AGUA DE MAR - BENEFICIOS A LA SALUD Y A LAS ADICCIONES

in #science6 years ago

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Nuestro cuerpo internamente es agua de mar. Somos agua de mar isotónica y en este medio marino, nadan y se desarrollan nuestros millones de células. Nuestros capilares o nuestras terminaciones nerviosas no contactan directamente con nuestras células, Alfred Pischinger, médico, histólogo y embriólogo, padre de la histoquímica, definio como liquido tisular extracelular, donde se produce el intercambio y el paso de oxígeno, de energía y de transmisiones nerviosas, que no es otra cosa sino agua de mar isotónica.
“Por ninguna parte se ve un contacto inmediato y directo entre células orgánicas con capilares o fibras nerviosas vegetativas terminales. Eso significa que cada estímulo y cada proceso metabólico entre las células orgánicas especializadas por una parte, y capilares y fibras nerviosas terminales por la otra, tienen que llevarse a cabo a través del líquido tisular extracelular, de tal modo que cada reacción de tipo nerval, hormonal, vascular o inmunológico depende de la función mediadora del sistema básico, si es que las células orgánicas específicas deben ser alcanzadas. Esta estructura de apariencia tan sencilla se complica extraordinariamente cuando, por estímulos irritativos, se modifica su biopotencial, verbigracia el Ph. Es entonces cuando se transforman los reticulocitos que, como células indiferenciadas, aún son totipotenciales, en diversas formas celulares claramente diferenciadas y todos sabemos que las diversas formas externas que adoptan corresponden también a diversos deberes defensivos” (Alfred Pischinger, médico, histólogo y embriólogo).
Según Alfred Pischinger, el sistema básico transfluye todo organismo íntegro, desde la cabeza a la punta de los dedos de los pies, con excepción de las capas epiteliales más superficiales de la piel y de la mucosa. Es pues el único tejido corporal ubiquitario y, al mismo tiempo, el único sistema orgánico que permanece en contacto inmediato con todas las células orgánicas.
Sabiendo que somos agua de mar en un 70% y que esta agua de mar es el medio extracelular de intercambio de oxígeno y estímulos nerviosos, responsable de nuestras defensas, es consecuente afirmar que el consumo de agua de mar renueva y purifica nuestro sistema básico, recargándolo de electrolitos y proporcionándole un pH alcalino.
A principios de siglo las inyecciones de agua de mar isotónica se aplicaban a razón de 100.000 por año en París y 150.000 en el dispensario de Lyon. Varios médicos se interesaron en utilizar esta nueva terapia y con el tiempo, solicitan sus servicios la Sociedad Homeopática Norteamericana y el gobierno egipcio, en cuya capital, El Cairo, erradicó una epidemia de cólera que se estaba cobrando diariamente la vida de 700 niños. Utilizando agua de mar logró salvar a este país de una terrible enfermedad. Gracias a ello Quinton alcanza un reconocimiento mundial.
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En 1914, ya se habían presentado ocho tesis doctorales y originales sólo en Francia sobre el suero marino. En vísperas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el Ministerio del Interior francés se proponía intervenir para que las inyecciones de agua de mar fueran obligatorias en la época escolar, del mismo modo que la vacuna de la viruela, pero llegó la guerra y con ella el olvido que fue aprovechado por los detractores de Quinton que no podían asumir el hecho de que curase sin ser médico o científico titulado. Los dispensarios abiertos, fueron desapareciendo progresivamente.
La Academia Francesa de Ciencias no dudó en afirmar que, después de Darwin, nadie sino Quinton había hecho aportes tan relevantes en el campo de la biología.
El agua de mar tiene poder curativo porque aporta una recarga hidroelectrolítica al organismo, reequilibra la función enzimática, favorece la regeneración celular y proporciona una correcta homeostasis celular (equilibro electrolítico celular con su medio ambiente –sistema de Pischinger- controlando la temperatura y el pH).
Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército francés empleó agua de mar para compensar la pérdida de sangre de los heridos en combate. Quinton demostró experimentalmente que los glóbulos blancos sobreviven perfectamente en el agua del mar, lo cual hasta la fecha, no se ha podido lograr en ningún otro tipo de medio, incluyendo el suero artificial que se viene utilizando en nuestros hospitales y que básicamente está compuesto de agua y cloruro de sodio. Todas estas evidencias científicas demuestran que el agua del mar, que contiene los 118 elementos de la tabla periódica, es más eficaz que el suero químico proveniente de la poderosa industria farmacéutica.
Agua de Mar y Adicciones a las Drogas: “La científica venezolana María Luisa Di Bernardo, coordinadora del grupo multidisciplinario de investigadores en toxicología analítica y estudios farmacológicos (Gitaef) de la Universidad de Los Andes, en Mérida, aseguró que en un estudio aplicado en 300 ratones experimentales que comparten 95% de pares genéticos con el ser humano, se les administraron sustancias psicotrópicas por tres meses para posteriormente suministrarles agua de mar para su rehabilitación. Esto arrojó que los daños en el organismo originados por las referidas sustancias fueron revertidos considerablemente”
Aseveró que el agua de mar isotónica no solo posee todos los elementos de la tabla periódica química, sino que tiene fitoplancton y zooplancton (microorganismos vegetales y animales) que le confieren grandes propiedades antiinflamatorias, bactericidas y antibióticas comprobadas por otros investigadores a nivel mundial.
Destacó que la identidad fisiológica del agua marina isotónica es parecida a nuestros plasmas sanguíneos y a los líquidos celulares humanos, de allí que las bondades de este recurso natural están siendo utilizadas por médicos en el estado Nueva Esparta como terapia complementaria para restablecer el sistema inmunológico, disminuir la ansiedad, la depresión y tratar a pacientes con patologías neurodegenerativas tales como Parkinson, Alzheimer y otras producto de la etapa senil.
“En otro estudio nos percatamos de que el agua de mar isotónica disminuye la hormona cortisol que se libera por estrés, y puedo decir con responsabilidad que al suministrar el agua marina rica en litio y magnesio redujo la presencia de esta hormona. También activa la serotonina, que es la hormona de la felicidad, y mejora la comunicación entre las neuronas”. Refirió que a otros ratones se les disminuyeron los niveles de minerales, proteínas y carbohidratos, hasta llegar a un estado de desnutrición; luego se les suministró agua de mar y se evidenció su efectividad y eficacia en restituir los parámetros hematológicos de hemoglobinas, hematocritos, neurotrópicos y exofilos, así como los bioquímicos donde se hallan la creatinina, la urea y la transaminasa, características de una persona sana.
• El agua de mar contiene los 118 minerales de la tabla periódica, en la proporción justa y adecuada para nuestro organismo, biodisponibles y de carácter orgánico y, no químico, porque sobre ellos actúa el fitoplancton y el zooplancton que contiene.

• El agua de mar tiene un pH de 8,4 por lo que alcaliniza nuestro medio interno o sistema básico, donde viven, como si de un acuario se tratase, nuestros 100 trillones de células, de cuya calidad del agua dependen todas sus funciones, según se ha explicado en el apartado Nº 1.

• El agua de mar es la mejor medicina preventiva. Un pH equilibradamente alcalino se sitúa entre 7,37 y 7,47. Si es inferior a 7,37, se puede considerar un pH ácido, lo que aumenta los radicales libres que son hidrogeniones o iones de hidrógeno (H+), responsables del envejecimiento celular, de la inflamación, del dolor asociado y de la enfermedad. El agua de mar proporciona oxhidrilos o antioxidantes (OH-) que neutralizan a los radicales libres, eliminando la acidosis orgánica y restableciendo la alcalinidad. Dos iones OH- forman una molécula de agua (H2O), liberando un átomo de oxígeno en cada reacción, oxígeno necesario para mantener el pH alcalino y una temperatura constante de 36,5 ºC, condiciones que mantienen la salud celular y, en consecuencia, la de todo el organismo.

• El agua de mar es desintoxicante. Un enfermo es una persona deshidratada. La simple ingesta de una mayor cantidad de agua dulce, que es alcalina, puede ser suficiente para aliviar una enfermedad. Cuando rehidratamos el organismo con agua de mar (pH alcalino de 8,4), los radicales libres son neutralizados como ya hemos visto y son arrastrados hacia nuestros filtros: pulmones, hígado y riñones y excretados a través del sudor, la orina y las heces, desintoxicando el organismo.

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