Hablando de Rock y de Cerati
Hablando de rock y de Cerati
Al hablar de rock, de la música que cambió el mundo (aunque algunos de nuestros jóvenes no lo sepan), nos viene inmediatamente a la mente “Los 4 fab”, los entonces muchachos de Liverpool, al igual que sus archirrivales “Majestades satánicas” Rolling stones, y también Hendrix, Zeppelin, Purple, Sabbath, y además Tull, Traffic, Moody Blues, Crimson, Yes, E L & P y muchos otros, para quienes por entonces éramos jovencitos.
En nuestra lengua castellana los mexicanos madrugaron a los de la Madre Patria (afortunadamente para ese momento los venezolanos no teníamos “patria”, aunque si casi todos lo demás en los anaqueles de CADA, abastos y bodegas). Podría jurar que cada uno de nuestros países latinoamericanos llegó a tener a algún representante roquero del cual sentirse orgulloso. Nosotros por ejemplo, La Fe Perdida, que de la mano de Frank Quintero lo tenían todo para mostrarlo al mundo, pero fue Argentina, país admirado en Latinoamérica, por su arquitectura, literatura, encanto, pero contradictoriamente poblado por especímenes casi únicos que parecían hablar una lengua extraña, al menos diferente a la de los demás mortales latinoamericanos. Allí se generó un movimiento roquero solo superado por los del Reino Unido y los Estados Unidos de América. Los Gatos, de Litto Nebbia, Almendra con Spinetta, Manal de Martínez y Gabis, el Arco Iris del ganador de Oscar Gustavo Santaolalla, fueron pioneros de ese movimiento, y dieron la bienvenida a uno de sus más grandes representantes, el señor Charly García.
El punto es que en esa gloriosa época, cuando mis amigos Rafael y Héctor Fébres no pudieron traerme el encargo completo (Artaud, del Pescado Rabioso,) de Spinetta, por el diseño de la portada del LP, ingeniosa pero aparatosa para transportar, solo conté con el disco debut de Aquelarre (formado por Del Guercio y García, compañeros de Spinetta en Almendra), y los sendos albums “Inti-Raymi” y “Sudamérica” (ópera rock), de Arco Iris, grupo cúspide en ese momento, que si me trajeron de su periplo argentino. Si bien me pareció valioso el aporte musical de dichos LPs, no podía reconocer las palabras cantadas! Por eso lo del otro idioma, prácticamente ajeno al castellano.
Para ese momento Charly se vislumbraba como una estrella naciente con su Sui Géneris, y luego fue creciendo con su Máquina de Hacer pájaros y se consagró con Serú Girán, para presidir como solista la Santísima Trinidad del rock argentino cimentada por Spinetta, y a la cual se había unido finalmente Fito Páez. Pero fue cuando escuché por vez primera a Cerati con sus compañeros de Soda Stereo, que supe que el rock argentino había conquistado definitivamente además de Latinoamérica, el idioma castellano.
Como artista a Gustavo tendrán que hacerle un espacio en ese altar argentino de la Santísima Trinidad, ahora con 4, pero la lengua castellana en Argentina, le debe a Cerati haberle restituido su dignidad última cuando se canta como rock!