Cábala: ¿Cuál es la verdadera edad del Universo? Astrofísicos versus la Biblia
Un debate provinciano
Las páginas de los periódicos y los noticieros de televisión de vez en cuando nos dan noticias acerca de agrios debates en algunas escuelas, especialmente norteamericanas, sobre de si debe enseñarse la versión científica del origen del universo o la versión de la Creación según la Torá, según la Biblia, es decir, ciencia versus creacionismo.
Hay quienes creen que es un debate provinciano y sin sentido. Si contamos los seis días de la Creación hasta el primer shabbat, y luego les sumamos las edades de los descendientes de Adán hasta nuestros días, nos da la irrisoria cifra de 5778 años, que es la fecha actual según el calendario hebreo. Aunque podemos redondearla por comodidad en 6.000 años, la diferencia no es mucha si hablamos de años terrestres.
Pero los hallazgos arqueológicos y paleontológicos nos muestran que nuestro planeta tiene cerca de 4.000 millones de años y el universo unos 15.000 millones de años, según los astrofísicos.
¿Eran tontos e ingenuos los autores de la Biblia? ¿Acaso no sabían contar? ¿O no tenían una noción profunda del universo que les rodeaba?
¿Acaso la Torá, la Biblia, es simplemente una fábula para consolar a las masas ante nuestra insignificancia y finitud?
En este post quiero ofrecerles la versión de los cabalistas, quienes desde hace siglos ya sabían que la edad del Universo es de miles de millones de años, tal y como, apenas el siglo pasado, descubrieron los científicos.
Los cabalistas estaban adelantados a su época
En el post previo, comenté que muchos cabalistas estaban adelantados a su época y que descubrieron, estudiando la Torá, meditando y con permiso desde lo alto, verdades acerca del universo que siglos después revelaría la ciencia, cuando la Humanidad hubiera alcanzado el punto exacto de evolución mental y tecnológica.
Los cabalistas ocultaron esos descubrimientos y visiones porque sabían que su generación no estaba preparada para recibirlos. Si develaban una verdad antes de tiempo, podían terminar en la hoguera de los inquisidores cristianos o excomulgados por sus rabinos.
Pero si revisamos los textos de los cabalistas de Sefarad encontraremos afirmaciones y descubrimientos asombrosos que tienen que ver con la verdadera edad del universo e incluso con la vida extraterrestre, temas tan en boga hoy en día.
La edad según el Big Bang
Los científicos ofrecen pruebas bastante duras sobre el origen del Universo a partir de una singularidad, el Big Bang, un punto de densidad casi infinita que estalló y comenzó a expandirse y enfriarse.
Analizando la expansión de las galaxias (Edwin Hubble) y el fondo de microondas del universo, han podido calcular una edad cercana a los 15.000 millones de años, aunque siempre aparecen anomalías que deberán ser explicadas en el futuro algunas galaxias traviesas que tienen más de esa edad.
Sólo un fanático negaría estos hechos, comprobados una y otra vez mediante mediciones.
Una salida para ellos es decir que la Biblia no debe leerse literalmente, que sus historias e imágenes sirven para cultivar las almas y traer a la tierra el reino de Dios.
Pero esta respuesta cómoda no cierra el debate. Los cabalistas creen que las letras y palabras de la Biblia le fueron dictadas a Moisés por Dios en el Monte Sinaí. Y Dios no se va a equivocar en el conteo.
¿Cómo podemos comparar la edad del Universo –que los científicos nos dan con pruebas convincentes- con la edad que nos dice la Biblia, y que el resultado sea coherente?
La explicación de Kaplan
Esto lo ha hecho Aryeh Kaplan en “La Edad del Universo: Una perspectiva verdadera desde la Torá”
Kaplan analiza algunos argumentos religiosos como por ejemplo:
“La (respuesta) más simple, es que hace 6.000 años, HaShem creó el universo ya con una historia. Hay una cierta lógica en esto, y uno incluso puede encontrar una pista de ello en la Guemará: Si HaShem creó un árbol, ¿tenía el árbol anillos o no? Si tenía anillos, entonces tenía una historia.”
Kaplan, Op.Cit. p.10
Esto es, el universo fue creado por Dios hace 6000 años, pero fue creado ya viejo, con toda esa historia del Big Bang, la expansión de la materia y la energía ya incluida. De manera que si usted lo estudia, lo “lee” va a encontrar una historia de 15.000 millones de años ya incluida cuando Dios lo creó hace 6.000 años.
Bizarro pero lógicamente impecable, aunque no posee la contundencia suficiente como para soportar un debate.
Siguiendo este argumento falaz, también podría haberlo creado hace cinco minutos con todos nosotros adentro, leyendo este post de Steeming que usted lee, porque total, Dios es Omnipotente y puede crear lo que le dé la gana.
Pero la debilidad lógica (no científica) de este argumento es que a partir de él todo es posible, y entonces no vale la pena debatir nada.
Se trata de un sofisma, pero si hay gente que se siente cómoda con él, pues que sean felices.
Sigue Kaplan:
“Hay otro enfoque que mencionaré de pasada. Es decir, que cada uno de los "días" de la creación duró realmente miles de años. Este enfoque se insinúa en Rabbeinu Bechayay, quien lo menciona sólo para refutarlo.
Él dice explícitamente que el mundo fue creado en seis días de doce horas cada uno, por un total de 72 horas. Además, guardamos el Shabat porque hubo seis días de creación, donde cada día era como uno de nuestros días (…) (Pero) no hay apoyo en la literatura clásica de la Torá para decir que los días de la creación duraron más de 24 horas.”
Kaplan, Ibid., p.10
Sin embargo, el argumento que introduce aquí es una anticipación de la Teoría de la Relatividad, a saber, que no hay un solo tipo de tiempo, sino diversos tiempos que tienen que ver con la gravedad y la velocidad.
¿Podría ser que realmente el tiempo estelar fuera diferente del que nosotros concebimos a partir de la rotación de nuestro planeta alrededor del sol, un tipo de años diferentes de nuestros años?
¿No podría medirse el tiempo de la creación con otro sistema numeral y con otras escalas, con otros tiempos?
Científicamente, no sabemos qué había o qué pasó antes del Big Bang, porque se trata de una singularidad del tipo (t = 0).
Por tanto, tampoco sabemos qué había antes de los seis días de la creación, o si esos seis días realmente deberían medirse con otra escala, con otro tipo de años.
Kaplan introduce la opinión del Sefer HaTemunah, atribuido al Rabbi Nechunia ben Hakane, un importante texto citado por Rabbi Moshé Ben Najman (Najmánides) el Ramban.
Lo hace a partir del manuscrito Otzar HaChaim del rabino Rabbi Yitzchok de Min Acco, quien por cierto conoció a Moisés de León y certificó que el libro del Zóhar era auténtico.
Cito a Kaplan:
“Cuando el rabino Yitzchok deMin Acco comienza a hablar sobre yomo shel HaKadosh Baruch Hu - "Los Días de Di-s" – dice:
Se sabe desde el Midrash y la Guemará que uno de los días de Di-s es igual a 1.000 años. Por lo tanto: ¿Cuánto es un año de HaShem? Obviamente es 1.000 veces 365 y 1/4, o 365.250 años. [Recuerden que esto fue escrito hace más de 700 años].
Y según el Sefer HaTemunah, el universo ha existido durante 49.000 años. Pero no deberíamos creer que esto sea un corto período de tiempo. Estos años "no son años humanos, sino años de HaKadosh Baruch Hu."
Kaplan, Op. Cit.p.18.
Los años en discusión no son años humanos, sino divinos. Por lo tanto, es a partir de este tipo de años que se debe calcular la edad del universo.
Sigue Kaplan:
"Cuando Adán fue creado, el mundo tenía 42.000 años de edad. Pero antes
de que Adán fuera creado, no usamos años humanos, sino divinos
años. Por lo tanto, la edad del universo es 42.000 años divinos.
Como hemos visto antes, un año divino es 365.250 años humanos. Por lo tanto, la edad del universo es 42.000 veces 365.250 años humanos. Haga el cálculo, y verá que el universo está cerca de 15 ¡mil millones de años!”
Kaplan, Op. Cit.p.18.
Esto es, alguien hace 700 años, sin saber la edad que los astrofísicos le iban a asignar al universo en el siglo XX, ya había hecho una cuenta, y resulta que sus números coinciden con los cálculos actuales de la astrofísica.
Ello independientemente de que los cabalistas aquí hayan empleado el término “años divinos” pudieron haber dicho “x”, “y” “¡Bazinga!”, eso es álgebra elemental.
Lo importante es el valor que se le asignó a la variable:
1 día de Dios = 1.000 años
Si el universo tiene 42.000 años divinos, la multiplicación por 365.250 años humanos nos da unos 15.000 millones de años, la misma edad del Big Bang.
¿Casualidad?
No es la primera vez que me topo con descubrimientos de este tipo.
Desde que estudio Cábala, se me aparecen por todos lados, leyendo cualquier texto filosófico o científico.
Es como si a partir del estudio de la Cábala, las antiguas nociones que había en mi mente y que estaban fragmentadas, que me parecían dispersas o contradictorias, se unificaran de manera armoniosa y secreta, silenciosa, sin que yo tenga que hacer los colosales esfuerzos que hacía en la escuela de filosofía.
Como si alguien, desde arriba, hubiera cambiado mi percepción mediante una luz y un filtro, que me permiten ver el mundo de una manera diferente, unificado, vasto pero secretamente armonioso.
Alguien que no soy yo, y que me dicta estas líneas.
Óscar Reyes-Matute
(Samuel Ibn Motot / שמואל אבן מתת)
Para ver una breve historia de la Humanidad según la Cabalá:
Hola @matute8029 ¿Cómo te va?
Te felicito por traer contenido propio e intentar siempre dejar la fuente de lo que tomes de internet, por esa razón espero que no te tomes a mal lo siguiente que te voy a decir.
¿Sabías que esa no es la forma correcta de dejar la fuente de imagen?
Pues si te fijas bien, ese enlace solo me lleva a la dirección de la imagen, mas no a la dirección del blog y/o autor de donde la tomaste, lo que estaría ciertamente violando los derechos de autor.
Aquí te dejo un ejemplo de lo que se considera una forma correcta de dejar la fuente de las imágenes;
Fuente
Cuando busques una imagen en Google, debes ir a la direccion de la imagen que por lo general se encuentra en un blog, luego copiar ese enlace, mas no el enlace directo de la imagen ni mucho menos el enlace de Google.
¡Wow! ¡Eso está muy bien!
La próxima vez lo haré así, no lo sabía, tengo apenas dos semanas en Steemit!
¡Gracias!