Entró el invierno al Edo. Lara, en Venezuela.
Un saludo cordial a todos los miembros de la prestigiosa comunidad steemit.
La expresión que da inicio a esta publicación es correcta, pero no cumple con los fundamentos de la de la meteorología.
Panorámica del caserio Páramo del Gallo, Iribarren, Lara, con abundante nubosidad.
Lo correcto sería decir “estación lluviosa”, que en Venezuela ocurre, según estimaciones del Instituto de Meteorología e Hidrología, INAMEH, desde el mes de mayo a noviembre y tiene temperaturas que oscilan entre los 24°C y los 27°C.
Imagen del cielo, al oeste de Barquisimeto, con el sol opacado por las nubes de lluvia.
En contraposición, la estación seca va desde el mes de diciembre a abril, aquí la temperatura puede ascender hasta los 35°C durante el día.
Río llanero, en plena estación seca.
Por supuesto, la lluvia en el estado Lara tiene características particulares, diferenciadas de las lluvias en las zonas llaneras o andinas. Esto está determinado por la textura del suelo, presencia de obstáculos en el terreno, cantidad de precipitación, presencia de ríos o represas, entre otros.
Vía de penetración agrícola anegada, en el caserío Las Mulas, Iribarren.
La estación lluviosa siempre trae consecuencias para todos los elementos que integran el Edo. Lara.
Laguna de invierno, recién formada, donde se observa las gotas de lluvia, en el caserio El Toro, Usera, Iribarren, Lara.
Las personas sufren trastornos en su desplazamiento, por el temor a mojarse. Las enfermedades virales se exacerban y muchos faltan a sus labores diarias, eso sin mencionar los daños en la infraestructura de las ciudades, pueblos y caseríos. La fuerza del agua es innegable.
Deslave por efecto de las fuertes lluvias, en una vía de penetración agrícola, sector copeyal, Iribarren, Lara.
Pero no todo es malo.
El agua de lluvia cae a la tierra, irrigando cultivos, qué de no contar con esa precipitación, el agricultor tendría que disponer de un recurso hídrico muy costoso.
El agua que cae desde la atmósfera (Hidrometeoro), se acumula en los ríos, que son susceptibles de ser represados, para luego ser tratados apropiadamente, a fin de abastecer de agua potable a las diversas comunidades del Edo. Lara.
Desembarcadero, en la represa de Dos Cerritos, vía a Humocaro, Morán, Lara.
Tanto la fauna como la flora se benefician, en alguna medida, de la estación lluviosa.
La materia orgánica, absorbe los excesos de agua presentes en el medio, que unidos al calor y luz circundante, aceleran la acción de los organismos saprofitos o descomponedores. Así se reincorpora la materia orgánica al suelo y los insectos usan esos nichos para alimentarse o poner sus huevos.
Motivados por el aumento de la humedad circundante, los líquenes (asociación de un alga y un hongo) se instalan como comunidad pionera, sobre la corteza húmeda de los árboles, garantizándose agua, luz solar, sales minerales y aire, requeridos para su sustento.
En la actualidad, se sabe que los líquenes pueden presentar la asociación con un tercer hongo, una levadura. Estos se hacen muy notorios por su capacidad de fructificar y por tener propiedades venenosas para otros seres vivos.
Algunos líquenes prosperan como comunidades pioneras, sobre las rocas.
Las plantas rastreras, se aprovechan de la humedad que se acumula bajo la hojarasca que cayó durante la estación seca, para prosperar y desarrollarse.
El agua que cae por precipitación, durante la estación lluviosa, en los campos del Edo. Lara, a veces se torna cruel, sobre todo con los nidos de las hormigas y bachacos. Los inunda y obliga a estas poblaciones a sacar el material hidrófilo, que afecta a sus habitantes. Muchas mueren ahogadas o pierden las reservas alimentarias.
La estación lluviosa representa para las plantas silvestres del Edo. Lara un período primaveral, dando inicio al proceso reproductivo, a través de la floración y posterior fecundación.
Las plantas como la escopetilla, se aprovechan del exceso de humedad de la estación lluviosa para dispersar sus semillas. Su fruto en forma de cápsula, se abre en sus dos componentes y lanza sus semillas de forma vertiginosa, esperando que caigan en suelo fértil, lejos de los progenitores.
Las briofitas, conocidas como musgos, también colonizan los troncos de los árboles y el suelo, en busca de agua y otros nutrientes.
Los hongos de oreja, conocidos como basidiomicetos, también se benefician de la estación lluviosa y fructifican con facilidad.
Finalmente, me atrevo a asegurar que la estación lluviosa es un período de prosperidad y abundancia para todos los seres vivos que conforman los distintos ecosistemas naturales presentes, a lo largo y ancho de la geografía larense.
Alí Riera
Todas las fotografías son propiedad del autor y fueron tomadas con un teléfono iPhone5c.
Gracias por su respaldo, motivador. aliriera