En una noche sin luna,
en un bosque a la penumbra,
escapa una niña de su sombra,
corre y esquiva la maleza una tras una,
mientras recuerda su infortunio,
su cabeza se retuerza al recordar,
sus lágrimas alimentan al bosque.
La rabia hace aumentar la tiniebla,
mientras la oscuridad divide su figura
y aparecen unos ojos de maldad pura,
unos colmillos bordeados de sangre púrpura,
unas garras con ansias a devorar,
pobre niña de rojo teñido su chaleco,
ahora de rojo teñirá su sangre el suelo,
cuando este ponga los colmillos en su cuello.
Atrapada sin salida caperucita es retenida,
él babea excitado por su proeza,
una presa tan joven es una recompensa,
¿Por que me traicionas lobo feroz?
¿Acaso comerte a mi abuela no fue un trato entre los dos?
¿Por que rompes el pacto firmado ante el sol?
Puedo conseguirte más carne para tu alimentación ,
¿Yo traidor? Jajaja se reía el lobo feroz,
¿Acaso no era tu apreciada abuela la que me diste en bandeja?
Si conspiras contra tu sangre, entonces yo soy el vengador,
susurrándole al oído le dijo:
el ultimo deseo de tu abuela fue: ¡no la dejes escapar!
Has que al infierno vaya a parar.
Y abriendo su gran boca comenzó a destrozar.
Aquella noche, abuela y nieta a su panza fueron a llegar,
de la traición nadie puede escapar,
siempre habrá un lobo que te hará pagar.