LA VERDAD PRENDE Y APAGA; APAGA Y PRENDE…

in #spanish6 years ago (edited)

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“Ver para creer” es un dicho popular cuya autoría suele adjudicarse a Santo Tomás, el seguidor vivencial de Cristo. Los entendidos en cuestiones religiosas usualmente expresan que las fuentes documentales de tales palabras (o, en todo caso, otras que dan cuenta del mismo significado) hay que buscarlas en “el evangelio de Juan / 20, 24-29”. Como se sabe, este personaje, Tomás, expresaría en caliente ante sus correligionarios una enorme incredulidad ante las versiones de que Cristo había vuelto a la vida a posteriori del asesinato público.

Oportuno es traer a colación lo que había dicho Platón, un poquito más de tres siglos antes. La realidad de las cosas que vemos, exponía, no está en ellas mismas sino que está fuera; está en una dimensión superior llamada topus uranus.

Entonces… ¿Tiene más razón el planteamiento de Platón que el de Santo Tomás? ¿O, sin dar más vueltas al asunto, el suspicaz planteamiento de éste deja sin efecto toda especulación platónica?

Bueno. Tanto la reflexión de Santo Tomás como la reflexión de Platón poseen cuotas significativas de razón y de sinrazón.

Es que las cosas reales en sí, poseen una capacidad enorme de ocultar su esencia. Esto ocurre tanto en los fenómenos de la naturaleza como en las relaciones sociales. Si las enfermedades mostraran naturalmente su fundamento, entonces simplemente al padecerlas supiéramos cómo son en verdad y cómo salir de éstas. Si las relaciones sociales fueran diáfanas en su desarrollo, entonces ni siquiera sería necesaria la existencia de la política (en tanto teoría y práctica del poder). La realidad es harto engañosa; dificulta como el que más, su comprensión. Oculta, en buena medida, su esencia.

El tal topus uranus, claro está, no existe. No existe. Ah… pero pobre de aquél que ignore que las cosas reales son determinadas desde afuera.

En filosofía existe una categoría de enorme importancia. Ésta es “la concreción”, “el concreto”. En rigor, lo concreto es lo específico; es la cosa que existe en la realidad tal como es. Lo concreto es lo singular; es lo particular. Ah, pero no existe concreto “que se gobierne solo”; no. Todo concreto es en tanto y en cuanto lo general ejerza presión. En no pocas ocasiones, esta presión de lo total a lo específico, resulta determinante, decisorio. ¡Cómo podemos explicar el desate de un tsunami en una región específica del planeta, sin contar con la comprensión de factores tan generales como, por ejemplo, el “recalentamiento global” u otro por el estilo! ¡Cómo podemos explicar la caída del dólar en una formación social específica, sin entender la calidad y la cantidad de la manera como la correspondiente moneda nacional se debate en el mercado internacional! ¡Cómo comprender la disfunción de determinada parte del organismo humano, sin tomar en consideración el sistema total de éste!

Quizá no exista otro filósofo que en esta problemática de lo concreto, lo total y la verdad, haya nadado más profundo que el checo Karel Kosík (1926-2003). En su obra máxima “Dialéctica de lo concreto” pone a rodar una categoría de desgarrador poder heurístico; a saber, “la pseudoconcreción”.

Plantea Kosík que si bien es cierto que en cada cosa real habita su esencia, ésta suele esconderse al tiempo en el cual se asoma. En este proceso se gesta una suerte de espiral de lo específico y de lo total (y a la inversa). Exponía que la pseudoconcreción es un rasgo que toda realidad posee, de dar a conocerse tal como es; ello simultáneamente con ocultarse o parecer como no es.

Con profundidad y genialidad, decía Kosík que la pseudoconcreción es un zigzag de verdad y engaño…

Hoy en día decimos nosotros que el punto está en la inteligencia de tomarle a la cosa, el provisional pulso; ello, para advertir cómo es la cosa y cómo la cosa sería en tanto y en cuanto los condicionantes globales se muevan. No hay duda que el ordenador podría ayudarnos…

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¿Consideras entonces, que la verdad dependerá entonces de las condiciones en las que se examine? Bajo estas bases de incertidumbre y variabilidad ¿Podemos asumir que no existe una verdad universal y completamente visible? ¿Qué solo veremos como realidad lo que entendemos a primera vista, por la pseudoconcreción?

Pero sobretodo... ¿Cómo asumimos eso como verdad, bajo esas bases? Genera muchas dudas. Tienes toda la razón en tu titulo, la verdad prende y apaga. ¡Gracias por este pensamiento filosófico!

-A.

Ciertamente, amigo (a) @aidnssanchez . No es tan sencillo el asunto de la verdad. Hay un dicho cuya autoría he advertido que está difuminada... "Ten cuidado que no te engañe la verdad". Le invito a seguir en contacto.

Profesor, acabo de descubrir su trabajo. Cuenta con un fan.

Será un placer seguir compartiendo, amigo @psicologo . En mi blog hay una serie de artículos referentes a la psicología. http://alexandermoreno-filosofia.blogspot.com/

Excelente, como siempre... Compraré una lupa y un ordenador para evaluar la verdad, a decir verdad.

Gratificante su palabra de estímulo, @kakao74 . Gracias.

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