Un día me doy de cuenta que el dinero no me alcanza para los gastos que tengo cotidianamente y decido publicar en el periódico el alquiler de una habitación. A los dos días recibo una llamada de una chica interesada sobre el anuncio del periódico, pactamos un encuentro en horas de la tarde en mi casa para que vea el cuarto y las condiciones del trato.

Al caer la tarde llega una chica para ver la habitación, al mirarla no pude resistir el verla de los pies a la cabeza, eran una chica muy sexy y atractiva. Acordamos las condiciones del alquiler y el tiempo que viviría conmigo en la casa.

Al pasar los días conociendo un poco más de esta chica me siento intrigado y extasiado al verla. Una noche me despierto a tomar agua y escucho un ruido en la habitación de la chica, pero es tal mi curiosidad que quería verla por la mirilla de la puerta.

Al ver por la mirilla de la puerta puedo ver que la chica esta desvistiéndose, yo al respetar su privacidad me retiro, al dar tres pasos para alejarme me detengo y me doy cuenta que deseo ver más. Me vuelvo acercar a la puerta para verla y noto que esta acostada en ropa interior, no pude evitar imaginarme estando con ella y arrancándole la ropa para hacerla mía.

Al acostarse ella se comienza a quitar la ropa interior y comienza a tocarse toda, yo al verla me voy excitando a medida que ella lo va haciendo, ella comienza a masturbarse de tal manera que la cama pareciera desarmarse, mientras se masturba ella toca sus senos y se los lleva a su boca, yo estallo en placer al ver como lo hace.

Cuando ya ella culmina y acaba, yo me alejo de la puerta y solo pienso en el deseo que despertó esa chica en mí, pero noto que ha despertado un nuevo fetiche en mí que es el ser voyerista.