El Diario de un Plebeyo (Día 3)

Día noveno del tercer mes del año bajo el reinado de Jonatán V rey de Eraglanda al norte del bosque NOR.

El diario de un PLEBEYO.

Que emoción, estamos en la capital del reino de Eraglanda, uno de los reinos más grandes de todo Noipres.
Lo que más admiro es su enorme castillo; es espléndido, lograba verlo antes de llegar a la capital, desde las colinas se puede apreciar tan hermosa obra de arte.

Según eh leído, el castillo fue construido con ayuda de los gigantes, cuando los seres mágicos y los humanos convivíamos, pero eso ya hace muchos años.

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La emoción que me invade no es tanto por estar aquí en la capital, tengo unas curiosidades que quiero saciar, pero padre y sus negocios, me han tenido ocupado todo el día desde que llegamos, a pesar de que solo nos íbamos a hospedar este día, para descansar del camino, fue encuentro tras encuentro con amigos y comerciantes. Aquí en la capital se mueve mucho el comercio, y más el alcohol, negocio que a padre le encanta, tanto así que aún está bebiendo, seguramente me tocara buscarlo y traerlo a la cama antes de que se valla con alguna golfa y termine sin dinero. Mientras escribo lo vigilo, algo incómodo el ruido y las carcajadas que en ocasiones me distraen, y no es por nada, pero algunas historias son entretenidas.

Los caballeros que encontramos en la taberna camino a la capital, no mentían, los sureños si se encuentran aquí, es sorprendente, ya he escuchado de ellos desde que entramos por las enormes puertas del reino. Tanto revuelo en las personas y los diferentes relatos de todos los que se topan con ellos, alimentan mi curiosidad, a pesar que hace años logre verlos y escucharlos, he olvidado muchas cosas sobre ellos, ¿debió ser por los comentarios y versiones de los demás que nublan mis pensamientos y recuerdos?, muchos sueñan con coger con una sureña, otros con robar su oro, pero en realidad nadie sabe lo que quiere de ellos.

Mientras llegábamos a nuestro destino, una posada no muy lujosa pero si muy cómoda y con todos los gustos que un viajero necesita, como su propia taberna con las mejores bebidas “un placer que padre no podía negarse. Logre ver de lejos el alboroto y la algarabía, Eran ellos, los Sureños con sus caballos blancos y sus carrozas plateadas, todo es tan mágico, desde lejos pude sentir esa energía que desbordan, son como cientos de ellos, coloridos como en los libros que me leía madre.

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Me pregunto ¿Qué hacen? ¿En realidad son magos y hechiceros como algunos dicen?, o solo son charlatanes y estafadores. Estuve a punto de desviar mi camino y dejarme llevar por la curiosidad, pero se me fue imposible, padre me tiene vigilado y seguramente si le comento que quiero ir a verles antes de irnos, me castigara de por vida, él solo espera de mi un remplazo, ser su igual, y esto me irrita tanto, que no concibo entender porque sigo aquí sentado viéndolo beber, y reírse a carcajadas.
El verdadero propósito de los sureños en Eraglanda, son los convenios que el reino del norte conlleva con los reinos más allá del bosque NOR. A pesar que en el reino la presencia de los seres mágicos no es notoria, los sureños representan lo más cercano que tenemos a los seres mágicos, ellos si conviven juntos con estos seres, aunque la verdad no estoy muy claro, todo lo que se de ellos, es por algunos escritos de los maestros y por las historias de pueblo.

Los grandes muros que rodean todo nuestro territorio, han alejado a nuestro pueblo de los orígenes que nos trajeron hasta aquí. La única vez que un grupo de Eraglanos salieron de las murallas más allá del bosque Nor, fue en aquella expedición que hicieron nuestros anteriores reyes, la cual causo su muerte, dejando en el trono a su único hijo, el actual rey Jonatán V, que a pesar de tener una muy corta edad, ha sabido conllevar tal responsabilidad.

Ya padre se ha pasado de copas, esta totalmente ebrio, pero ya les di la orden a los criados que alejaran a las golfas de él, Su gran debilidad después del alcohol, son piernas y tetas de mujeres comprables, ojala que mi vida tome otro rumbo. Aprovechare y tomare aire puro antes de acostarme, todo esto apesta a orine y alcohol. Aunque dude que descanse, deberé estar muy pendiente para que nada malo pase.

Y como dejar de pensar en mi encuentro con los Sureños, mañana saldremos a las calles de la capital, y seguramente tendré una oportunidad para escabullirme y lograr conocerlos sin que padre y los criados noten mi ausencia.

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El Diario de un Plebeyo (Día 1)
El Diario de un Plebeyo (Día 2)

Gracias Por leerme

@adamsmats