Cuando en el año 1856 al anatomista de Bonn, Johan Karl Fuhlortt descubrió en una cueva del valle de Neander, cerca de Dusseldorf, los restos de un esqueleto que él reconoció como pertenecientes a un hombre fósil, los antropologos prestaron mucha atencion. Parecía tratarse de un descubrimiento de la máxima importancia. A la larga no se pudo mantener la opinion del todopoderoso Rudolf Virchow, patologo y antropologo en Berlin, según el cual se habían encontrado solamente los restos del esqueleto de un pobre idiota.

La investigación paleontologica estuvo pronto convencida de que los orígenes del hombre debían de buscarse en ramas de los monos. Existían varias hipótesis sobre cuando se llevo a cabo la division en las ramas de los antropoides (pongidos) y hombres. La mas probable que ha podido se apoyada por el material descubierto afirma que el grupo común de partida debe buscarse en el periodo olegocenico, un periodo de la Era Terciaria que retrocede en el tiempo de 35 a 30 millones de años. El fragmento de prueba es la mandíbula inferior del Propliopithecus haeckeli, que procede de un antropide primitivo descubierto en Egipto y que parece ser un antepasado de la familia de gibones. Como la estructura de su dentadura presenta rasgos hominidos, se puede extraer la conclusión de que en el oligoceno ya existían indicios de la posterior rama de los seres humanos.

Otros descubrimientos de mandibulas, procedentes de mioceno inferior (hace mas de 20 millones de años), permitieron seguir la debil pista. ESto descubrimientos mostraba una reduccion de la dentadura, que se parece mas a la humana, asi como una de formacion humana de los dientes y un acortamiento del hocico. Estos restos pertenecen al Kenyapithecus, de Kenia, y al Rama-pithecus de la Indochina septentrional, siendo los primeros hominidos cuya existencia se ha podido comprobar, procedentes de la Era Terciaria, anteriores al altamente importante campo de transición de animal a hombre en el ploceno superior (hace mas de 3 millones de años). Aunque todavía se encontraban en una fase animal.

Importantes Cientificos han indicado que , en el transcurso de la prehistoria, con la transformacion de la dentadura, los hominidos perdieron paulatinamente su capacidad defensiva, lo que probablemente les obligo a utilizar muy pronto los utensilios. Por ello, es posible que los Ramapithecus ya los utilizaran, un hecho perfectamente comprobado en el caso de los Australopithecus, los Hombres primitivos del pleistoceno inferior procedentes de Africa oriental y meridional.

Estamos bastante bien informados sobre el aspecto de los hombres primitivos gracias al descubrimiento de los restos, mas o menos completos, de mas de 100 Australopithecus en el Transvaal sudafricano. Tenían una constitución agraciada, de 1,20 a 1,50 de estatura andaban erguidos, poseían pies aptos para correr y un cráneo relativamente pequeño con una gran dentadura de forma tipicamente humana. Los hombres primitivos eran rápidos corredores y cazadores que ya construían y utilizaban utensilios de hueso. la vida en la estepa les obligo a formar su intelecto para poder sobrevivir. Su cultura se expreso en utensilios de hueso, restos de dientes y cornamentas de antilopes.

La historia de la raza humana fue continuada en otro lugar y va desde las dos ramas de Steinheim y Swnscombe hasta el Homo sapiens de la Edad moderna (Neantropus). Todavía a finales del pleistoceno llevaron a cabo una diseminacion geográfica, formando las razas principales de la humanidad: europeos, australidos, mongolidos y negridos.