Día a día siempre hemos escuchado que Dios tiene planes y propósitos grandes con cada uno de nosotros, pero muchas veces creemos que le hemos abierto la puerta a Dios para que tome el control de nuestras vidas, pero en realidad aún se la tenemos cerrada. Si nosotros vamos a un odontólogo en donde vemos una hermosa silla y un sin fin de títulos que muestran que es una persona totalmente capacitada para el trabajo, te sientas sobre aquella silla, pero no abres la boca impidiendo así que el odontólogo realice su trabajo.

Así pasa muchas veces cuando aún no ha entrado Dios en nuestras vidas, andamos buscando llenar un vacío con otras cosas que solo Dios puede llenar. Cuando vivimos sin Dios llegamos a frecuentar lugares indebidos he incluso a personas que no deberíamos frecuentar que nos llevan a tomar decisiones incorrectas. Caso contrario cuando ya hemos experimentado un cara a cara con Dios, sentimos plenitud de gozo y cuando tenemos esa plenitud es que vemos una verdadera transformación en nuestras vidas.

El verdadero deseo de Dios es que tengamos una vida totalmente en santidad, totalmente apartados del pecado para el moverse sin limitaciones en nuestras vidas y en medio de su pueblo nación santa, recordemos que el significado de SANTO es apartado para Dios, solo cuando has tenido un cara a cara con Dios vemos como se refleja el siguiente versículo

Siempre se ha escuchado que hay un Dios que todo lo puede, pero siempre en nuestro desconocimiento lo dejamos para lo último en todo, pero aun así sabiendo que existe (de oídas te había oído), pero cuando El entra a nuestras vidas y toma el control de ella ósea que le abrimos las puertas de nuestro corazón solo allí el entra a cenar con nosotros; (mas ahora mis ojos te ven).

Cuando tenemos un mejor amigo que es alguien que nunca ni tan siquiera sabemos que existía, llegara un momento que nos encontramos cara a cara con esta persona, Empieza a haber una afinidad entre ambos y se entabla una relación de amistad basada en confianza y otros sentimientos que se alojan en nuestro corazón hacia la otra persona, tan profundos que los volvemos parte fundamental en nuestras vidas, así deberíamos ser nosotros con Dios tener un cara a cara frecuentarlo y dejar que sea parte indispensable de nuestras vidas atreves de una relación verdadera y pura ya que somos santos para con EL.

Si hablamos de Jacob, él amaba a Dios, pero no tenía la actitud correcta y Dios quería reparar estas actitudes, Jacob tenía un carácter demasiado fuerte, pero tenía que aprender a ceder a su voluntad para darle paso a la voluntad de Dios.