Cervantes Magazine Vol 18: Música
Bienvenidos una vez más a la sección de música. En el día de hoy hablaremos de la muerte, pero no sólo de eso, sino de cómo convertir la cercanía de la misma en una obra de arte.
La muerte es un proceso que todos tememos pues es lo que determina el fin de nuestros tiempos. Hay un sinfín de teorías… ¿Vas al cielo? ¿Vas a un purgatorio? ¿Reencarnas? No podemos saberlo... Lo que sí sabemos es que, sin querer queriendo, muchos tenemos a la muerte como un elemento terrorífico, algo que no queremos que llegue. Otros la reciben con cordialidad, entregándose al destino de la vida como lo hizo George Harrison. Con el reciente fallecimiento repentino de la vocalista de The Cranberries, Dolores O’ Riordan, muchas preguntas surgen respecto a las muertes de los músicos influyentes.
Muchos artistas han sabido convertir sus miedos, demonios, deseos e historias en arte, llamense canciones, pinturas, discos, libros, etc. Es precisamente el don de un artista hacer catarsis y llevar las energías a un solo sitio.
David Bowie, conocido como el Hombre de Marte, era un artista que definitivamente no pertenecía a este planeta. Más allá de sus excentricidades, su vida lujuriosa y sus vestuarios, lo que siempre hizo ruido en la mente de sus fans eran sus mensajes, la forma en que transformaba una reflexión en una canción y cómo vivíamos su mundo de fantasía más allá de este simple planeta.
Pero como nada es eterno a excepción del alma, nos topamos con la lamentable noticia de su fallecimiento hace ya dos años.
Pero, más allá de su fallecimiento, ¿qué clase de hechizo nos hizo Blackstar? ¿Cómo nos repercutió a cada una de las personas que formamos parte de al menos, un porcentaje de su proceso?
Portales como La Nación, BBC, entre otros, nos relataban Blackstar con estos titulares.
Blackstar fue el último disco de David Bowie. Fue lanzado el día 8 de enero de 2016, pero lo inquietante del asunto es que la fecha coincidió con la cercanía de su muerte. Resulta que dos días después, se leía en distintos portales web que el alma de Bowie había tomado su rumbo. Ninguno de los colaboradores tenía idea que David cargaba consigo un cáncer pulmonar descubierto tres meses antes de fallecer, su tratamiento se acababa y por supuesto, no causó el efecto deseado.
Sus dos singles más influyentes, los que le dieron sentido al disco y al trabajo audiovisual fueron las canciones “Blackstar” y “Lazarus”. Blackstar, con una duración de 10 minutos, era una canción profunda, pero no solo estaba la letra, sino también el videoclip. Los colores azules y el saxofón juguetón de fondo arropaban la energía, mientras se mostraba una especie de ritual, un esqueleto flotando fuera de la tierra y metáforas sobre la lujuria, el poder, la alabanza, la sabiduría y la muerte.
El día que me enteré que Bowie lanzó sus videos, a las horas salió la noticia de su muerte. ¿Coincidencia o premeditado? Cualquiera pensaría que él le ha estado ganando al tiempo.
Lazarus es una obra de arte, de las más profundas que he presenciado y de las mejores de mi crítica musical. Verlo de nuevo, pone mi piel de gallina. Difícil está expresar en una canción la espera a la muerte. Bowie lo hizo con 7 tracks en un solo disco.
Un dato: tiene hasta los momentos 4.6/5 estrellas enDiscogs. Por supuesto, no es de sorprenderse.
"Blackstar", que buen momento y lectura para volver a repasar ese megadisco. ¡Me encantan tus gustos musicales!
Yeah!
Eh leido que bowie estaba tan seguro de su muerte, que antes de lanzar su disco le mencionaba a su equipo de produccion sobre sus exigencias en estudio ya que decia que cuando fuera lanzado "Blackstar" el moriria. sin duda alguna creo que este tremendo material fue su despedida para el mundo.
Todavía se me pone la piel de gallina escuchando Lazarus como aquella primera vez, el día de la muerte de Bowie. ¿Cómo se puede trascender más en el mundo que cómo lo hizo David al ser él, su último personaje, representando la muerte que lo estaba llamando?