UNIDAD CERO una propuesta de enseñanza retórica en nivel medio

in #retorica3 years ago (edited)

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El sentido de la presente unidad es dejar establecidos algunos elementos centrales, aunque no únicos, que hacen a la corrección y virtud formal, tanto lógica como estética, que se promueven y pretenden en la presente materia. Cuando se dice "centrales y no únicos" se hace referencia, como es esperable, a que los presentes se entienden como muy valorados para la materia, pero no se puede agotar todo lo correcto y necesario en éstos. Tal cosa sería pretender reducir lo correcto a un conjunto cerrado de principios, lo cual no puede corresponderse con una disciplina científica que tiene a la realidad, o un aspecto de ella, por objeto. Cuando se dice que el motivo de los elementos que se nombrarán es hacer a la "corrección y virtud" se hace referencia a dos órdenes de lo deseable en cualquier acción.
Decimos que son dos órdenes, puesto que son diferentes. En efecto, el conjunto de la "virtud" es más amplio que el de la "corrección". La "corrección" depende de la razón y supone que lo diferente de lo correcto es lo incorrecto, lo cual supone una contradicción. Pero la "virtud" no depende únicamente de la razón. Lo diferente de lo virtuoso no es lo vicioso (opuesto), sino que puede no ser uno ni otro. Cuando se dice que se espera ordenar a corrección y virtud la práctica dentro del curso en materia de lógica y estética se hace referencia a dos dimensiones del accionar. Corrección y virtud son valores, es decir que no intentan decir nada sobre la realidad, sino que únicamente intenta ordenar la acción. De manera diferente, la lógica y la estética son dimensiones que uno puede reconocer en la práctica. La lógica es el terreno de la práctica sobre el que uno busca la coherencia o contradicción. La estética es el terreno de la práctica sobre el que uno busca la belleza. Desde luego, belleza, en una disciplina científica se entiende en un sentido muy diferente al vulgarmente dado. Para explicarlo muy reducida y figurativamente, por belleza, para el caso, entendemos aquello que empuja a una valoración positiva más allá de lo lógicamente determinado.
Las anteriores línes, tuvieron el sentido de una aclaración. Pero sufren del mismo problema que una linterna para quién necesita luz. No alumbra por sí, sino en consecuencia de quien sabe utilizarla. Una aclaración es parecida, no alumbra por sí. Toda acción libre tiene una causa, un motivo, una finalidad. Y la decisión de redactar ésta unidad no es la excepción a aquella regla. Se basa en haber reconocido que existe una falta dentro de los contenidos normales de la educación media (y para el caso, también la superior).
Si acaso es discutible lo mucho o poco que un estudiante secundario aprende a escribir, y sobre todo a escribir bien; es casi unívoco, para todo aquél que haya posado el intelecto sobre el asunto, lo poco y nada que se aprende a hablar. Pese a que la informática, en efecto, rebasa los límites de la escritura tradicionales, sigue siendo cierto que la mayor parte de la comunicación que encaramos en toda situación es oral. Más aun, la creciente informalidad imperante en los ambientes laborales, vuelcan en favor de la oralidad muchos de los espacios que antes eran reservados a formas escritas como el "Memo", la "comunicación interna" y el "informe", propios del tratamiento de la información en los espacios fordistas. El ambiente laxamente jerárquico e informal que impropiamente se asocia al Toyotismo favorece tal forma de intervención personal. Todo esto, entonces, resulta en la utilidad de incluír algunos elementos para la mejora de la expresidon oral del alumno. Todo esto es cierto, pero no es la única razón. Existe una tradición que se remonta hasta la antigüedad griega y romana de formación retórica. Una tradicidon que tuvo oportunidad de llegar a nuestras costas del Río de la Plata por virtud de los "Colegios" e "Instuitutos" que en la colonia formaban a la elite local.
Éstas son, entonces las dos razones, una bajo el signo de la utilidad, la otra bajo el de la tradición.
Hechas las aclaraciones anteriores, sólo resta comenzar a identificar los elementos que serán contenido de la unidad. Éstos son tres, un primer grupo agrupados bajo el título de "Lógica", un segundo grupo llamado "Retorica del texto" y un tercer grupo, "Figuras retóricas". Hay que agregar, también, un cuarto grupo que se dará en llamar "Falacias".

I. Lógica y Ontología.

  1. Lógica.
    Sobre ella se repetirán los principios señalados por Adolfo P. Carpio en su célebre "Principios de Filosofía".
    1.1. "Principio de identidad"
    1.2. "Principio de no contradicción"
    1.2.a. Quiere decir que algo no puede ser distinto de sí mismo.
    1.2.b. ¿Podria ser diferente pero no distinto? Desde una consideración focal, sí.
    1.3. "Principio del tercero excluído"
    Quiere decir que sobre cualquier cosa sólo existet la posibilidad de afirmar o negar algo.
    1.3.a. Se desprende de ésto que "ser" sólo puede ser dicho de una manera.
    1.4. "Principio de razón suficiente"
    Se puede entender subdividido en dos partes.
    1.4.a. Para todo y cualquier cosa debe haber una razón.
    1.4.b. La razón debe ser suficiente para causar la consecuencia.
    Se puede dividir, tal como lo hizo Aristóteles a las causas en 5 tipos. Eficiente, Material, Final, Objetiva y Formal. Las tres primeras corresponden a todas las cosas, y las dos últimas sólo a las ideas.
    Eficiente, es la causa inmediata anterior al efecto. Un problema típico es que muchas veces se pueden encontrar causas intermedias, por lo cual la que habíamos pensado pierde el carácter de inmediata y torna problemático que se la llame "causa eficiente".
    Material, es el tipo de causa que hace referencia al contexto y condiciones que hacen posible una consecuencia.
    Final, éste tipo de causa sólo tiene sentido para las acciones producidas por entes dotados de inteligencia. Es el motivo o finalidad que impulsa una acción.
    Formal, en las ideas, la causa formal es el sujeto que la piensa y engendra. Cuando Newton piensa en una manzana, la causa formal de la idea de manzana es Newton.
    Objetiva, en las ideas, es la cosa que sirve como modelo para la idea. La causa objetiva de la idea de manzana de Newton es la manzana.

  2. Ontología.
    El autor, Adolfo P. Carpio, divide en tres órdenes a los entes. Sensibles, ideales y valores. Si bien es bueno ser prolijo en el manejo de los entes sensibles e ideales, pues no en todo sentido se les puede aplicar las mismas ideas, es el tercer orden, el de los valores, el que interesa para el presente.
    Los valores tienen tres características especiales:
    2.a. "Los valores no pueden ser pensados con indiferencia".
    2.b. Los valores son polares. Es decir, ellos ordenan la apreciación graduada entre dos polos, uno positivo y otro negativo.
    2.c. Los valores tienen jerarquía, en sentido que si bien todos valen y por ellos se aprecian las cosas, acciones o ideas, ,no todos los valores son igualmente importantes, sino que algunos lo son más que otros. Inserto aquí la tríada pensada por Tomás de Aquino, que sería la cúspide de todos los valores, que son: Verdad, Bondad y Belleza.

II. Retórica textual.

Aquí hemos elegido el "ensayo" como forma prominente de retórica. No sólo porque mantiene muchas de las características que Aristóteles definió al hablar del tópico de la retórica. Sino también porque el objetivo del "ensayo", como el de la retórica en general, es el de convencer.
Para ello se vale de elementos racionales, como el argumento cuando es construído en arreglo a la lógica. Pero también se vale de elementos irracionales, como las falacias, o simplemente expresiones que no aportan en términos de lógica pero que mueven por su belleza, o por la carga emotiva del tema.El ensayo, y por consiguiente, nuestra idea de retórica textual, puesto que hemos elegido al ensayo como exponente de ella. El ensayo se divide en tres partes. Primero la "introducción". Ella puede ser entendida bajo dos funciones. Una necesaria y principal, que es presentar el
tema, y con ello movernos a prestar atención. Segunda función, ésta sólo posible, es conmover al interlocutor a escuchar de buen grado e inclinado en favor de quien habla.
Pasamos, entonces al segundo momento del ensayo, que es el "Desarrollo". En efecto, entonces, luego de la "Introducción" que nos presentaba el tema y nos inclinaba a escucharlo, viene el "Desarrollo". Este segundo momento tiene como función general el desplegar, "desarrollar", todos los argumentos que hacen al centro del problema y tema tratado. El ensayo es un género argumentativo y el argumento es, naturalmente, su centro. Es en el "Desarrollo" donde se despliegan los argumentos. Por tanto, se entiende que el "Desarrollo" es el centro, el núcleo de importancia, del ensayo. Los argumentos son y hacen al centro del ensayo porque el ensayo intenta convencer racionalmente (por argumentos) y sólo luego (en segundo lugar), conmover estética o emotivamente. Hasta aquí hemos hablado de la función general del "Desarrollo", que es dar lugar a los argumentos, convencer, siendo también parte importante de la función general del ensayo todo. Conviene pasar ahora a las partes de este momento llamado "Desarrollo". Diremos que tiene dos partes. La primera se escribe bajo un espíritu descriptivo, y tiene por finalidad el mostrar el panorama del problema o la cuestión a tratar. No se trata de la mínima presentación del tema hecha en la "Introducción". El panorama que encontramos en el "Desarrollo" es mucho más amplio, y es típico ver en él las posiciones de diferentes autores a lo largo de la historia sobre el tema en cuestión. Es importante tenerlas en cuenta, puesto que al argumentar, podríamos caer en repetir lo dicho, con lo cual haríamos perder el tiempo al interlocutor. Además, podríamos ignorar un problema ya suficientemente señalado por autores anteriores, en cuyo caso correríamos el grave riesgo de equivocarnos. Luego de esta primer parte descriptiva, que hemos llamado "panorama" en el presente sólo para darle un nombre; corresponde pasar a la segunda parte de este momento segundo llamado "Desarrollo". Esta segunda parte abandona el espíritu descriptivo para pasar a lo que es más propio del "Desarrollo" y del ensayo, la argumentación. Sucede entonces que se presenta la Tesis, aquello a lo cual queremos llevar racional, estética y emotivamente al interlocutor. Para esta segunda parte del "Desarrollo" que hemos definido como argumentativa, el medio principalísimo es el racional: los argumentos.
Causalmente, entonces, es conveniente ahora pasar a ellos. Inmediatamente expuesta la Tesis, se debe pasar a los argumentos que la sostienen. Para ello es bueno tener en cuenta las reglas de la Lógica en general y las de la formación del Silogismo en particular (el Silogismo es un argumento de tres partes donde las dos premisas concluyen efectivamente en la tercera afirmación llamada conclusión, véase Aristóteles, El Organon-Primeros Analíticos). Una vez expuesta la Tesis y mostrados los argumentos, puede pasarse a considerar algunas refutaciones que se podrían hacer a los argumentos que hemos dado. Ésas refutaciones son llamadas "contrargumetnos". Al considerarlas, luego de haber expuesto la Tesis y mostrado los argumentos, lo que se debe intentar es mostrar su falsedad. Hechas éstas tres cosas, declarada la Tesis, mostrados los argumentos y desbaratado el contrargumento, se puede dar por bien finalizado este segundo momento del ensayo que se da en llamar "Desarrollo".
El tercer momento del ensayo es llamado "Conclusión", viniendo éste después de -nunca olvidarlo- la "Introducción" y del "Desarrollo". LA función general de la "Conclusión" es presentar una imagen sintética de lo recorrido. NO debe confundirse con la imagen de la "introducción". Se puede diferenciarlas mediante éstas dos preguntas. La "Introducción" responde a la pregunta de ¿De qué habla? Mientras que la "Conclusión" responde a la pregunta de ¿Qué dice? En tanto que respondiendo sobre de qué se habla sólo se aborda el tema pero no las posiciones dentro de él; cuando se responde sobre qué se dice es necesario dar una síntesis de las posiciones o los argumentos. Y ésto es lo primero que se har´"Conclusión". Entonces se puede decir que este tercer momento se divide en dos partes. La primera presenta una síntesis de lo argumentado en función de fortalecer la Tesis. Si bien los argumentos ya se han dado, es importante repetirlos de manera sint´ca aquí, puesto que durante el "Desarrollo" fue necesario extenderse en muchos casos y problemas, que eran necesarios para mostrar la verdad del argumento, pero que han hecho correr el riesgo de que el interlocutor se disperse en cada uno de dichos razonamientos sin mantener una idea clara del conjunto de los argumentos. En este tercer momento del ensayo, queremos darle una versión de lo dicho que pueda recordar, una que sea suficientemente simple como para poder abarcarlo de una sola vez con la mirada del intelecto. Hecho ésto, se pasa a una segunda parte de la "Conclusión" que busca mover al interlocutor a convencerse más de todo lo dicho por medio de los elementos de la estética y la emocionalidad. Puede convenir aquí utilizar una figura retórica o cualquier elemento que ayude a conmover en favor de lo que se ha logrado convencer por la razón. Bien mirado, y alejándonos un poco de todo lo dicho para tener una imagen general, se puede ver que el primerísimo momento de la Introducción y el ultimísimo momento de la Conclusión, son dedicados especialmente al efecto estético y emotivo.

III. Figuras Retóricas.

Las figuras retóricas son formas típicas de construir expresiones y frases con efecto retórico. El efecto retórico se puede entender como el acto de convencer y conmover por el buen hablar o por el buen escribir. Las figuras retóricas no forman un conjunto cerrado. Lo que es esperable, puesto que son formas "típicas" y no "lógicas". Por lo tanto declinaremos, desde el principio, la aspiración de agotar todas las formas retóricas en el presente, acomodándonos a tomar sólo algunas de las más comunes y representativas. También hay que decir, que aunque se han propuesto categorías para agrupar a las diferentes figuras según se basen en el orden de las palabras o en el aspecto fonético u otros, se insiste en que el presente no pretende agotar prolijamente todos los grupos. Entonces, aclarado ya qué se entiende por "figuras retóricas", que no conforman un grupo cerrado, que aun las categorías con que se las puede agrupar son relativas, daremos paso a enumerar y enunciar mínimamente las características de las escogidas.
La primera de ellas es la Metáfora. Esta figura supone la sustitución de la expresión literal por la expresión figurativa.
La Hipérbole, o exageración retórica, es de uso común y consiste en tornar extrema la característica o el elemento de que trata la expresión. Así, una "buena nota" se convertirá, retóricamente, "la mejor nota de cuantas Dios pudo pensar e incluso de las que no llegó a imaginar".
La figura llamada Hiperbaton consiste en invertir el orden de las palabras considerado natural. El efecto consiste en lograr una sensación de sofisticación y exostismo.
Litote es otra de las figuras que se destacan. Consiste en expresar lo mucho a través de lo mínimo. Por ejemplo "Me saqué un 10" sería expresado con una litote de esta manera "Mi nota no fue la más baja de todas".
Quinta de entre las figuras presentes, está la Metonimia. Consiste en usar una parte para hacer referencia a otra parte del mismo conjunto.
La Sinécdoque supone hacer referencia al conjunto a través de la parte, o a la inversa.
La Sinestesia es atribuir las impresiones de un sentido a otro.
La Aliteración, que es llamada también repetición retórica, consiste en la repetición deliberada de una palabra o expresión de forma casi regular.
Finalmente, la Elipsis, se basa en eliminar una parte de la expresión que es pensada como secundaria y sustraíble. Por ejemplo "Dios creó al hombre. El hombre la ciencia."

IV. Las Falacias.

En una suerte de cuarto lugar, luego de los elementos de lógica, de la retórica del texto y de las figuras retóricas, están las "Falacias". Las Falacias son una especie de errores lógicos intencionales. Igual que las Figuras Retóricas, se dividen en tipos. Cada tipo es una forma recurrentemente utilizada de producir un efecto de convencimiento aprovechando una debilidad lógica. Entonces, la finalidad de la Falacia es aprovechar un error lógico que introduce deliberadamente en su razonamiento para producir un efecto de convencimiento en su interlocutor. Desde luego, sólo funcionará si el interlocutor no advierte el error. De lo cual se concluye que conocer las Falacias no sólo es útil para quien argumenta inescrupulosamente, sino también para quien lo oye y desea no ser tomado desprevenido en el timo intelectual. Por otro lado, cuando decimos que una Falacia es, en un modo, un error lógico, se puede objetar que más que aprenderlos para usarlos debemos conocerlos para evitarlos. Ésta es la posición de Aristóteles. Pese a ello, sea para evitarlas, para desenmascararlas o para utilizarlas, las Falacias no dejan de ser importantes. Habiendo declarado qué es una Falacia, cuál es su finalidad y comentada la objeción que se hace sobre la "utilidad de una forma de errar", pasaremos a enunciar y comentar brevemente los tipos de Falacias. Aquí se debe hacer la misma aclaración que cuando se ha hablado acerca de las Figuras Retóricas. No se trata de un conjunto cerrado. Por lo tanto, no se pretende enumerar todas las Falacias conocidas, sino simplemente listar y comentar algunas tenidas por importantes.
iv.1. Falacia de Circularidad. Ocurre cuando se utiliza un elemento que corresponde a la conclusión como argumento. Por ejemplo, si se quiere argumentar que Dios existe, se cometería una falacia de circularidad al fundamentarlo en que "existir es divino". Por lo tanto, si se desea utilizar esta falacia como instrumento polémico, es necesario lograr que nuestro argumento no parezca ser parte de la conclusión. Para lo cual suelen resultar muy útiles los sinónimos.
iv. 2. Un segundo tipo de falacia es la llamada "Falacia ad homine". Básicamente, consiste en atacar a la persona en vez de hacerlo al argumento. Pero existe la posibilidad, que la descalificación del sujeto, sea importante para descalificar su argumento. Por ejemplo, sucede cuando decimos que una persona es mentirosa, por lo cual no debería tomarse su afirmación de manera desprevenida. Si bien es cierto que para afirmar que es mentira es necesario examinar la afirmación y no la persona; también se debe conceder que sería ingenuo tomar por igualmente válida la afirmación de quién repetidamente ha mentido respecto de quien a probado su honestidad. Aun cuando ésto último no es completamente necesario, es decir, incluso quien ha mentido constantemente no tiene necesidad absoluta de mentir una vez más, por lo que es posible que diga la verdad, y en ése caso se obra falazmente al desestimar su testimonio. Decimos, aun cuando es posible que diga la verdad, parece probable que no. Razonar por probabilidad es propio de los asuntos humanos, puesto que siendo éste libre, su conducta no sigue los patrones de la necesidad lógica. Aun lo más probable de entre las elecciones humanas, no es realmente necesario.
iv. 3. Existe también, luego de la falacia de circularidad y la falacia ad homine, otra forma de argumentar falazmente. Se trata de la llamada "Ignoratio Elenchi". En términos reducidos y principales, se basa en atacar legítimamente una proposición que el polemista no sostiene, pero que puede ser confundida con la posición de nuestro adversario. Para dar una imagen más simple, conviene la siguiente metáfora. Se trata de atacar al hombre de paja, en vez del verdadero adversario. Con ello nos aseguramos de causar impresión de haber vencido. Una forma típica y sencilla de utilizar ésta falacia, es tomar el argumento del rival, y modificarlo, bien exagerándolo, bien simplificándolo. Modificado de tal manera que parezca el mismo, pero sea fácil de derrotar. De ésta manera se puede tomar desprevenido a quien escucha y hasta a nuestro propio adversario.
iv. 4. Otro tipo de falacia lo conforma el "Argumento de Autoridad". En realidad es más un género que un tipo de falacia, puesto que existen muchas especies de argumento de autoridad. Para simplificar, tomaremos dos. El recurso de autoridad y el recurso al pueblo. El primero, que es el que sirve de arquetipo a la falacia de autoridad, se basa en suponer correcta una afirmación, sencillamente porque quién la sostiene está investido de algún tipo de autoridad. Desde luego, si la afirmación es o no correcta depende de sus premisas. Pero en éste caso también debe hacerse la aclaración que, aunque la corrección de la afirmación depende "necesariamente" de las premisas, es posible derivarla "probablemente" de la autoridad que la sostiene. Hasta aquí una resumida explicación del tipo 'clásico' de falacia de autoridad (o recurso de autoridad), en las lineas siguientes tocará explicar no menos resumidamente lo que se ha propuesto como segundo tipo de argumento de autoridad, el recurso al pueblo. Según éste, una afirmación será correcta cuando la sostiene la mayoría. Nuevamente, como en el caso anterior, la validez o error de la afirmación depende 'necesariamente' de las premisas que la sostienen. Por lo tanto, es indiferente si son muchas o pocas las personas que acuerdan con ella. Pero en los ámbitos sociales de baja institucionalidad (como lo son los grupos sin jerarquías, desde la nación hasta el curso del colegio) el recurso al pueblo, o a la mayoría, tiene la utilidad de ser eficiente en lograr una presión muchas veces decisivas a favor de quien lo manipula. Por esto, puede ser muy útil saber utilizar y reconocer este instrumento.

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