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Una lágrima rodó por su mejilla
un suspiro fugaz, de sus labios escapó
un sonrisa, en medio de la soledad.

Encontró el valor en medio de la tristeza
no hubo testigos de su dolor
pero sí presenciaron su luz resplandeciendo.

Una lágrima solitaria para culminar sus pesares
una lágrima que dio paso a cambios
cambios inevitables para verla brillar.

Los reflectores iluminaban su camino
su luz interior más potente que cualquier otra
su cuerpo hablaba por ella, hacía sentir sus emociones.

Bailó hasta sentirse libre
bailó hasta que fue perfecta
bailó por todo lo vivido, bailaba por lo que faltaba por vivir.

Una solitaria lágrima en el acto final
esa lágrima que cerró su último paso, dejando atrás su pasado
una lágrima para dar inicio a sus nuevos comienzos.

¡Nos leemos pronto! ⛅

fuente

Soy, estoy, seré...

Soy humano, soy parte del mundo.