Diógenes de Sinope

in #provenezuela5 years ago (edited)


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Diógenes, por John William Waterhouse,

La Grecia antigua entre los años 600 y 200 a.C. y especialmente Atenas, dio nacimiento y origen a los más grandes pensadores y filósofos como el camino para la búsqueda de la realidad y la verdad que se muestran ante el mundo. La filosofía busca no supeditarse a los dictámenes o sentencias ofrecidos por la religión y la mitología y el pensamiento occidental debe su forma a la filosofía griega, la cual apelaba a la razón y la lógica. La filosofía clásica griega dará inicio a concepciones filosóficas que apuntaban a conseguir el conocimiento verdadero o por lo menos el más auténtico. En este sentido, la filosofía se convierte en debate, cuestionadora de lo que comúnmente se da como admitido o instituido.

Muchas escuelas de pensamiento, tendencias y maestros coparon esa edad de oro de la filosofía, desde Tales de Mileto hasta Sócrates, Platón, Aristóteles, Pitágoras y Anaximandro, llegando a los sofistas. Los filósofos griegos en la Atenas clásica centralizaron la intelectualidad de su época y propusieron temas y asuntos primordiales que aún en la actualidad, luego de más de dos mil años de discusiones, han permanecido con las mismas inquietudes filosóficas y las mismas preguntas que nos planteamos hoy en día.

Como hoy, muchos de los integrantes de la sociedad griega y ateniense no se sentían atraídos por esas especulaciones del pensamiento y veían la vida como algo más práctico, donde la lucha por la vida era un imperativo para poder subsistir en esta tierra. Fueron los sofistas quienes se atribuían la idea que la comprensión del universo estaba más allá de lo que el intelecto humano podía abarcar. Se planteaba entonces que para alcanzar la virtud y la felicidad ´por parte del ser humano se debía partir de la más completa libertad posible, expresando en esas condiciones el rechazo de las instituciones sociales y sus normas y propiciar el regreso a la vida en su estado más natural.

La escuela filosófica que hizo su aparición en Grecia entre el 435 y 370 a.C. y el que encarnaba estos ideales de independencia y cuestionamiento de la sociedad de ese entonces, fue la de Antístenes. Reunido con sus seguidores y discípulos en un lugar llamado Cinosargo, situado en las afueras de Atenas, enseñaba todo aquello que desafiara lo convencional, lo que la fuerza de la costumbre tomaba como social y políticamente aceptable o correcto (Reyes, M. 2019). Cinosargo quiere decir «perro blanco o veloz» en griego, por lo que el movimiento de Antístenes comenzó a llamarse de los “cínicos” (Reyes, M. 2019, op. cit).

La idea de los cínicos apuntaba a la autosuficiencia, la vida natural fuera de los oropeles de la sociedad. De acuerdo con los cínicos el mayor de los bienes es la virtud, y los falsos bienes hay que desestimarlos, tales como los honores, riquezas e incluso el conocimiento y la ciencia. La base de la filosofía cínica consiste en liberarse de los deseos y llevar una vida ascética ( https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/353223).

Conviene aclarar que la palabra “cínico” no tiene aquí el significado que se le atribuye en la actualidad, es decir sinónimo de desvergüenza, descaro o insolencia, el de alguien que se expresa con ironía o burla, aunque la filosofía cínica tenga algo de eso. Los cínicos desafiaban las formas convencionales, eran excéntricos al extremo, irreverentes, lo que concordaba con el hecho de lo que ellos predicaban: la filosofía como una forma de vida no concebida desde la teoría.


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Jean-Léon Gérôme (1860)

Los Cínicos

El vocablo “cínico” proviene del latín cynismus y este del griego κυνικός kynismós (Significados, 2019), concerniente o equivalente al perro, en alusión a Cinosargo, el lugar donde enseñaba Antístenes. El perro es la imagen adoptada como símbolo de lo que los cínicos buscaban: frugales, sencillos, libres, naturales, escandalosos y provocadores, rechazaban y cuestionaban lo que se daba por establecido. Enseñaban los cínicos que la base de la felicidad y la virtud pasaba por la libertad y el desprecio de las normas sociales, renuncia a las riquezas, la gloria y la satisfacción de los sentidos (Diccionario filosófico, 1965).

Pero el filósofo más célebre de esta escuela de los cínicos fue Diógenes de Sinope, nacido en Sinope al sur del Mar Negro en 412 a.C. y muerto en Corinto a la edad de 89 años. Fue expulsado de su ciudad de origen por haber falsificado monedas junto con su padre Hicesias, banquero de la localidad. Llegado a Atenas, allí conoció a Antístenes, de quien se hizo discípulo y así convertirse en el más famoso y controvertido representante del cinismo.

Empezó a extender sus ideas y a reunirse en un gimnasio en las afueras de Atenas. Su filosofía consistía en el ejercicio pleno de la libertad, que la posesión de bienes materiales era un obstáculo para la felicidad que son generadores de necesidades superfluas que nos quitan la libertad. Más que teóricos, los cínicos predicaban la autarquía, el albedrío, la rebeldía, la provocación y la independencia, por lo que poco escribieron y lo que se conoce son relatos, anécdotas, dichos y sentencias, debidos a los escritos de su homónimo historiador de la filosofía Diógenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.

Anecdotario

Diógenes, en consonancia con las ideas que predicaba en forma extrema, vivía descalzo, al aire libre, andaba desnudo y se refugiaba en un tonel o barril, junto con sus únicas posesiones que consistían en una cobija raída y harapienta, un bastón, un pequeño plato para comer y un recipiente para beber agua. Una mañana, mientras deambulaba por Atenas, observó a un niño que comía lentejas con un trozo de pan y tomaba agua de un riachuelo utilizando las manos, lo que hizo que Diógenes exclamara que ese niño de forma natural le había enseñado que todavía tenía cosas superfluas como propiedades y que no necesitaba nada de eso, por lo que arrojó el plato y el vaso lejos de sí y siguió caminando como si nada (https://es.wikipedia.org/wiki/Diógenes_de_Sinope).

Alejandro Magno visita a Diógenes en Corinto por W. Matthews (1914)

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La más célebre de sus anécdotas fue durante el encuentro en Corinto con el rey macedonio Alejandro Magno, pues este quería conocerlo dada la fama que había obtenido el filósofo. Diógenes, sentado en el tonel tomando sol, no mostró ningún interés ni se impresionó ante el séquito real y las personas que lo acompañaban. Alejandro Magno, como una muestra de prodigalidad y poder le dice que pidiera lo que quisiera y Diógenes solo le responde que se quitara porque le estaba tapando el sol.

J. H. W. Tischbein (c. 1780)

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En una ocasión se apareció en el Ágora con una lámpara encendida en pleno día y pasaba en medio de la gente que le inquiría por qué lo hacía y Diógenes respondía que buscaba un hombre honesto. Diógenes no tenía tapujos a la hora de quebrantar las normas y convenciones sociales y morales, hasta el punto de llegar a masturbarse en público, por lo que algunas personas le recriminaban tal proceder, a lo que el filósofo respondió que era la única forma de satisfacer sus impulsos y necesidades sexuales y que, si se pudiera, frotándose el vientre, desaparecería el hambre.

Estaba Diógenes comiendo lentejas, cuando se le acercó el filósofo Aristipo, y le dice que no tendría necesidad de comer tan simple alimento si fuera sumiso al rey, en alusión a la adulación que se profesaba a los gobernante y poderosos parea obtener prebendas y riquezas, a lo que Diógenes le replicó que si comiera lentejas no tendría que estar adulando al rey. Caminando Diógenes por las calles de Atenas observó al conocido hijo de una prostituta que lanzaba piedras a la gente, a lo que Diógenes le dice: "Ten cuidado, niño, mira que puedes golpear a tu padre".

Un transeúnte le pregunta a Diógenes por qué les dan dinero a los pobres y no a los filósofos y nuestro cínico Diógenes responde porque creen que pueden llegar a ser pobres, pero nunca filósofos. Un acaudalado personaje invitó a Diógenes a su palacete, no sin antes precaverlo de que no fuera a cometer la torpeza de realizar cualquier impúdica necesidad fisiológica ni tampoco escupir en ningún sitio de su pulcra y lujosa mansión, por lo que Diógenes, luego de un rato deambulando por las estancias de la vivienda, tuvo la sicalíptica ocurrencia de escupir en la cara del propietario, declarando que ese era el único sitio sucio que había conseguido.

REFERENCIAS

Diccionario filosófico (1965). Cínicos. [Documento en línea] Disponible: http://www.filosofia.org/enc/ros/cini.htm Consulta: 21-09-2019.

Reyes Puig, Magdalena (2019) Cínicos: los grandes filósofos de la libertad [Documento en línea] Disponible: https://www.filco.es/cinicos-los-grandes-filosofos-de-la-libertad/ Consulta: 21-09-2019.

Significados (2019). [Documento en línea] Disponible: https://www.significados.com/cinismo/ Consulta: 21-09-2019.

Diógenes de Sinope (2019). [Documento en línea] Disponible: https://es.wikipedia.org/wiki/Diógenes_de_Sinope Consulta: 23-09-2019.

Diógenes de Sinope (2019). [Documento en línea] Disponible: https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/353223 Consulta: 23-09-2019

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