Concurso @Provenezuela 1: Mi primer amor "Historia de un reencuentro"

in #provenezuela6 years ago (edited)


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Érase una vez, una chica que creía en el amor y estaba por experimentarlo

Me encuentro en el balcón de mi habitación, donde una taza de té, una bonita historia de amor y mi pequeña mascota me acompañan, hoy ha sido un buen día para sumergirme en las fantasías que me regala el romance, pues el sonido de las gotas de la lluvia al caer y, el preticor inundan mis sentidos y me hacen sentir renovada.

Mi vida había sido un caos desde que sufrí aquel accidente que me dejó en silla de ruedas, pero por alguna razón, siento que todo ha vuelto a su cauce, el regresar a mi hogar había sido el primer paso, el próximo seria regresar a mi rutina con mi familia y amigos, y prepararme para dentro de unos meses tratar de ser admitida en la escuela de arte de mis sueños.

La imposibilidad de caminar en un primer momento me había causado gran dolor, llegué a pensar que mi vida estaba acabada, pero con el tiempo las buenas noticias no tardaron en llegar, mi médico afirmó como de la mano de la terapia física recobraría la movilidad, devolviendo a mi existencia toda esperanza; por un lado, sé que nada volverá a ser igual, pero una vez recupere la movilidad, todo quedará como un triste recuerdo lleno de aprendizaje.

Es increíble como muchas veces debemos pasar por momentos tan fuertes, para poder reflexionar acerca de todo lo que tenemos en nuestra existencia, como cada pequeña cosa en nuestro mundo tiene su valor, además, que nos hace ver quienes realmente nos aman en buenas y malas, y que tan fuerte somos para enfrentar un obstáculo.

Un toque en la puerta me saca de mis pensamientos, creo que ha llegado mi terapeuta, es hora de luchar por recuperar mi vida.

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El destino le tiene un regalo a nuestro protagonista

Me encuentro en la sala de una hermosa casa de campo, tenía meses sin realizar trabajo de jardinería, todo desde que me hice dueño absoluto de la empresa INEFABLE.

Hoy me ha tocado suplir a un empleado por unas cuantas semanas, pues la gran cantidad de contrataciones y el bajo número de empleados, ha hecho imposible que otro lo suplante, sin embargo, esto no me incordia de alguna manera, pues con esto ayudo a mi mano derecha Alberto, un hombre que tuvo que encargarse del hogar, luego que su esposa e hijos cayeran enfermos de un terrible virus, admiro como desempeña su papel de padre y esposo. Como me hubiese gustado tener un padre como él, preocupado y dedicado por completo a su hogar, pero tristemente la historia era otra, me había tocado vivir con un hombre alcohólico, que solamente había llenado de maltratos a mi hermana y a mí; en mi piel aún se hayan grabado con fuego, los recuerdos de cada paliza que nos daba.

Mientras miro por la ventana no puedo dejar de admirar lo hermoso de este jardín, es increíble como unas cuantas gotas de lluvia bastaban para darle vida a la naturaleza, creo que por eso me gustan tantos los días lluviosos, pues suelo pensar que esas gotas de lluvia, pueden llevarse todo lo malo y hacer florecer la esperanza en nuestros corazones.

Unos pasos me anuncian la llegada de la señora de la casa, una anciana de cabellos claro, estatura baja y hermosa sonrisa que le da un aspecto juvenil; le explico la situación y muestra gran comprensión, me anuncia que la acompañe a conocer la que será mi habitación por las semanas en las que estaré trabajando.

Al rato me dice que la acompañe a una sala, en donde me presentará a su nieta Mónica. Una vez vi quien era su nieta, no lo podía creer, en frente de mi estaba quien fue mi compañera de juegos en un principio y luego mi primer amor, más tarde; 10 años habían pasado y los mismos la habían convertido en una belleza, sus facciones eran aún más impresionantes que entonces, su rostro en forma de corazón le daban el aspecto de un ángel, con una nariz recta y hermosos ojos verde oliva, su figura era aún más rellena que como la recordaba, pero esto no contribuía más que a embellecerla, su vestimenta no era más que ropa deportiva color negro que abrazaba su cuerpo, y su cabello, su hermoso cabello sigue igual: tono cobrizo, ondulado y caía por sus hombros.

En medio de mi sorpresa, noté que se hallaba en silla de ruedas, mi corazón que latía a kilómetros por hora se detiene ¿qué había pasado para que terminara así?, aunque eso no es lo importante, lo que importa es que el destino la puso nuevamente en mi camino y esta vez no la voy a dejar escapar.

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Una chica se reencuentra con el amor de su vida

Mi sesión de rehabilitación era todo un éxito, logré levantarme de la silla completamente, aun me falta avanzar con los pasos, pero me afirmaron que dentro de poco podré hacerlo. Mi terapeuta se despide y retomo el libro que leía más temprano, en definitiva, no había algo más bello que enamorarse.

Parece que fue ayer, cuando me creí enamorada de quien fue mi novio por un año, recordaba como tras el accidente, en un principio me había apoyado para luego sentirse cansado de mí, así que termino conmigo con la excusa: “eres demasiado para mi”; increíble como pensé estar enamorada de un hombre tan insensible, aunque muy dentro de mí, en lo más oculto de mí corazón, sabía que solo había estado enamorada una vez.

Aun recordaba a Eric, el niño que junto a su hermana Belle, habían sido mis compañeros de juegos desde la infancia cuando vivía aun con mis padres, él siempre había sido mi héroe y defensor.

Recuerdo la noche en que ambos teníamos 16 años, su padre quería que se uniera a una banda para conseguirle más dinero para sus vicios y Eric al rehusarse, había sido golpeado de tal manera, que casi terminaba en el hospital, ese día Belle había recurrido a mí, en busca de alguien que lo cuidara; así que aprovechando la ausencia de mis padres, lo ayude a llegar a mi cuarto cuando lo vi tirado en la calle; adentro, su hermana y yo curamos sus heridas. Por las noches vi como sufría de dolor mientras nos tomábamos de las manos, susurraba lo mucho que apreciaba el tenerme a su lado.

Al día siguiente mis padres lo descubrieron en mi cuarto y lo echaron sin más, pasaron días hasta que lo volví a ver junto a su hermana en la preparatoria, ambos me agradecieron haberlos cuidado, Eric me comentó si podíamos vernos después de clases.

Una vez terminadas las clases nos vimos detrás de la escuela, me comentó que planeaba escapar de su padre, había descubierto una tenía una tía que vivía al otro lado del país, a quien pensó pedir ayuda en un primer término, y en caso contrario, de no recibir ayuda, ya había ahorrado lo suficiente para que él y su hermana sobrevivieran por un mes, afirmaba que trabajaría en cualquier cosa; yo no pude dejar de llorar pues vi como perdía a el amor de mi vida, aun así lo comprendí.

La noche en que nos despedimos yo le pedí que pasáramos la noche juntos, quería tener con él mi primera vez, recuerdo aun la sonrisa triste que se dibujó en su rostro, cuando tomó mis manos, las besó como si fueran lo más precioso en el mundo y sacó de su bolsillo una carta, la cual me entregaba mientras decía:

  • Sabes que después de mi hermana eres lo más importante en mi vida, significas mi luna, mi cielo, eres lo más bello que siempre he tenido, aun así no puedo aceptar tal regalo, sin embargo, quiero que tengas esta carta; solo la abrirás si no reencontramos, de lo contrario nunca la abras y sigue tu vida, el mejor regalo que me puedes dar es convertirte en lo que siempre has querido, aún así, para que me recuerdes, quiero que juntos compartamos nuestro primer beso.

Y así fue como su mano rozó mi frente, bajó por mi mejilla, para por ultimo posarse en mi mandíbula; vi por un minuto, como sus ojos trataban de grabar mi rostro en su mente, yo lo sabía pues yo tatuaba el de él en mi alma, así que luego de unos segundos que parecían eternos, me besó.

Su beso era lo que esperaba y más; primero comenzó besando la comisura de mi boca, dejándome en una especie de hechizo que se intensificó cuando me besó directamente en la boca con delicadeza, el amor parecía flotar entre nosotros, mis ojos cerrados hicieron que olvidaran que esta era nuestra despedida, una vez su labios dejaron lo míos, fui consciente del frío de la noche.

Las lágrimas se acumulaban en mis ojos, sé que pronto rompería en llanto, pero ambos sabíamos era lo mejor.
Desde ese momento no supe nada más de él, su carta se hallaba guardada en uno de mis cofres, probablemente era imposible volvernos a encontrar, pero aun así guardo su recuerdo en mi corazón.

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Escucho la voz de mi abuela pronunciando mi nombre, cuando volteo en mi silla de ruedas mi corazón se detiene, frente a mi está Eric, lo reconocería aunque pasaran 100 años, no lo puedo creer, esta frente a mí.

El tiempo lo hizo mucho más alto, había experimentado varios cambios en estos 10 años; su cuerpo a pesar de seguir siendo delgado era más tonificado, su piel clara mostraba los efectos del sol en épocas de verano, su rostro se veía aún más varonil; allí estaban sus ojos chocolate, esa nariz recta, su mandíbula bien definida, quiero saber si aún mantiene mi rasgo favorito, los hoyuelos que lo hacían parecer hermoso; su cabello se hallaba completamente rapado recordándome como lo llevaba cuando éramos jóvenes.

Su expresión era bastante graciosa, pues se hallaba tan sorprendido como yo, estoy segura que me recordaba; vi cómo se acercó lentamente y delante de mi abuela, me dió un beso en la frente para luego susurrar en una voz grave y sensual:

  • Te extrañé Moni.

Observo a mi abuela con la mandíbula desencajada, luego miro nuevamente a quien fue mi primer amor y le digo:

  • Yo también Eric.

Mi abuela sale de su asombro para pedir una explicación de parte de los dos, ambos les contamos nuestra historia, ella me explica el porqué de la presencia de Eric en nuestras casa, y no podía sentirme más feliz, al fin lo tenía a mi lado, me muero por saber que había sido de su vida, y por lo que decían tendré 2 semanas para averiguarlo.

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Nuestro protagonista vive su historia de amor

Puedo ver la ilusión en los ojos de Mónica, desde nuestro reencuentro hemos estado en las nubes, no paramos de conversar toda la tarde; durante la cena su abuela me preguntó acerca de la relación que me unía a ella y como me sentía al verla de nuevo 10 años después; le comenté sinceramente como mi cabeza daba vueltas y mi corazón daba brincos de alegría; además de eso, les hable un poco de mi vida a ambas, como había comenzado con mi empresa de jardinería de la mano de mis tíos, quienes me habían acogido y me habían dado todo lo que necesitaba para salir adelante, expliqué como ambos decidieron retirarse y venderme todas sus acciones, de igual forma les hable del primer encuentro con mi familia, al parecer por mucho tiempo estuvieron buscando a mi hermana y a mí, así que cuando nos presentamos en sus casas, procedieron a adoptarnos y a encarcelar a mi padre, quien murió en la cárcel a causa de cirrosis.

Mónica no paraba de emocionarse con cada cosa que contaba y, al mismo tiempo, habló de su vida, como había estudiado derecho para complacer a sus padres, pero una vez terminada la carrera, les entregó el título, fue con su abuela a vivir y no miró atrás.

Más tarde cuando se acercaba la hora de ir a dormir, la abuela de Mónica nos dejó a ella y a mi solos, según sus palabras: “los tórtolos necesitaban intimidad”; una vez solos, decidí preguntarle por el accidente que la había llevado a la silla de rueda, traté de tener todo el tacto posible, pero aun así, pude notar la pena que reflejaba su rostro, la cual en un par de segundos cambió a una expresión llena de valentía; mi princesa se había convertido en una guerrera.

Mónica me relató con lujo de detalles como había sido el accidente de auto, no encontraba las palabras para confortarla; la abracé y le dije que juntos superaríamos este momento difícil, a lo que me respondió con una sonrisa y un beso en la mejilla.

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Mónica despierta y aún vive en un sueño

La mañana siguiente a el reencuentro con Eric, no podía sentirme más dichosa, hoy lo vería trabajar en jardín; mi abuela me ayuda a bañarme y arreglarme para desayunar, mientras me comenta lo bien que le cayó ayer, y como veía que el amor de jóvenes aún estaba allí; yo no quería ilusionarme, había pasado mucho tiempo, aunque en esencia éramos los mismos, pero aun así la razón me gritaba que debíamos conocernos un poco más. Mi abuela me decía que era una tontería, que Eric estaba loco por mí, muestra de ello es que me había dejado, una nota y una rosa frente a mi puerta más temprano.

Emocionada tomé la nota de sus manos y la leí en voz alta:

“Buenos días mi princesa, espero hayas descansado, yo pase toda la noche pensando en ti y en como la vida hace mucho tiempo nos separó, pero el destino indulgente nos volvió a unir; esta vez prometo que no iré a ningún lado, ni tampoco te dejaré ir”

Como una tonta de novela, olí la flor y esboce una sonrisa.

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Más tarde, daba un paseo por el jardín, mientras miraba trabajar a Eric, quien se hallaba concentrado tratando a cada arbusto y a cada flor como si fuera una pieza delicada de colección, se notaba que amaba lo que hacía.

Luego mientras almorzaba, mi abuela lo invitó a la mesa y cuando entró al comedor, la temperatura se elevó solo con su presencia. Cuando se acercó, no pude dejar de aspirar su aroma tan masculino, cuando me dio un beso en su mejilla; durante la comida no dejamos de charlar entre todos y cuando mi abuela anunció que tomaría una siesta, los nervios se hicieron cargo de la situación, había tanto que quería compartir con él, pero no quería agobiarlo. Una vez terminado nuestro almuerzo decidimos ir a la sala, allí bromeamos y hablamos mucho más de nuestras vidas.

Me llamó la atención saber que Eric había estado casado por poco tiempo, su matrimonio no había funcionado, pues me explicó, más que el amor entre esposos, lo unía un lazo de amistad con quien fue su mujer, comentó como su divorcio se había dado en buenos términos; yo envalentonada con la confianza que depositó en mi al contarme su vida personal, decidí hablar de mi relación pasada, no pude dejar de notar la tensión en su rostro cuando le conté todo, y como el resuelto caballero que era me dijo:

  • Sabes que él es un idiota y un cobarde, no debió menospreciarte de esa manera, cuando se tiene una relación es para apoyarse, para estar en buenas y malas.

Por un momento trate de asimilar sus palabras y con resignación dije:

  • Eric mírame, soy consciente que no es nada fácil estar junto a mí, de cierta forma soy una carga, no me malentiendas, no lo digo con tristeza, pero comprendo que a pesar del dolor que pude sentir en el momento en que terminamos, sé que fue lo mejor para los dos, quizás no nos queríamos tanto como pensábamos.

El tomó una de mis manos y mirándome fijamente a los ojos, me dijo:

  • Mónica, linda no puedo dejar que te llames a ti misma una carga, eres un diamante, un tesoro, nadie debe menospreciarte; si estuvieras a mi lado, te trataría como la princesa que eres, mereces vivir el amor, uno tan bonito como el de los libros románticos que te gustaban cuando eras pequeña.

No pude dejar de sonreír, sus palabras habían calado en el fondo de mi alma, así que en modo de broma le dije:

  • Eric no llevamos ni un día de reencontrarnos, y ya me haces semejantes propuestas.

Noté como su mirada transmitía toda la ternura que se guardaba en las palabras que me diría a continuación:

  • Moni, sé que ha sido poco tiempo, pero mi corazón me dice que debemos recuperar el tiempo perdido, no te pido que me aceptes como tu pareja ahora mismo, pero quiero conocerte aún más. Ambos compartimos un pasado difícil de borrar, quiero ser tu guía y tu superhéroe, como alguna vez me llamaste, quiero estar junto a ti, ayudarte en tus terapias, no sé, brindarte mi mano.

Su ternura quedó grabada en mí alma, así que tomé su rostro y roce mis labios con los suyos, fue un toque leve y sutil, con él solo quería transmitirle como me sentía, cuando nos separamos sus ojos brillaban, eso fue suficiente para decirle:

  • Eric acepto tu amistad y todo lo que eso conlleva, vayamos día tras día y averigüemos si realmente podemos estar juntos de nuevo, muchas gracias por aparecerte en mi vida y llenarme de luz.

Después de esa tarde, los días pasaban volando, así mismo las semanas, ya luego de 2 meses, habíamos establecido una rutina; cada día recibí una nota y junto a ella una flor, pasaba mis ratos dibujando y observándolo trabajar o simplemente esperando su visita, cuando llegaba la tarde, Eric se reunía conmigo, participaba en la rehabilitación y poco a poco me ayudaba a caminar. Nuestras noches eran como de novela, transcurrían entre charlas sobre nuestros sueños y metas, también lo que nos molestaba y lo que no, en fin, nos desnudamos uno frente al otro, además todo eso no paro allí, los besos robados se hicieron igualmente parte de nuestra rutina.

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Eric recibe la sorpresa de su vida

Un día cuando me preparaba para ir a buscar Mónica, me comunicaron que me tenía una sorpresa, me sentía nervioso, tenía 1 semana sin verla por motivos de trabajo, así que hoy volvería a ayudarla con su rehabilitación.

Cuando llegue a su casa, fui a su habitación, al llegar noté que no estaba su terapeuta, su abuela se encontraba cerca del umbral de la puerta, no entendía nada ¿por qué se encontraba Moni en el balcón?, mis manos sudaban y en medio de la confusión, no dudé en decir:

  • Buenas tardes mis damas, Moni no entiendo que hacemos en tu habitación.

Luego de unos minutos, vi como el milagro ocurrió, Mónica se paró lentamente de su silla de ruedas y caminó hacia mí; del shock no podía reaccionar, me sentía el ser más afortunado del mundo al presenciar semejante avance.
Mónica siguió avanzando paso a paso y una vez frente a mí, me abrazó y susurró junto a mi oído:

  • Quiero compartir contigo uno de los momentos más felices de mi vida, y como no te dignas a hacer de mí una mujer comprometida, te pido que seas mi novio y mi amor.

Ignorando totalmente a su abuela que se encontraba a pocos metros, la tomé por la cintura, levanté su rostro casi a la altura del mío, cerré mis ojos, acaricié con mis labios su mejilla y le di un beso transmitiéndole todo mi amor; sus manos se colocaron a los lados de mi cuello, su lengua y la mía se enlazaban, probándose y saboreándose, pero un pequeño carraspeo nos sacó del trance, haciéndonos sonrojar como par de adolescentes.

Su abuela se dispuso a darnos un abrazo a cada uno y felicitarnos; luego de un rato de conversar decidió retirarse y dejarnos solos.

Una vez solos Mónica, se dirigió a un cofre que estaba en su cuarto, cuando lo abrió sacó una carta que conocía muy bien; no puedo creer que aún guardara esa carta, me sorprende que no la haya leído. Se sentó a mi lado en su cama, abrió el sobre y me dijo:

  • Creo que es hora de leer lo que me escribiste hace mucho.

Me tendió la carta y comencé a leer:

“Querida Mónica hoy es tiempo de partir, tu y yo sabemos que junto a mi papá solo he tenido sufrimiento, pero que tú has sido como la luz al final del túnel, has iluminado mi vida y de cierto modo, me has hecho creer que no somos solo mi hermana y yo, pues te tenemos a ti; en cualquier otra ocasión probablemente me quedaría, pues sé que juntos podemos ser felices, sin embargo, sé que aún queda tiempo para que nos reencontremos o no, ya dirá el destino que nos depara a los dos.
El motivo por el que no quería que abrieras esta carta, se hallaba en que no quería que te ataras a la promesa aquí escrita, no quiero que esta carta signifique una promesa de algo que no sabemos si llegará.
Si estás leyendo esta carta es porque nos hemos vuelto a ver, la vida nos unió nuevamente, espero que tu vida haya sido lo que esperabas y más, aun así quiero que sepas que creo que eres mi alma gemela y espero que decidas pasar el resto de tu vida conmigo”

Después de mucho tiempo vi como derramó lágrimas de felicidad, mientras me decía:

  • Aun parece mentira, estar con el amor de mi vida aquí al lado, esas palabras que acabas de leer, acaban de sellar nuestro destino, un destino que por poco nos llega tarde, pero una vez llegó, hizo que mi corazón aceptara que te pertenece y no hay nadie más para mí.

Nos besamos hasta el cansancio, queríamos márcanos cada uno con fuego, pues la vida que nos había separado nos volvió a unir y nunca más nos separaremos.

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Mónica vive en un cuento de hadas, un cuento sin fin

Los meses pasaron y nuestra pareja, se hizo cada vez más unida, el amor flotaba entre nosotros. Al cumplir 4 meses juntos nos comprometimos, y (a pesar de mis quejas) me fui a vivir con él; juntos éramos invencibles, en un principio costó un poco acostumbrarnos a vivir dentro del mismo espacio, pero todas las discusiones terminaban en la cama en donde derrochábamos pasión y entrega.

Nunca fui aceptada en la academia de arte después de intentarlo 2 años seguidos, pero eso no me entristeció a mi lado tenía mi alma gemela, quien me apoyaba siempre, y con una sonrisa me hacía olvidar cualquier fracaso.

Después de un tiempo Eric siempre me apoyó para seguir con mi arte, muestra de eso es que una amiga con un estudio de arte me invitó a exponer algunas de mis obras; la verdad me fue bastante bien, tanto que incluso fui de gira con ella. Aún recuerdo cuando tomados de la mano por el parque le di tal noticia, esperaba que no se enojara por tener que separarnos, teníamos varios planes juntos, como ir de viaje, pero me sorprendió al decirme:

  • Mónica, amor es quererse y comprenderse, no quiero ser un ancla para ti, quiero que llegues lejos y triunfes, se la gran artista eres, si tenemos que estar separados por un tiempo está bien, lo acepto tu felicidad es la mía, nadie tiene porque truncar el sueño del otro, somos una pareja y llegaremos muy lejos juntos.

Así fue como en dos meses me fui de gira, tuvimos muchísimo éxito, y cuando se puso sobre la mesa el plan de ampliarla un poco más me rehusé, por lo menos hasta disfrutar de una largas vacaciones junto a Eric, a quien extrañaba muchísimo.

La mañana en que regrese de viaje recuerdo como en el aéropuerto me esperaba de traje, y con un cartel que decía:

“Tienes que hacer de mi un hombre casado, cásate conmigo”

Ese día corrimos a casarnos y celebramos encerrándonos por unos cuantos días en nuestra habitación, consecuencia de eso, 9 meses después nacían nuestros gemelos, como dice mi abuela “la reconciliación se nos fue de la manos”.

Años después, mirando a nuestros hijos jugar en el jardín, no puedo sentirme más dichosa, había vivido mi propia historia de amor.

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Estas fotografías, fueron tomadas por mi persona usando: un ZTE Grand X, cuya cámara principal es de 5 MP (fotos 1 y 3) y un Amgoo Am407, cuya cámara principal es de 3.2 MP (fotos 2 y 4).
Los separadores se encuentran debidamente enlazados con su fuente.

Muchas gracias a @provenezuela por darme la oportunidad de participar en su concurso. Aquí les dejo el link del mismo.

Espero les haya gustado la historia, está un poco larga, la realicé con mucho cariño.

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Sort:  

Buenas propuesta, me gustó la historia amiga 💖

¡Muchas gracias! Me alegra saber que te gustó.

me gusto mucho tu post, la historia del primer amor nunca se olvida, espero que ganes, yo participe hace dias en otro parecido.

¡Muchas gracias! eso es muy cierto para bien o para mal el primer amor nos marca. Es muy grato saber que te gustó mi post.

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