Ocho grandes para cada uno
Realmente era ilegal vender cervezas al por menor en estas licorerías, pero nadie decía nada.
A mi amigo Orlando y a mí nos gustaba hacerlo los viernes en la tarde.
El dueño nos conocía, no teníamos ni que pedirlas, nos asomábamos a la reja y nos daba dos grandotas que llamaban media jarra; eran baratas, y nosotros ganábamos bien, entonces todo dependía de nuestro aguante.
Ahora que los tiempos financieros son muy malos para nosotros, todo eso parece un sueño. Pero hace poco pude pasar por mi ciudad, y encontrarme con Orlando, había ganado yo algunas divisas y podíamos darnos el lujo de comprar comida y tragos para algunos días, pero Orlando, siempre sabio, dijo:
–No, mejor tomemos un solo día, ocho cervezas de las más grandes cada uno, leamos algo como lo hacíamos antes en la licorería, sentados en el piso, al lado de algún borracho, y luego el abrazo, y la despedida hasta la próxima vez –.
Y así lo hicimos, como antes, versos, anécdotas, lágrimas y risas.
Y nos despedimos, y me fui alejando, alejando, con la sensación de que sería la última vez que mi hermano y yo volveríamos a tomar cervezas así, felices, de a ocho grandes para cada uno, en el piso de una licorería de nuestro pueblo.
@tipu curate
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Muy agradecido
Gracias, hermano
Mi musa así lo interpreta
Y rimando nunca dudo
Yo le mando un buen saludo
A mi amigo "el gran poeta"