showus Show us your talent contest | UNA EXTRAÑA HISTORIA DE AMOR... escrito por @OSCARINA

A ti que desde siempre has estado presente, aún en ausencias, que me conoces más que yo misma. A ti que me aceptas tal cual soy; sin pedir explicaciones; que le has visto la cara a mis demonios, que interpretas mis silencios, que respetas mis soledades, a ti dedico hoy estas letras…

Estábamos destinados a conocernos, el universo entero y todas sus energías conspiraban para que sucediera: vivíamos muy cerca desde niños; antes de coincidir en la escuela, seguro llegamos a cruzarnos en una esquina; cuántas veces pasarías frente a mi casa o yo frente a la tuya... Una vez que nuestras almas coincidieron en aquellos salones de clases, tan niños y tan inocentes, tan poco conscientes de lo que aquel encuentro significaría para ambos; decidieron no separarse más.

Así comenzó nuestra historia, una historia extraña pero hermosa; cursamos toda la escuela juntos, fuimos amigos; no los mejores, ni los más cercanos, sino esos amigos que forman parte de un gran grupo o pandilla, que se conocen, coinciden, pero hasta allí. El tiempo transcurrió casi sin darnos cuenta, dejando atrás la escuela y también la niñez, dejamos de coincidir, pero seguimos siendo cercanos, tan solo nos separaba una esquina y unas pocas casas...

El tic tac del tiempo marcaba su ritmo y así fuimos bailando siguiendo su compás. Hasta ese día que yo llegué como la chica nueva del colegio; con toda las angustias que esa situación generaba a un espíritu adolescente; de pronto te vi ¡Eras tú! ¡Estabas allí! Había ido a parar a tu colegio; sin duda, el titiritero mayor había movido sus cuerdas para hacernos coincidir nuevamente.

Desde ese momento fuimos inseparables, los mejores amigos a pesar de nuestras diferencias: tú tan extrovertido, con frecuencia tan imprudente, dicharachero, mientras yo tan callada, comedida y seria. No me dabas oportunidad de extrañarte porque siempre estabas: compañero de estudios, de paseos, de fiestas, confidente, paño de lágrimas.

Un día cualquiera me enteré por amigos en común que estabas enamorado de mí, pero no lo quise creer por temor a que se rompiera ese lazo mágico que desde niños nos unía; el solo hecho de pensar que te podía haber causado dolor al verme de novia de otro me carcomía. Tú nunca me lo dijiste, a pesar de la confianza que había entre nosotros y ambos tácitamente acordamos no enfrentar esa realidad, ninguno de los dos tocó nunca el tema.

Desde entonces comencé a ver todo y a ti con otros ojos; pensar en no tenerte a mi lado me hacía daño, sentía celos, y entonces tuve que admitir que ahora era yo la que había caído en la trampa del amor, nos estaban jugando una mala broma, o nos estaban poniendo a prueba... tú ya tenias novia y te veías feliz y yo debía respetar esa situación. Y seguimos avanzando, caminando y coincidiendo, mientras nuestra amistad iba creciendo, afianzándose y fortaleciendo.

Llegó el momento de que cada uno siguiera por senderos diferentes, vivíamos y estudiábamos _{(ya en la universidad)}, en distintas ciudades, pero siempre había momentos para el reencuentro; ni el tiempo, ni la distancia pudieron apagar esa chispa mágica entre nosotros: pasábamos horas poniéndonos al día y recordando anécdotas, aventuras pasadas ¿Cuántos años de amistad teníamos ya? ¡Casi veinte!

Me casé y aunque suene extraño o fuera de lo común; yo la novia, elegí al padrino de la boda, tenía que ser él, no podía ser nadie más… Solo me preguntó si estaba segura de lo que iba a hacer, notando algo de nostalgia en su mirada, con ella me decía lo que sus labios callaban y mi ser se negaba a aceptar. Accedió a ser mi padrino de bodas y como siempre me apoyó, me acompañó y alegró por mí como tantas veces: recuerdo su presencia en cada momento importante de mi existencia desde los inicios de nuestra amistad, en los momentos felices y tristes de mi vida, en la enfermedad, en mis depresiones, en mis crisis existenciales.

Hoy ambos ya estamos entrando en los años dorados y nuestra amistad pasa de los cuarenta años y se conserva aún intacta. Lo nuestro ha sido una extraña historia, una historia de un amor que no fue, de un amor que seguirá siendo…

UN AMOR QUE SIGUE SIENDO

Personajes somos de historias distintas.

Párrafo infinito
tu historia y la mía
sin punto final

Entre los dos; un paréntesis
un punto de encuentro
donde descansar

Trenes equivocados de estación…

Amigos entre comillas
somos más que eso,
y ambos lo sabemos

Almas errantes en mundos paralelos
existirá siempre un punto y seguido;
la excusa perfecta, respiro en el camino

Noticia de ayer, Lo que pudo ser y no fue

Fotografías guardadas
gritos en el silencio
miradas que se hablan

Solo queda el recuerdo
sin pasión, ni deseo
del más puro sentimiento

Eterna dicótoma, sin ninguna sincronía

Añoranza en la distancia
historia sin fin
la tuya y la mía

Eternamente, puntos suspensivos…

UN AMOR TRANSMUTADO

Un amor transmutado,
pero que nunca acaba.
Un amor silenciado;
que se siente en la mirada.

Caminos diversos
siempre conducen a Roma.
Tu vida y la mía la marcha del tiempo
logran siempre burlar.

Diferentes destinos, un mismo tren.

Sin pasión, sin deseo, sin pecado carnal
coincidencias de almas gemelas
que un día se extraviaron
y cada cierto tiempo se vuelven a encontrar…

Hablan sin decir palabra,
se abrazan sin siquiera un roce.
Comparten pena y regocijos,
mientras se olvidan del orbe.

Una historia en punto suspensivos…

Saben que acabó su tiempo,
no hay vacantes que ocupar.
Sin embargo también saben
que no se han dejado de amar…

Este relato participa en el concurso propuesto por @roadstories, para mayor información consulta aquí, agradeciendo igualmente a @upmewhale por su patrocinio.
¡FELICES LECTURAS!