Siempre atento|

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Estén siempre atentos tus ojos a la oración de tu siervo y a la plegaría de tu pueblo Israel, para oírlos en todo aquello por lo cual te invocaren. 1 Reyes 8: 52

En mi experiencia de oración a lo largo de gran parte de mi vida, una de las facetas que no podía aceptar plenamente era el que Dios pudiese tener un vivo interés en las cosas que solemos calificar de triviales o de menor importancia en nuestra vida cotidiana. Por algún motivo que no me resulta fácil explicar, tenía la sensación de que el Señor solamente le interesaba las cosas grandes, las cosas espirituales o las imposibles, y que solo ellas eran dignas de integrarse en una oración.

En su amor y misericordia, mi querido Señor me enseñó pacientemente que todo aquello que tiene que ver conmigo le interesa y mucho. Me hizo sentir que quiere verme feliz totalmente. Me mostró que, igual que soy yo con mis hijos cuando busco manera de hacerles felices y siento recompensa en el brillo de sus ojos y en la luz de sus sonrisas, así él busca maneras de agradarme y pinta paisajes con los cuales yo pueda sonreír y encontrarme con él.

En mis lecturas posteriores de la Palabra de Dios me he visto agradablemente sorprendida, y cada vez más, al constatar que el Señor realmente se preocupa por las cosas que podríamos llamar cotidianas y casi sin importancia en la vida de muchísimos personajes bíblicos. Sería casi interminable hacer una lista mediatamente completa, así que nos contentamos con mencionar nombres como Ezequías, María, David, Ana, por mencionar solo algunas de las muchas personas que experimentaron el gran amor de Dios en su vida a lo largo de la historia del trato de Dios con el ser humano.

La oración que hoy eleves al trono de la gracia puede ser para que se resuelva una montaña de imposibilidades, pero puede que sea también por cosas que a alguien le puedan parecer nimias o triviales. Cuando ores, recuerda que para nuestro Dios no hay trivialidades ni imposibles. Él valora en su justa medida montañas y esas aparentes naderías y hace lo justo en cada caso. En cuanto a ti, eres niña de sus ojos. Él te lleva esculpida en las palmas de sus manos.

Eres de gran estima a sus ojos, y del todo honorable. Te ama como si no hubiera otro ser en el universo.

Que Dios te bendiga abundantemente.

@lisfabian.