¡Se vive de atardeceres! | Una vista increíble desde una hacienda.
Si alguien me pregunta qué me hace feliz en cualquier momento, mi respuesta es: ver y disfrutar de los atardeceres. En ellos encuentro un pequeño y grato refugio, donde me convierto en una bomba llenándose de pura felicidad. Siempre diferentes, un poco fugaces, pero llenos de fuerte como para dibujarnos una sonrisa de extremo a extremo.
Hace algunos días estuve de viaje con una amiga, su novio, y luego se unieron más amigos. Llegamos a una hacienda hermosa, ubicada en el Parque Nacional de Morrocoy. Por todo el camino hacia la casa, la vía está llena matas de limones. Es una carretera de tierra, donde solo pasan carros rústicos. La brisa que sentí al llegar me comenzó a despejar la mente, y a reflexionar.
En la hacienda, además de cocos, habían ovejas, mucha vegetación y una vista tan hermosa que me cautivó desde el primer día. Realmente la vista, ese horizonte tan infinito, lo fue todo. Eso hizo perfecto el viaje. El azul tan tajante del cielo, es siempre una invitación a estar paz; a regalarnos momentos llenos de armonía.
Fueron días muy gratos, donde compartí con una gran amiga de la universidad (cuando estudiaba Derecho). También fueron días intensos a nivel emocional, días llenos de paciencia, de quererme a mí misma, de descanso. Y, sobre todo, días lleno de amistad. Conocí gente nueva, gente chévere.
Compartimos, hablamos, bebimos, echamos cuentos de la vida, y lo más sabroso: comimos divino. Oriana se destacó un día haciendo choripanes, y la verdad es que pasaron la prueba (jajajaja). La comida para mí es un detalle muy importante porque soy "buen diente", como dicen acá en Venezuela. La verdad es que este viaje fue muy positivo en todos los sentidos. Viajar con Ori fue toda una experiencia; sus chistes, para mí, son los mejores. Siempre le digo que pierde su tiempo al no hacer stand up comedy, y es la verdad.
Sin duda repetiría un viaje así. Durante esos días supe que nuestra amistad sigue intacta, y hasta mucho más linda. Confirmé que me alimento de atardeceres; que el mar me trae recuerdos hermosos y me hace liberarme de esos pensamientos que se vuelven limitaciones con el pasar del tiempo. Somos seres llenos de luz, en constante aprendizaje y transformación; llenos de errores y aciertos, y en nuestro interior hay una chispa que debemos mantener viva haciendo lo que más nos gusta, aquello que amamos.
Sigamos esforzándonos por dar lo mejor de nosotros, por cosechar amistades, y lo más importante: por disfrutar cada segundo de nuestra vida, sin olvidar agradecer todo lo bueno y mejorando lo malo.
¡Salud! y gracias por leerme.
Nos vemos pronto en otro post.
Hermosas fotos y bellos paisajes... Excelente!!!!
Graciaaaas, gracias <3.
Que brutal los colores !! Tomar fotos de ocaso así son una verdadera cacería, buen trabajo!!
¡Graciaaas! Los colores de los atardeceres son increíbles. Saludos.
Que país tan bello tenemos... bellas fotos. Un privilegio que hayas podido hacer ese viaje y refrescar el ojo. Caracas a veces puede ser tan dura. Bellos retratos.
¡Gracias! Totalmente. Caracas es dura pero con una extraña belleza. Este viaje fue increíble; el paisaje fue la recompensa.
¡Qué sabroso se ve ese viaje! qué lindo reírse y disfrutar las cosas bellas, y si en el camino haces unas fotos espectaculares como estas, ¡mejor!.
¡Así es! hay que disfrutar nuestra vida la máximo. Saludos.