Por acá ya damos las buenas noches, así que es muy probable que mi comentario llegue demasiado tarde, pero no quería dejar de hacerlo.
Estimado Calú, luego de leer tu cuento y las intervenciones que me precedieron no puedo dejar de apuntar que se ha hecho una lectura muy atenta de tu texto y que se te han dado impresiones y consejos valiosísimos. De entre ellos, me pareció particularmente útil el comentario de @antoaristi. Pienso, y creo no equivocarme en que coincido con él, en que, entre pares, como es el caso de este diálogo abierto amablemente por ti y @decomoescribir, cuando compartimos lecturas y estamos ante un texto que falla, nuestra obligación es expresarlo lo más claramente posible y de la forma como más le sirva al autor. Intentaré, pues, ser lo más útil que pueda, aunque ya casi todo ha sido señalado.

Calú, creo que una mejora importante para tu texto vendría si decidieras qué registro es el que quieres usar. Para mí, tu texto se inclina por el humor negro o la tragicomedia, pero diversos detalles de tratamiento impiden que la situación y los personajes se definan suficientemente. Me refiero al hecho de la vaguedad discursiva que mina el relato (me parece que por ahí apuntaban las sugerencias de diálogo de @andrespire) y le impide completar los gestos narrativos con energía. Expresiones como "varias personas, o "toma la palabra otra persona", no permiten que el lector complete la imagen plástica de la escena. Son declaraciones sin fuerza, de carácter informativo pero casi carentes de expresividad.
Otro tanto pasa con la motivación del personaje, cosa de importancia, porque en esa declaración se sostiene el efecto final del cuento. Si me permites, cuando leía, esperaba, mínimamente, que Juan escupiera los refrescos; esperaba escuchar los comentarios crueles, en detalle, la voz de Juan, ver su maldad burlona. Escuchar a Juan tan solo decir que las vidas de esas personas son "patéticas" me resulta muy débil para la medida del resentimiento de quien termina por cometer un asesinato en masa. Hay algunos otros aspectos de esa vaguedad que se conectan con la trama, por ejemplo, el misterioso accidente, que merecía otro cabito de información.
En suma, observo un problema difícil porque apunta en dos sentidos: por un lado, un afán declarativo que destierra el mecanismo de la sugerencia y anula los incentivos de participación del lector; y, por otro, vaguedad en la construcción de las situaciones que desarticula las posibilidades de cooperación imaginaria.
Creo que estás ante el viejo problema de mostrar vs. contar, cuya solución depende de decisiones estéticas que te pertenecen solo a ti, tanto como la decisión de atender las sugerencias que aquí se te dan.
Agradezco enormemente la posibilidad que nos has dado de encontrarnos alrededor de tu cuento y espero, sinceramente, que halles aprendizaje al final del recorrido.
Abrazos fraternos.