El Papel de Pared Amarillo

Hoy les hablaré sobre un relato bastante antiguo que me impactó muchísimo: El papel de pared amarillo, escrito por Charlotte Perkins Gilman. 

Este relato básicamente trata sobre el transcurso de la enfermedad mental de la propia Charlotte Perkins, narrado en primera persona. A lo largo de las primeras páginas, la protagonista nos cuenta que se había mudado a una casa de veraneo junto con su esposo John, su cuñada y su bebé recién nacido, en donde se hospedarían durante 3 meses. 

En el relato, la narradora da a entender que la pareja decidió pasar unos meses en otro lugar precisamente por causa de su enfermedad. Según su marido (quien además era médico) Charlotte sufría de una afectación en los nervios, por lo cual le recetó reposo absoluto, sin ni siquiera dejarla escribir o recibir visitas. John prácticamente encierra a Charlotte en una habitación que la pareja compartía, que otrora había sido un cuarto para niños y cuyas paredes habían sido forradas con un extraño papel de pared de color amarillo, y que desde el primer momento había llamado la atención de la protagonista de un modo bastante peculiar.

Pasan los días y a medida que el aburrimiento de Charlotte encerrada en aquella habitación aumentaba a causa del aislamiento y de la falta de estimulación, también lo hace su enfermedad y su obsesión con aquel papel de pared que, según la narradora, trazaba unas líneas sin sentido ni simetría a lo largo de todas las paredes y tenía varios tonos de amarillo, siendo que en algunas esquinas de la habitación llegaba a ser de color naranja chillón.

Mientras transcurren las semanas Charlotte pasa cada vez más tiempo analizando ese papel de pared, tratando de buscarle un sentido. Tanto así que su obsesión por el papel empieza a robarle el sueño y a ocupar prácticamente la totalidad de sus días durante su estadía en aquella casa que en un principio no parecía nada fuera de lo común, llegando a un final delirante (literalmente) e inesperado.