LA INCERTIDUMBRE DEL PRESENTE - CAPÍTULO I - ¿CUÁL ES EL SENTIDO DEL CONSUMO?
La pulsión del lucro es una de las grandes pasiones del alma, un deseo irracional que va más allá de la supervivencia, la seguridad o el placer. El afán de poseer es algo primario, algo que está allí, ¡claro! va teniendo matices culturales, y en ciertas épocas de la historia ha sido reprimido o controlado así como en otras se ha incentivado.
Mientras que en gran parte del Medioevo la pobreza era lo que la religión y las ideologías dominantes incentivaba como ideal moral, con el surgimiento del capitalismo emerge la idea de la acumulación de riquezas y la acumulación de capital, como una virtud.
Entonces la misma pulsión va teniendo un cambio a lo largo de la historia de la humanidad, aunque la naturaleza humana es más o menos la misma. Tenemos patrones emocionales que son aproximadamente los mismos desde el siglo V antes de Cristo, o del mismo periodo neolítico. Observamos como la misma pasión va teniendo expresiones diferentes y va teniendo subidas y bajadas y eso nos va dando las peculiaridades del tiempo, porque son tiempos que son dominados por una u otra pasión.
Habida cuenta de que el mundo actual pudiera dividirse, de forma esquemática, en países desarrollados, países en vías de desarrollo y países inmersos en la pobreza, estamos estableciendo diferencias en cuanto a paradigmas de acumulación de riquezas.
Esta pulsión, por tanto, difiere, ya no es la misma, por ejemplo, en los países muy desarrollados, en los países en vías de desarrollo y en los países absolutamente depauperados donde si acaso existe algún criterio de riqueza sería, por ejemplo, tener acceso a agua potable o a bienes elementales, porque según cifras de la ONU, aproximadamente mil millones de personas viven con menos de un dólar al día, dos mil millones con menos de dos dólares y, mil quinientos millones de personas no tienen acceso a servicios básicos elementales como agua potable.
Y en los niveles más extremos de pobreza incluso ves la codicia como algo que lleva a los seres humanos a querer acumular, a querer poseer y exhibir símbolos de riqueza.
Una búsqueda de status por gente unificada en la pobreza. Un status falso e ilusorio y una pobreza profunda, una pobreza del alma.
El consumo como una nueva disposición conductual en el ser humano, que pertenece tanto a ricos como a pobres, a países ricos y a sociedades ricas como a países pobres y sociedades pobres. Es un modo de expresión humano bien importante hoy en día, al cual debemos darle una lectura psicológica particular para entender realmente su significación en el ser contemporáneo.
Creo que hay un cierta concienciación en esta sociedad absolutamente globalizada acerca del consumo, sobre todo del consumo selectivo. Es decir, hemos pasado de un consumismo prácticamente compulsivo en los años 80 y gran parte de los 90 a un consumo selectivo, o sea, de meros productos hemos pasado a la adquisición de marcas y por ende a la identificación con las marcas.
Por otra parte, en latinoamérica hay un especie de mezcla de genética y culturas, según la cual, por ejemplo, aun no tiene esa propensión que tienen los países anglosajones a la concreción del capitalismo.
El latinoamericano es una persona mucho más dada al colectivo, a la familia, a los amigos, a los otros, al grupo amplio. No es posesivo, aunque si le interesa consumir, no tiende a hacerlo con el afán de acumular sino de repartir y gastar.
Eso hace la diferencia, porque el capitalismo se forma en la típica imagen que nos pinta Weber en la ética protestante: el individuo es metódico, se levanta tempranito, trabaja todo el día, no gasta nada y acumula.
El individuo es el ser individual, particular que posee y que a través de esta posesión es que logra una identidad. Durante la conquista y la colonia, hubo un momento histórico en el que España fue el país más poderoso del mundo. Se decía que en el imperio de Carlos V jamás se ponía el sol porque abarcaba desde las filipinas hasta América. Tenía entonces el imperio Español todas las condiciones para ser predominantemente capitalista y de hecho no lo fue, lo fue Inglaterra, el primero de ellos.
La práctica de la España de los Habsburgo, es fundamentalmente mercantilista, no fue nunca una economía de producción, sino una economía de explotación, osea, la idea de la época no era venir a América a hacer instancias productivas sino apropiarse de las riquezas.
Es así como el proceso evolutivo del hombre occidental ha sido en gran medida concretado desde una psicología donde el individuo pertenecía y se orientaba a través de la tradición, pues pertenecía a la familia, al clan, al grupo, a la ciudad, etc. Era ésta una psicología colectiva orientada a la construcción social, aunque ese mismo proceso evolutivo contemplaba, al mismo tiempo, la construcción de un yo individual.
Este proceso se va solidificando en un mundo que estaba animado, donde las piedras, los árboles, las montañas tenían un espíritu, el poblado tenía una vida; es lo que algunos antropólogos antes llamaban la Ley de Participación, donde uno participaba un poco de los otros seres y no había unos claros límites entre la individualidad de uno, las cosas y las personas.
Entonces hubo en Occidente un proceso evolutivo de muchos siglos de construcción de la individualidad, donde el alma se fue sacando del universo de los demás, de las cosas y se fue concentrando en el ser humano y así pasamos a ser los únicos que teníamos alma, nos hicimos individualidades claramente separados del universo natural, del universo animal; ese proceso llega a su punto culminante en el siglo XIX y principios del siglo XX.
A partir de allí, asistimos otra vez como una animación del mundo, donde los límites y la individualidad dejan de ser tan claros, y empieza de nuevo a fluir toda la energía psíquica que está concentrada en el individuo de ahora hacia el mundo. El proceso de consumo tiene que ver un poco con esa transformación psicológica.
Por necesidad inmanente del crecimiento de las nuevas economías, se comienzan a establecer reglas del juego para la globalización, en las que los Estados tienen que circunscribirse a una cantidad de especificaciones globalizantes, pues coincide este estadio del capitalismo con la expansión tecnológica e informática.
Momento histórico en el cual el Estado ha perdido peso sustancial en relación con las grandes empresas y las necesidades de expansión del proceso globalizador. El individuo vive entre ser ciudadano ante el Estado y consumidor ante la economía de mercado. Al perder preponderancia el Estado, el ciudadano, por ende, se ve desamparado.
Entonces, al perder el Estado sus funciones o al diluirse o al debilitarse, el ciudadano comienza a construir su propia existencia, se hace cargo de sí mismo y en esa existencia se construye, como consumidor antes que nada de necesidades que antes le proveía el Estado.
Así hemos pasado del ciudadano al consumidor de necesidades básicas como un seguro privado para su familia, por un lado, y por el otro vemos la conformación de consumidores selectivos donde prevalece ya no el producto sino la marca.
Sin embargo, hay que admitir que la producción capitalista dio la posibilidad de proveer una gran diversidad de objetos que podían u ofrecían la posibilidad de diferenciar la forma de satisfacer las mismas necesidades que tenemos todos, la necesidad de comer o la necesidad de seguridad.
Lo interesante del fenómeno del consumo es que los objetos se convierten en una moneda de intercambio psicológico. El objeto adquiere un valor simbólico, a través del cual vas a empezar un intercambio psicológico entre tu individualidad y el mundo. Y es allí donde el consumo adquiere esa complejidad que tiene hoy en día, porque los objetos terminan tomando características de personalidad y las personalidades terminan adquiriendo características de la cosa.
El consumo se ha convertido en el lenguaje fundamental de intercambio del ser humano con la sociedad. El objeto del consumo es una moneda de cambio entre el individuo y el mundo.
Y, entonces, ese objeto de cambio adquiere un valor simbólico de tal magnitud que empieza a tener una existencia prácticamente autónoma, porque ya el objeto de consumo deja de representar el objeto en sí, para convertirse en una experiencia total, y lo que el individuo va a adquirir a través del objeto de consumo, no es un objeto específico, sino un intercambio de mensajes con la otra persona, con respecto a quién es él, cuáles son sus intereses, cuáles son sus actividades o cuál es su identidad como persona. Y todo eso va a ser un lenguaje como subyacente, silencioso, a través del objeto, sin que nosotros tengamos que expresarlo.
No consumimos para simplemente satisfacer una necesidad, estamos consumiendo para hablar con el mundo, con las otras personas, y nos relacionamos con las otras personas a través de ese objeto de consumo.
En las técnicas de mercadeo, por ejemplo, se hacen hoy en día estratificaciones por estilos de vida. Desde el punto de vista del individualismo occidental del siglo XIX, obviamente podríamos decir que hay una debilidad actual del yo, del individualismo, de la construcción de un yo autónomo, totalmente aislado. Y en ese sentido ahora y otra vez si hay una necesidad de pertenencia, hay un peso más fuerte del colectivo que de ese individuo autónomo del siglo XIX; en ese sentido sí sería una debilidad. Pero, por el otro lado, podríamos simplemente verlo como un patrón de diferencia, aunque siempre el individuo a buscado pertenecer.
La diferencia es que ahora hay una moneda de cambio que es el objeto de consumo. En definitiva, antes tú querías ser caballero, entonces llegabas y te adscribías a ser caballero. Hoy en día tú consigues la pertenencia a la orden de los caballeros, vía el consumo de ciertos objetos que te van a decir que tú eres un caballero de la orden de tal cosa.
Entonces, el objeto está fungiendo como mediador, se ha convertido como un objeto simbólico transicional entre el ser humano y el mundo como expresión de intercambio entre los dos. Entonces ¿qué sucede?: que el consumo se convierte en tu principal lenguaje, en tu principal medio. Es como si a través de la conexión con los objetos es que las personas tienen la experiencia de la vida. Entonces, sí hay un debilitamiento en el sentido de que la experiencia de vida está mediada por un objeto.
Pero, la otra forma como también podríamos verlo es tal vez como en una conexión muy inconsciente a través del objeto con el mundo exterior, en donde estamos tratando de conectarnos con el exterior y, al no lograr hacerlo de manera consciente e individualmente, lo hacemos mediado a través de los objetos ¿no?
En ese desvío empiezan los objetos a conformar un mundo de señales que están allí marcando, tocando complejos, necesidades, motivaciones, emociones. Ese mundo de objetos expuestos repentinamente toma autonomía, como el mismo dinero. El dinero se interpone repentinamente entre el objeto y el comprador y ese dinero en un cierto instante toma autonomía sobre todo.
Yo creo que el objeto de consumo ha sido un poco así; suple esa necesidad de ver del mundo a través de símbolos codificados en esos objetos, se convirtió en una necesidad en sí.
Ninguno, simplemente consumir...
“Sólo se posee aquello de lo cual uno puede desprenderse;
de lo contrario no se es poseedor, sino poseído.”
Anónimo
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Sábado, 5 de Mayo de 2018
Alberto J. Tang H.
Recuerda colocar las fuentes de las imágenes. Extenso y muy entretenido ensayo.
Tu artículo ha sido votado por Celf (@celfmagazine), somos un proyecto que tiene como objetivo promover, recompensar y apoyar el arte mediante Steem y aprender de artistas y creadores como tu. Te invitamos a nuestro servidor "Comunidad Artística Hispano Hablante": https://discord.gg/fbpR3Ef
¡Wao lo olvide por completo! Ya coloque la fuente, muchas gracias chicos.
Me gusta mucho hacía donde va tu ideal. No se si has visto la película de branded y they live, que sin duda alguna apuntan perfectamente a lo que quieres decir. Te las recomiendo!
No las he visto Ana, pero gracias por recomendarlas y por tomarte el tiempo de leer el post. Pronto escribiré más.
Mi querido @albertotang me encantó, me dejó pensando y reflexionando... en fin de cuentas todos estamos poseídos. un fuerte abrazo. Eres un duro. beso
Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer este artículo, me gustaría saber que opinan sobre su extensión. ¿Preferirían leer algo más corto? quizás tiendo a extenderme, cuando llega la inspiración trato de no soltarla. De igual forma, gracias nuevamente por tu comentario, estoy siguiéndote tus pasos.
Que bueno leerte hermano y colega. Muy completo tu ensayo y muy entretenido, los gif y selección de imágenes están muy buenos. Me recuerda lo rudo y cruel que es el sistema y como nos usa como pila para seguir sosteniendose, como el establishment nos usa para soportarse. Tienes mi voto. Ya voy a leer la segunda parte.