El director galo de esta película, Sébastien Laudenbach, sí que supo hacer una excelente adaptación a la gran pantalla de una de las obras de los hermanos Grimm, sin embargo con un tono diferente, quizás un poco más lúgubre y adulto.

Lo primero que llama la atención al ver el film, es la animación, que dista mucho de lo que estamos acostumbrados, muy original y plasma lo artístico e independiente que es la obra sin dejar a un lado una estética maravillosa que nos envuelve aún más en la película.

La obra nos cuenta la historia de un molinero que se ha quedado pobre debido a la escasez de agua a lo cual al principio de la película decide matar a un cerdo para alimentar a su familia pero repentinamente aparece un hombre que lo hace reflexionar diciéndole ¿Tanta hambre tienes? Y con el cual hace un trato, el hombre le ofrece riquezas inimaginables a cambio de lo que está detrás de su molino. El molinero seguidamente bebe de un elixir de la riqueza y pronto se da cuenta de que en el río empieza a fluir oro.

La esposa del molinero le dice que al momento de hacer el trato, su hija estaba detrás del molino y que es parte de la deuda que tiene con el hombre misterioso, quien al ver la pureza de esa joven, le dice al molinero que la desea pero sucia, a lo cual, la ambición del molinero no se deja esperar y no deja que la chica se bañe.

Pronto la joven está sucia, habitando en un árbol al cual amaba pero triste al no poder estar con su familia. El hombre misterioso, por no decir maligno, aparece para cobrar su deuda e intenta atacar a la doncella que con su pureza rechaza el ataque con sus manos llenas de pureza y las cuales no fueron nunca contaminadas. El hombre misterioso le ordena al padre de la joven que le quite las manos y eso hace el padre, al no querer perder todo el oro que había ganado.

El resto de la película es una constante alegoría, narrada de una manera magistral y pese a su corta duración, el director gracias a la animación obtenida, nos lleva a ambientes que nos producen fácilmente estados hipnóticos o de sopor, dependiendo de las escenas.

Sin duda alguna esta ha sido una de las mejores películas animadas que he visto hasta los momentos, dejándonos con una reflexión sobre la ambición y el amor (pronto descubrirán porque), sin el cual la vida no tendría sentido ya que es el motor que hace funcionar a los humanos, junto a la pasión por vivir pero también sobre las adversidades, la codicia, la envidia y la ambición malsana que hace a muchos cambiar y girar en un entorno de auto destrucción.