Sin amor o Nelyubov en su versión original, es una película rusa que nos muestra una cara oscura del ser humano y también una crítica hacia la sociedad rusa.

La película comienza con dos padres a punto de divorciarse, los cuales discuten, ofendiéndose constantemente pero también deliberando quien se queda con Alyosha, el hijo no deseado de ambos. La discusión se torna cada vez más intensa ya que ninguno de los dos padres deseaba quedarse con el niño, ya que ambos estaban reiniciando sus vidas: La madre, saliendo con un personaje acaudalado al cual admira (quizás solo por el dinero) y el padre saliendo con una chica más joven la cual está embarazada.

Una de las escenas más conmovedoras de este trabajo es justo después de esta discusión en donde la cámara lentamente nos acerca a un Alyosha desgarrado por los comentarios despectivos de sus padres, por no sentirse querido.

La falta de empatía quizás es el enfoque principal de esta película. La madre de Alyosha constantemente hace comentarios peyorativos hacia su propio hijo, una relación de odio que no ha podido superar. El padre desinteresado también por su hijo y buscando un reinicio de una pesadilla vivida por su ex esposa.

Alyosha al enterarse de todo el caos que se produce en su familia, decide salir de casa repentinamente. Tanto padre y madre se muestran preocupados por la ausencia del niño y llaman a las autoridades quienes ponen excusas burocráticas para no hacer una búsqueda de manera instantánea (probablemente como en cualquier país). No obstante, la búsqueda comienza días después, mostrándonos una Rusia gélida y distante, con hermosos paisajes nevados en torno a un posible secuestro, perdida o muerte.

El concepto que subyace tras esta obra, es la falta de empatía e irónicamente, los años de la Unión Soviética, han marcado una huella en los individuos de esta nación haciéndolos individualistas, después de haber vivido una etapa de supuesto colectivismo, representado por el comunismo.

La madre de Alyosha, buscando indicios de a dónde podría ir su hijo, decide junto a la policía ir a donde su propia madre, enfrentando así a este personaje paranoico y delirante. En esta escena podemos observar una señora que vive en una tierra desolada, pareciendo ermitaña y casi misántropa, desdeñando la visita de su hija apenas al llegar y llenándola de improperios constantes. Quizás esto haya provocado que la madre de Alyosha sea tan desapegada hacia su hijo, debido a un trauma con su propia madre.

Esta es un film desesperanzador, que no busca ninguna clase de positivismo barato y trata de ser lo más crudo posible, haciendo hincapié a una crítica hacia la sociedad rusa y la falta de empatía general por parte de la humanidad. Escena tras escena nos va mostrando esta fría realidad que no nos gusta escuchar ni ver. Imágenes posteriores nos harán sentirnos en un thriller, por la búsqueda del niño.

Un drama que sin ser oscuro, nos da un golpe en la cara y nos hace ver quiénes somos y a donde nos estamos dirigiendo.

Fuentes

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