La rutina

Deseo despertar teniéndote a mi lado desde el primer momento, testigo sera mi almohada, hogar de los abrazos que me gustaría brindarte y centro suavizante del síndrome de abstinencia que has conseguido instaurar dentro de mi.

Te daría los buenos dias de una forma muy especial, te robaría un beso con la única esperanza de sacarte una sonrisa que hace conmigo lo que quiere y cuando quiere. Esperaría de igual manera los tuyos, sintiéndome como un niño aguardando feliz e impaciente a la salida del colegio para volver a casa, porque tu eres como mi casa, el lugar favorito donde siempre quiero estar.

Iría a buscarte y esperarte a unos metros de la puerta, con la ilusión de verte aparecer de la nada y ver como, al acercarte, va aumentado la tensión entre nosotros. Una tensión que solo se alivia tras ese beso dulce y reconfortable que nos entrelaza, nos reafirma y nos hace saber que, lo que somos, y lo que sera para siempre, me causa sensación de vértigo.

Cuando te tenga cerca, permitirme compartir contigo mi espacio vital, cada vez se une más y más al tuyo. Déjame ponerte al día de nuevo, mientras con la mirada, me dices que eso ya te lo he dicho, y preguntarte, como sabiendo la respuesta, si me amas y me has extrañado. Acepta mi invitación para hacer lo que nos de la gana durante las horas que estemos juntos, desde tumbarnos en la cama a disfrutar de nuestras miradas, pasando por escaparnos a esos rincones predilectos que dan rienda suelta nuestros instintos y sentimientos mas ocultos.

Aprovechar y dedicar el tiempo que tengamos entre manos, pues el se encargara de esfumarse cuando volvamos a mirar el reloj. Vamos a dejar todo atrás, ya tendremos tiempo para volver. Tranquila, no tan rápido, que tu y yo vamos muy lejos.

Me niego a despedirme. Es algo para lo que nunca estare preparado. Cuando se trata de alejarme de ti, el tiempo se hace eterno. Decepcionado volvere a casa, esperando unos minutos en su interior para decirte que llegue sano y salvo. No pararemos de escribirnos hasta que llegue la hora de irnos a la cama, cado uno en la suya, planearemos juntos lo que haremos al dia siguiente y te dare con miedo las buenas noches, cerrando el ciclo de lo que podria llamar un dia perfecto. Mañana sera mucho mejor que hoy solo contigo.