Concurso @Provenezuela 1: Relato de un sueño.

in #provenezuela6 years ago (edited)

Caracas, 16 de marzo de 1978.

Anoche tuve un sueño muy extraño. Fue como una epifanía, una sensación angustiosa, un miedo materializado en lo que comprende un sueño, una leve pesadilla… Quedé extasiado debido a la fuerte impresión que este me causó, no pude hacer otra cosa que agarrar las primeras hojas sueltas que encontré, un lápiz y borrador para empezar a escribir lo que recordaba. Realmente no acostumbro a hacer este tipo de cosas, pues suelo ser bastante escéptico con estos temas banales y un tanto esotéricos, pero este sueño en particular tuvo un gran impacto en mí por ser tan vívido. Por esta razón, me encontré en la enorme necesidad de registrarlo a puño y letra para poder digerirlo y comprenderlo de un modo sencillo.

RO11.jpg

Me encontraba sobrevolando un cielo bastante nublado a bordo de una aeronave, hacia un rumbo desconocido. Solo veía montañas, colinas, nubes y neblina por doquier. Aun cuando me encontraba a una gran altura, lograba percibir un olor inefable, uno que se me hacía bastante conocido, pero que tenía tanto tiempo sin percibir que prácticamente había olvidado por completo su nombre.

Acto seguido me encontraba en el exterior; era un lugar bastante boscoso, un poco húmedo, los árboles se entrelazaban conformando figuras intrincadas que dificultaban el paso entre ellos. Sin embargo, existía la posibilidad de percibir el cielo con cierta facilidad, ya que había muchas áreas despejadas entre tantas hojas y ramas grandes, bastaba con saber encontrarlas. De repente vi pasar esa misma aeronave a lo alto. Ahora que podía apreciarla desde otra perspectiva, se me asemejaba a un Cessna, pero es todo lo que me atrevía a deducir desde tal distancia. Parecía que hubiera perdido el control del mando ya que iba toda velocidad, directo hacia la catástrofe. Así fue cayendo precipitadamente hasta impactar contra el suelo. El motivo de tal siniestro era un hecho confuso si se le tratase de entender de algún modo, ya que en ningún momento surgió alguna explicación de la caída, simplemente sucedió y ya. No sabría explicar qué habrá pasado con aquella aeronave, ¿quizás alguna falla técnica o inducida? Nunca lo sabré.

A pesar de lo que debió ser un gran estruendo, no hubo mayor conmoción ni sobresalto en mi semblante, en los alrededores solo se escuchaba el silencio. Me encontraba tan tranquilo como si hubiera presenciado la sutil caída de una hoja al suelo. Desde ese momento sentí una especie de desdoble. Me encontraba aun en el suelo de ese bosque complejo, y aun así podía divisar mi cuerpo en la escena como si fuera algo externo a mí mismo, como si mi alma estuviera fuera de este… Me hallaba de pie, inconmovible y un tanto indiferente ante tal acontecimiento. Y de nuevo respiraba aquella esencia de la naturaleza, que a pesar de la gravedad de la situación seguía pareciéndome un olor exquisito. No lograba yo describir con palabras aquel olor placentero, aunque era uno bien conocido.

¡PETRICOR! Escuché en la lejanía, como una reverberación producida entre las montañas. Volteé abruptamente, pero no logré descubrir qué había producido tal sonido. Analizando en retrospectiva, podría describir tal acción como un destello de luz, un grito de mi subconsciente que sacó a relucir aquella palabra que tanto me costó recordar.

Lo que ocurrió a continuación fue como un popurrí de escenas transcurriendo una tras de otra con un paso fugaz. Primero, por alguna razón, presentía que en esa aeronave se encontraba comprometido un buen amigo, o quizás varios. Luego de esto escuché sonidos de interferencia, como cuando no se sintoniza bien una emisora. Estos sonidos rompieron el hilo conductor de mi sueño con un leve recuerdo de mi labor como locutor: me veía conversando con la cara en dirección hacia un micrófono en medio de una sala de piso y paredes blancas, todo era blanco allí, y mencionaba algo acerca de un Cessna, pero no lograba captar mayor sonido que el del aire que salía de mi boca sin hacer resonar mis cuerdas vocales. Saltaba a otro momento indiscriminadamente, como si tuviera en mano la perillita del televisor que me permitía cambiar de canal a otro pensamiento, sin orden de relevancia. De golpe me encontraba en Radio Caracas Televisión, en plena transmisión de mi programa, expresando con voz seca y con temple inerte la noticia del terrible accidente y dedicándole un minuto de silencio a quienes habían fallecido. ¡OTRO SALTO! El escenario final. El ambiente no lo recuerdo muy bien, pero sé que había mucha gente llorando desconsolada, como si hubiesen perdido a alguien realmente importante y querido.

Aquella pesadilla se había tornado tan espantosa que desperté de un sobresalto. Me encontraba sudando la gota gorda y jadeando como si hubiera trotado 10 kilómetros. Apenas eran las 4 am y aún no había sonado el despertador, por lo que dediqué unos minutos a un cigarro, una tacita de café y la escritura de este sueño extraño, el cual quería aderezar con los pensamientos que me había dejado rondando en la mente.

A pesar de la ruptura de mi descanso con tan nefasta pesadilla, me es imposible no reflexionar ante lo que sentí y viví en aquel mundo ficticio de mi mente. La vida es efímera. Es un instante, un momento fugaz, un segundo. No por el hecho de pensar en lo peor es que uno debería motivarse con lo mejor, aunque es innegable que esta práctica a la cual recurrimos con frecuencia es bastante eficaz. Al verme expuesto ante mis miedos, expuesto a ese momento posible aunque irreal, expuesto a un temor que no supe expresar sino a través de los pensamientos creados mientras dormitaba... Al saberme frágil ante las situaciones inevitables que se me presentan en la vida, es allí cuando más me siento vivo.

Mi amor y pasión por lo que hago, mi profesión y mi amor infinito por mi país; ese sentimiento que mueve montañas, ese orgullo que siento por lo nuestro… Caramba, no podría yo vivir sin lo mío. Por más que muchos digan que en este país lo malo es el pan de cada día, no dejo de pensar que “hay que conocer a Venezuela para quererla más”. Y si por ello fuera, daría hasta la vida misma por apoyar esta hermosa causa, este bello proyecto de país llamado Venezuela, porque debo lograr lo que me atañe. Claro, desde mi posición particular, porque soy ciudadano venezolano. Tengo la enorme convicción de que lograré la meta que me he trazado desde hace mucho tiempo y que hoy me carcome cada día que transcurre sin lograrlo: Estoy decidido a postularme para la presidencia de mi país. Aunque sienta estos nervios por lo desconocido que conlleva el futuro, aun con este pavor impreciso a volar y no sentir con mis pies el suelo firme, voy decidido a dar el siguiente paso.

Ya tengo mis maletas listas para emprender mi vuelo… Mi destino.

RO212.jpg

Relato dedicado al hombre que quiso una Venezuela diferente.

Mae Rod

Sort:  

Me encantan las imágenes que creas y la manera en que describes esa sutil frontera entre el sueño y la realidad :)

Muchas gracias, srta. lilixblack. ¡Bienvenida a Steemit! Espero leer tu #Introduceyourself muy pronto :)

Qué buen relato, me gustó mucho. ¿Qué sería de nosotros actualmente si no hubiese ocurrido ese accidente? Quienes más han amado a Venezuela no han podido dar todo lo que tenían...

Muchas gracias, mariaesperanzai :) ¡A mi me gustó el tuyo!

Yo creo que Venezuela sería otra, sin duda. Y tal parece ser así... Muchos de los que han amado genuinamente a Venezuela no han tenido cabida en ella, al menos no políticamente (lo cual, lamentable y aparentemente, parece ser el único medio a través del cual se puede lograr algo).

Totalmente de acuerdo, el ámbito político se convirtió en el único canal para lograr cambios, negativos o positivos, individuales o sociales, y por eso es tan codiciado, al punto que se procede a eliminar a quienes puedan representar un obstáculo para los cambios individuales de pocos.

Por suerte, Renny pudo dar un poco de su amor por el país y la ciudadanía a través de los medios de comunicación, que, aunque no tienen tanto poder para generar mayores cambios, si concientizan bastante. Ojalá muchos venezolanos se guiaran hoy por los consejos que él tanto daba, capaz podríamos, siquiera, convivir mejor en esta locura.

Fuera de todo fanatismo, él era una eminencia. Y más que una eminencia, era una persona que realmente inspiraba un cariño sincero para con su país y su gente. No te imaginas lo increíble que es conocer personas que trataron y hasta convivieron con él... Tuve el honor de tener una conversación con una persona que trabajo en su programa, "El Show de Renny". Una experiencia increíble!

Siempre me quedará esa duda... Saber que habría sido de Venezuela con un presidente como Renny.

Qué bárbaro, me imagino que sólo escuchar a esa persona hablar de él producía de todo. Y es así, nunca lo sabremos, queda imaginar hasta donde la mente pueda.

Muy bueno el relato

Muchas gracias, arepadigital :)

Que gran diferencia existiría en nuestra sociedad venezolana si todos amaramos a nuestro país de esta manera, si nos dedicaramos a recorrerla y conocerla de todas las formas posibles... En fin, ¡Me encantó tu relato! Tu forma de redactar es fresca y engancha a la persona, no quería que se acabara. Muy, muy bueno.

¡Muchas gracias, gellyarenas! Me alegra que te haya gustado :)

Quedará esa duda para la historia... ¿Que habría sido de nuestro país con un presidente como él? Nunca lo sabremos, pero definitivamente creo que no habríamos caído en esta oscuridad :(

¡Un abrazo!

Coin Marketplace

STEEM 0.17
TRX 0.13
JST 0.027
BTC 58309.71
ETH 2617.30
USDT 1.00
SBD 2.42