Petros venezolanos... ¿Para qué sirven?

Respaldo en riquezas mineras a gran escala y total control del gobierno

El "Petro" como criptomoneda está esencialmente orientado a enfrentar situaciones de carácter político más que económicas. Surgen como consecuencia del enfrentamiento entre potencias para las cuales Venezuela es sólo una zona de conflicto.

Algunas causas para la creación del Petro son los factores de la economía global que han hecho de las criptomonedas una opción para las transacciones comerciales y financieras, así como también condicionantes geopolíticos que enfrentan los intereses nacionales de las potencias o bloques de naciones.

Los Petro no son realmente una creación bien planificada surgida del gobierno venezolano; este coloca los recursos mineros de la nación como respaldo, pero no identifica el acceso a esos recursos ni a los administradores responsables de la gestión.

Dos modalidades del Petro, con respecto a su respaldo en recursos mineros, son patrocinados y a la venta.
El Petro-petróleo tiene como garantía un yacimiento de crudo pesado que no está en producción, es decir, ese petróleo aún está bajo tierra. Esta modalidad de respaldo no da la transparencia necesaria para los compradores. El discurso gubernamental de promoción evidencia que su real objetivo es manejar las transacciones del Petro-petróleo como parte de una solución a graves problemas macroeconómicos, en particular el de la desmonetización.

El Petro-oro, la otra propuesta, tiene como respaldo las reservas de oro y las minas que están en explotación, a demás de las futuras reservas cuantificables. Aún cuando, potencialmente, se han estimado en un alto potencial de producción esas minas son gestionadas con una escasa auditoria. Sin embargo, con esta moneda el gobierno tiene una mayor oportunidad de obtener divisas; eso a consecuencia de las políticas monetarias de Rusia, China e Irán países que están acumulando reservas en oro para respaldar sus monedas nacionales frente a sanciones y disputas comerciales internacionales.

El gobierno venezolano no ha logrado alcanzar la confianza que necesita en los mercados globales para desarrollar su comercio de criptomonedas, porque sus politicas monetarias y de gestión del negocio no son transparentes.