ETAPA 15-- Libro - Capitulo 7 (Cuando la tragedia esconde una inmensa decepción)

in #spanish6 years ago

ETAPA 15

                                   CAPITULO 7

http://www.imagenesyfotosde.com/2013/05/ojos-tristes-parte-4_24.html

Los tíos de Guillermo habían vuelto de su viaje en Alemania. Arribar la casa donde se había producido el suicidio de Raquel, no fue fácil, pero ellos vivían allí y pasado el primer momento todo siguió normalmente.
En el living ya no quedaban rastros de la escena. La tía Teresa Dominicús preparó una cena deliciosa, para la hora del café la conversación ya se había hecho muy cálida. Clara escuchó con fascinación la historia de amor, entre lo que le contó que cuando su esposo le regaló el medallón que se observa en el cuadro, ella todavía estaba de novia con otro joven y que fue un escándalo en su familia que ella rompiera el compromiso.
Lamentablemente todo se entristeció cuando llegó el tema de la sobrina. En su estadía en Alemania se pusieron al tanto que la policía a pesar del tiempo no había dejado de seguir investigando.

                                    CAPITULO 8


http://www.telemundo.com/noticias/2016/06/12/hallerbos-y-otros-13-bosques-misteriosos

Un domingo Joaquín llegó temprano y silencioso, la casa dormía plácida, la radio de Aldo se escuchaba con poco volumen. Clara salió rápido a su encuentro, saludó a su fiel amigo y hablaban en voz baja para no despertar sospechas en la familia.
Caminaron directamente hasta la zona del pozo, algunos resabios de nieve aún se conservaban en la sombra del bosque, la humedad nutría la arboleda, y las plantas bajas se desligaban de los copos para poder reverdecer. Los zapatos de tracking que ambos usaban por costumbre, ayudaban a suavizar el esfuerzo que les producía la empinada montaña.
-¿Es por acá, verdad?- comentó Clarita dando muestras de recordar la caminata anterior al lugar buscado.
-Sí, vamos bien, falta muy poco.
Al rato vieron las maderas apiladas y los cimientos de la cabaña que nunca fue terminada, dos caballos andaban sueltos.
-Éstos deben ser de don Ernesto; no te conté, me lo crucé hace unos días.

  • Sí, de él o de los Shubert,
    Entre conclusiones llegaron al lugar, la boca del ¨monstruo¨ cómo lo llamaba Clarita porque se la había tragado, estaba tapada con maderas gruesas.
    -¡Está tapado, Joaco!
    -Seguro el dueño de los caballos que merodean la zona- dijo el diligente jovencito.
    Se sentaron a descansar en las maderas apiladas, Clara sacó una brújula que Aldo le había regalado como recuerdo personal, hacía alrededor de cinco años.
    -Ahora va a ser de utilidad. - y levantó la mano con el elemento a la vista de su amigo.
  • Vamos a hacer algunos tramos al norte.
    Sin cuestionamientos comenzaron a caminar, una hora en esa dirección y no habían cruzado nada, ni a nadie. Volvieron cerca de la zona de partida y emprendieron otra caminata dirección este, pero para ese lado ya se veía el caserío de los que vivían en los límites del bosque. Se había hecho mediodía y si no regresaban tendrían dar muchas explicaciones a la familia, así pasaría como un paseo más de los que daban desde pequeños.
    El abuelo no se había levantado a desayunar, Melissa y Julián conversaban en la galería y Gerónimo tiraba palos para que Bairon y Sultán, sus perros más traviesos los atrapasen. Los amigos llegaron cansados, pero no llamaron la atención, desde siempre caminaban juntos sobre todo si era domingo.
    -¿Y el abu?- está escuchando la radio todavía, debe tener frío- determinó la madre mientras levantaba una bandeja con restos del desayuno.
    -Voy a golpearle la puerta- respondió Clara sabiendo que a Aldo no le molestaría.
    La joven se arrimó y golpeó suavemente. Aldo no respondió. Lo hizo con más fuerza pensando que no la escuchó por el sonido de la radio, no hay respuesta. Entonces no esperó, abrió, el abuelo estaba durmiendo todavía
    -Abuelo, ¡abu, abu!- gritó Clara atormentada.
    Atraídos por los gritos los demás corrieron inmediatamente. Aún respiraba, pero su corazón no se escuchaba normal. Estaba en un coma diabético.
    La ambulancia llegó, lo llevaron al nosocomio,
    -Papá no se cuida, me saca las cosas dulces cuando no lo veo, ¡qué voy a hacer con este anciano cabeza dura!.
    -Vigilarlo todo lo que podamos, él sabe a los que se arriesga.- dije Julián con preocupación.
    En cuatro o cinco días, Aldo se había repuesto, hacía bromas a respecto de lo que había ocurrido pero no recibía sonrisas, todos lo amaban mucho y no querían perderlo. Guillermo acompañó a su novia en este trance y también German que disfrutaba del momento de debilidad de la familia para caer bien.
    Los celos del pediatra iban creciendo, por momentos se ponía muy nervioso al compartir el mismo ambiente con su supuesto rival. Los demás integrantes se hacían los desentendidos.
    Pasaron los días y Aldo regresó a la casa, era vigilado para que no se acercara a la cocina, ninguno quería pasar otra vez por el susto que este viejito travieso les había ocasionado.
    Después de alrededor de un mes que el abuelo volvió a su casa, un día de semana que Clara y Joaquín tenían libres, decidieron continuar con el objetivo que tenían entre manos. Esta vez, después de llegar al pozo, caminaron al sur. Era difícil no ver todo el bosque uniforme, pero Joaco había desarrollado cierto tino para manejarse en la zona, incluso Clarita de tanto andar por ahí tenía en su ojos alguna diferencia.
    Después de tres o cuatro kilómetros, vieron la parte posterior de una cabaña entre la niebla matinal. Tenían esperanza, inventaron un sendero siguiendo la dirección de la brújula. Al acercarse tuvieron la sorpresa de reconocer la cabaña de Julián.
                                       Mónica Ramona Pérez

HASTA LUEGO!!!

Ya terminamos el capítulo 7 y comenzamos el 8 que es el último. El final se acerca y espero estar en la acompañada por todos mis amigos.

Este libro tiene los derechos reservados.

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