El éxito de tus proyectos aumenta tu valor profesional, tu autoestima se incrementa, haciendo sentir más tu presencia, destacando el carisma que te acompaña desde siempre. Sin embargo muchas veces olvidamos que somos nosotros el proyecto andante. Tú eres la carta de presentación de eso que desarrollas y muestras al mundo.

El crecimiento es completo, cada pieza que te compone se hace sentir y llama tu atención de alguna manera. Se trata de ser coherente entre lo que quieres, piensas, dices y haces. Es hacerte presente en tiempo, espacio y situación. Un ejemplo, es cuando seguimos arrastrando vestuario y comportamiento de universitarios, está bien sentirse joven, fresco pero:

Luce como estimas ser, no quiere decir que si eres cocinero vivirás con la filipina puesta o si eres músico tendrás siempre audífonos o los instrumentos encima.

Es aceptar que estas en un nuevo nivel, asumir el compromiso contigo, la dedicación diaria a buenos hábitos, cuidar de ti, del entorno, poco a poco te darás cuenta de que necesitas y que no para continuar. Lucir bien te proporcionará bienestar, por lo que le dará confianza a otros para conocer más de tu proyecto, tener buena actitud, ser más humano y sincero contigo mismo, allí una de las claves para evolucionar.

Humanizar, es darle ese toque sensible y de accesibilidad a lo que nos rodea, a lo que vendes y lo que intentas proyectar, por eso es importante el sincerarte contigo, personalmente agradezco cada intento y resultado bien aplicado con esto. Sin embargo la cantidad de personas en modo automático entre su rutina y las ganas de la fama instantánea es alarmante. La carencia de esencia se nota en el uso forzado de una moda porque a otro le funciona. Eso también lo refleja tu imagen personal.

La disciplina y hacerte consciente de este nuevo nivel es fundamental, sobre todo en el aspecto de cultivar buenos hábitos, es difícil, lo sé, pero justo en momentos arduos es donde lo resultados de ellos se ven más, no eliminan el pesar, pero si lo hacen más ligero.Te invito a darle más atención a eso que nutre tu alma, acelera el corazón, te hace sentir bien y te esboza una sonrisa. Seguro tendrás una nueva perspectiva o miraras aquella que el bullicio silenció.

Siempre estamos a tiempo de mejorar, de ser más humanos, hacer más contacto con nosotros mismo para crear el mejor vínculo con otros. El bienestar propio se proyecta en tu trabajo; herramientas hay muchas la voluntad de aplicarlas es tu decisión.