pateando muelle parte 2steemCreated with Sketch.

in #relato7 years ago

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pateando muelle

Al final de la parte 1, habìa comenzado diciendo que el embarque finalmente habìa llegado en el Ling Shui 5, pero la verdad es que no fue exactamente asi. Ese año de los galpones, gracias al favor de un contramaestre entrerriano, a su buena disposiciòn y bohonomìa, y sus visitas a nuestro rancho en los galpones, escapè a la miseria y embarquè en el "Xin Shi Dai 28", barco insignia de la flota de la señora Lei Lei, una especie de embajadora china en el ambiente pesquero argentino por aquellos años.Sobre la campaña del calamar del año 2004, encuentro conveniente recordar sòlo unos pocos trazos, no porque no haya habido incidentes o episodios dignos de ser narrados, sinò porque la historia misma y sus personajes me envìan directamente al año siguiente,el 2005, Pero a modo y en virtud de la hilaciòn, continùo.
Una vez embarcado en "el 28", como le decìamos al barco, recuerdo haber comido el primer dìa 6 hamburguesas con queso, y dos litros de leche chocolatada.Al dìa siguiente caì en la cucheta por un ataque al hìgado, y me dieron dos inyecciones que me curaron en tres horas .Una vez en zona de pesca, durante 50 dìas, dàbamos vueltas y vueltas en busca del calamar, que ese año fuè igualmente esquivo a todos los pescadores en cantidad.y calidad, o sea que apenas habìa calamar, por lo que el principal problema comenzò a ser la convivencia a bordo, en ese barco que llevaba unos 25 marineros distribuidos en camarotes de 4 cuchetas minimo cada uno. Aunque parezca exagerado, pero dirigido a los mas jòvenes, que empezaron a navegar ya en el siglo 21, y como excurso filosòfico sobre la voracidad de los tiempos actuales , en donde 10 años equivalen a 50 del siglo 20, digamos que en 2004 apenas si se generalizaba el uso del celular, todavia no tenìan video, y las notebooks no existìan y de haber existido nadie las hubiera podido comprar. Es asi que en medio del mar, en un barco de 40 metros de eslora , sin nada que hacer, salvo permanecer en la cucheta y leer algun libro acarreado particularmente, -tal era mi caso-, para un grupo humano nacido y criado en la Era de la imagen y la pantalla, la unica distracciòn consistìa en asistir al comedor donde un televisor oficiarìa de microcine gracias a las peliculas en vhf que habian sido adquiridas el año anterior. Claramente esto no era el antìdoto a cualquier eventual desaveniencia entre 25 marineros que estabamos allì no por placer y esparcimiento o aventura, sinò huyendo de los piojos y la malaria que acorralaba a todos en la forma de esposas, familias , cuentas , deudas, y otras tantas obligaciones. Existìa ademas una ùltima circusntancia que operaba como catalizador, : la adicciòn a cualesquiera sustancias de las que el ocio habìa hecho apurar el consumo y adelantado el consiguiente sindrome de abstinencia en no pocos de los marineros. Digamos que empezaron a ponerse nerviosos. Muy nerviosos.Y sin perspectivas de ganar dinero y con el ancho mar como escenario, las bellas metaforas del ocèano y su infinitud se tornaban caducas y suplantadas paradojicamente por otras imagenes mas carcelarias que otra cosa. En fin, que en esa primer marea de la campaña de 2004 del Xin Shi Dai 28, durante un transbordo de viveres en altamar, el capitan se excediò en la arrancada de aproximaciòn al barco proveedor, logrò esquivar la popa del mismo, pero chocò de refilòn los barcos, haciendo que las parrillas de pesca,-especies de alas que se despliegan todo alrededor del barco hechas de hierro reforzado- en la colisiòn se doblaran como si fueran de plastilina. Esto fuè la gota evaporada que terminò de vaciar el vaso ya vacìo de los ansiosos, que se amotinaron y demandaron desembarco, para lo cual fue necesario transbordarlos a ellos en altamar a otro potero que iba a puerto. Yo permanecia obstinadamente al margen de toda acumulaciòn de tensiòn por acrecentamientos de semejante naturaleza, ya que seis meses de galpòn y hambre me habian hecho inmune a cualquier escalada de locura o agitaciòn insana, o para decirlo mas facil, me aferrè a ese barco con uñas y dientes desde el primer hasta el ultimo dìa de campaña, lo cual significa 4 mareas o viajes. No me bajè hasta que hubo terminado la zafra y el ùltimo marinero hubiera hecho lo propio antes que yo, unos 6 meses despues de iniciada la temporada No me importaba tanto el escaso dinero que sabìa obtendrìa como fruto de una campaña paupèrrima, sòlo querìa permanecer a bordo, no volver a tierra.
Las cosas se fueron apaciguando despues de aquel fatìdico primer viaje y el resto de los dias y meses transcurrieron ahora sì, en grata intimidad con el vasto mar , las escasas jornadas de trabajo, y las lecturas y solitarios paseos por la proa , esperando la puntual visita de las toninas overas, que no faltaban a su costumbre de saludar, si, saludar a los marinos mediante ostensibles e inequivocos saltos y piruetas de alegrìa y vueltas alrededor de las embarcaciones, para luego proseguir sus caminos. Otra cosa que recuerdo es que en una de las recaladas en puerto , comprè unas cuantas botellas de piña colada, y las tomaba en altamar compartiendo con el marinero de cubierta , el Gaby.
Otra cosa que me viene a la memoria,; Ya en los ùltimos viajes, las rispideces y desconfianzas del inicio de la campaña se habian transformado en amistosa camaraderìa , fruto de la prueba de subsistencia , ya nos conocìamos y llevàbamos los dìas entre bromas y entretenimientos paulatinamente organizados, por ejemplo yo me habia comprado una guitarra en puerto, y asi. Una vez en la cena, uno de los marineros con quien yo formaba tandem en los tuneles congeladores, dijo para oìdos de todos los presentes, (25 marineros):
"-La mamà de Federico habìa querido que su hijo fuera cirujano pero le saliò la mitad nomas".
-"¿còmo la mitad?"- preguntaron todos
-"Si la mitad, le saliò CIRUJA nomàs"
-"jua jua jua..!"(era gracioso el chiste, todos nos reimos a carcajadas)
Otra vez que fuimos a puerto, comprè una serie de videos en vhf con material de los Beatles, ni por asomo imaginaba que 10 años despues serìa masivamente accesible en internet, ni que igualmente a los dos años siguientes seria nuevamente retirado del dominio publico.La cuestion que ponìa los cassetes de los Beatles a bordo y los mas veteranos, se emocionaban.
Y como para terminar este modesto relato o resumen de aquella campaña en el mar, subsecuente a tan penosa estadìa en el desamparo de la calle y el estar "a la buena de Dios" como solemos decir, (experiencia que por otra parte no debiera ser motivo de sorpresa a un verdadero marinero, antes bien ese desamparo deberìa ser su ùnica y verdadera graduaciòn, y quizàs lo sea, a pesar de la evoluciòn discutible de nuestra època tecnologica, pròdiga en comunicaciòn y accesibilidades), para terminar , no quisiera omitir un recuerdo que justo ahora,antes de finalizar estas lineas me adviene tambièn como un saludo. En aquellos paseos solitarios que daba por la proa, al caer la limpia noche en medio del Atlantico Sur, cobijado por los benditos aromas emanados de una cocina de barco en altamar, no pocas veces me preguntaba còmo habìa pasado en mi itinerario sobre este extraño mundo, còmo habìa pasado de estaciones tan discìmiles cuales son haber sido alumno especialmente destacado en un auditorio de la càtedra de Estètica de una universidad de las mas prestigiosas de Amèrica, especialmente instado por los docentes a estrechar mecanismos y asegurar mi pronto acceso a la tan necesaria, hoy debiera decir -sin sesgo de ironìa-sagrada clase de los profesores universitarios, para revistar en una de sus mas duras disciplinas, la Historia de la Filosofìa Occidental, còmo habìa pasado de aquella estaciòn, a esquivar golpes de barreta de gordos enfurecidos custodios de comida en descarte que yo me proponìa robar de barcos pesqueros en penumbras en puertos piratas entre ignorantes, depravados, explotadores y buscas, uno de los cuales era sin dudas yo mismo.. Y en aquellas morosas meditaciones , mirando el ìgneo naranja-rojo atardecer , recordaba el preocupado silencio de mi padre, en mi temprana juventud, juventud que ya anunciaba una irrevocable e irresponsable elecciòn, cuyas consecuencias futuras me eran invisibles, pero no asi para èl, .Recordaba todo lo que aquel silencio y mirada decìan, Y comprendìa que aquel silencio provenìa de su propia experiencia, mil veces mas osada, digna y peligrosa que mis payasescas locuras y aventuras de contratapa de pasquìn. El viejo sabìa que cualquier reconvenciòn hacia mi serìa inutil, y ademàs, no se arrepentìa de haber desacatado en su momento el mandato de la prudencia y la conveniencia. Era por consiguiente, el peso tràgico que la insumisiòn habia acarreado lo que le llamaba a silencio.

Pero mas fuerte y poderoso era el desprecio hacia aquellos que vistiendo el miedo detràs de excusas miles, arrojaban sus existencias al servicio milenario del gran Dios de los cobardes, el Dios Calculador y sus arcàngeles los jurados de los tribunales del èxito/mayordomos del teatro devenidos actores de una comedia sin espectadores: los ciudadanos correctos y felices.

En fin,

Al año siguiente, y gracias al buen concepto que mi estilo estoico habìa construido a ojos de los informantes de "la china Lei Lei." fui llamado a embarcar ahora si en el mencionado Ling Shui 5.

Continuarà

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