenio entre la vigilancia y aquellos tres sujetos, ya que solo tienen acceso a la universidad los estudiantes que porten el carnet. La mayoría desconfía del personal de seguridad de la universidad.

Después de aquella experiencia, la mayoría de los profesores durante todo ese semestre, cerraban las puertas de los salones o cambiaban de aula a un piso donde estuvieran más personas y no dejaban entrar a quién tocara la puerta. Hasta ahora, no me ha vuelto a suceder lo mismo y tampoco espero que vuelva a suceder ni a mí ni a nadie.