EL CHORIZO VOLADOR (Relato)
Ya instalados en una mesa, esperamos durante un rato que nos atendieran, cuando de pronto un sobrino sentado a mi lado grito asombrado y con los ojos bien redondos como dos arepas.
-Tío ¿qué es eso?
Como quien mira una estrella fugaz, me dio tiempo a ver una sombra negra que surcaba los aires y exclamé.
-Es un ave, no es un avión, al carajo es un chorizo.
¿Como hizo ese mesero? para que el chorizo volara a tal distancia, y no solo eso, sino que cayera en la boca de esa señora de la tercera edad, que se empezó a ahogar, porque da la casualidad de que en ese momento la pobre vieja estaba bostezando. Y lo más patético fue, que mientras todos estaban atribulados, yo no podía aguantar la riza. De verdad no lo sé explicar, pero todavía me carcajeo al recordar la escena y les juro que no he inventado nada.
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Aunque parezca increíble, y como sacado de una una película de fantasía, eso me sucedió en una celebración del día de las madres hace unos años atrás, y hoy me vino a la memoria así de repente. Es cierto que en los sitios más inesperados pasan las cosas más sorprendentes y graciosas. Sí hubiera ido a un circo o al teatro a ver una obra cómica, no me hubiera reído tanto. Pero así es la vida una tragicomedia.
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La verdad es que fue sorprendente jajajaaj! Pero lo sorepresivo adereza la vida. jejejeej!!